Capítulo 36

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Decir que sentía que me estaban dando martillazos en la cabeza era menospreciar el dolor que tenía. Abrí los ojos adaptándome a la luz y al sonido que provenía del celular de Logan.

— Mierda, ¿quién llama tanto?

— Contesta, maldita sea —le reclamé para luego taparme la cara con un cojín—.

Logan y yo habíamos bebido mucho anoche gracias a su idea de olvidar el mal rato y luego de muchas latas de cerveza, nos quedamos dormidos en el piso de su sala.
Claro que mi columna vertebral no estaba muy contenta con ese hecho. Sentí a Logan ponerse de pie para luego contestar el celular.

— ¿Aló?, ¿Jane?, un momento. Es para ti, Grace.

— No quiero hablar con nadie —me quejé—.

— Es importante.

Estiré mi brazo para aceptar el celular, esperaba que enserio sea importante o sino volaría su cabeza.

— ¿Qué?

— ¿Dónde carajos estás, Grace?, llevo llamándote desde hace dos días, no contestas mis llamadas, ni las de Clarke, ni las de tus padres, todos estamos preocupados por ti. Pensábamos que algo serio te había ocurrido.

— Jane, por favor, ahora no es momento, tengo una resaca que está matandome, estoy bien, dile eso a mis padres.

— ¿Qué le digo a Clarke?

— Nada, por ahora, tú no sabes nada de mí ¿entendido?, quiero estar sola un tiempo y pensar.

— ¿Estás en casa de Logan?, dile que me envíe su dirección, voy para allá.

— Está bien.

Luego de colgar volví a cerrar los ojos, quería dormir un poco más y olvidarme de la realidad por un rato. Sin embargo, las náuseas se apoderaron de mí, y tuve que levantarme para buscar un baño lo antes posible, aún así, fue tarde y terminé vomitando encima del sofá y de Logan.

— ¡Que asco!

Las arcadas se apoderaron de él pero gracias al cielo, sí tuvo tiempo de llegar al baño.

Mierda, ahora tendría que limpiar. Esta vez sí prometo que no volveré a tomar.

...

Jane estaba frente a mí, su cara de enojo se notaba a kilómetros, aún así se empeñaba en hacerme tomar una sopa de pollo que ela aseguraba que me ayudará con la mala pinta que tenía hoy. Ambas estábamos en la cama de Logan mientras él se encargaba del desastre allá afuera.

— No puedo creer que no me hayas dicho nada de lo que pasó, ¿por qué no me buscaste?

— Porque sabía que Clarke acudiría a ti en primer lugar, y no quiero verlo, no puedo verlo, Jane. No sé cómo podría aceptar que todo esto acabará.

— Entiendo que estés enamorada de él, pero estoy segura de que él también lo está de ti. Tenías que ver lo desesperado que estaba al no encontrarte, huiste en un país desconocido, temía por tu seguridad.

— Sólo teme porque no pueda firmar el último papel que lo acredite como estadounidense.

— Estás ciega Grace, completamente ciega. Tú no notas cómo te ve cuando están juntos.

— Como una green card andante.

— A veces quisiera meterme en tu cerebro y evitar que seas tan cabezota.

Sentimos pasos acercarse a la habitación. Un  Logan sin camisa se apoyó en el marco de la puerta con los brazos cruzados. Todo un espectáculo visual.

— James está afuera de mi departamento y está tocando insistentemente.

Me senté mejor en la cama, eso era imposible.

— ¿Le dijiste que estaba aquí —le dije a Jane, quien me miró preocupada—.

— N...No, no lo hice, créeme.

— Dile que no estoy aquí —lo miré—. No dejes que entre por nada del mundo.

— ¿Segura? —preguntó—.

Asentí, era lo mejor. Después de verme una última vez abandonó la habitación.

— Debes enfrentarlo.

— Hoy no, ni mañana, tal vez el próximo mes.

Jane negó y siguió ofreciéndome la humeante sopa. Logan regresó anunciando la partida de Clarke. Me sentí mejor por eso pero las náuseas nuevamente se apoderaron de mí y tuve que emprender mi carrera al baño.

Luego de botar todo, regresé a la habitación. Sinceramente no me sentía para nada bien tanto física como emocionalmente.

...

La última semana de vacaciones la había pasado en el departamento de Logan, específicamente en su cama, pues la resaca me había afectado mucho más de lo que creía, pasaba del colchón al baño en microsegundos buscando donde liberarme de la sensación de náuseas. La cabeza me daba vueltas y en una semana había adelgazado mucho.

— Estás preocupándome demasiado —dijo Jane—.

Cada tarde venía a visitarme, hoy había traído consigo una botella con suero oral para ayudarme a recuperar unos pocos nutrientes que había perdido por la falta de alimentos en mi estómago.

— No vuelvo a tomar en mi vida —le dije por décima vez en la semana—.

— Creo que no es por la resaca. Grace, ¿cuándo fue tu último período?

La miré con el ceño fruncido, hice cálculos y mi última menstruación había ocurrido hacia dos meses. No me alarmé pues era bastante irregular.

— Hace dos meses.

— ¿No crees que... podrías estar...

— No —la interrumpí—. Siempre usamos protección, además, mi período siempre se retrasa, no pasa nada.

— Aún así creo que deberíamos asegurarnos de...

— Ya dije que no, no insistas.

— Está bien, no quiero hacerte enojar en tu estado. No podría hacerle bien al bebé.

— ¡Jane!

Rió y me tocó la panza para hacerme enojar más.

— Tranquila, mami Grace, lo mejor será que duermas.

Asentí y cerré los ojos, sí, lo mejor sería dormir.

...

Abrí los ojos al sentir como alguien me removía.

— Grace —llamó Jane—. Es por tu bien.

Me tendió una bolsa de plástico que acepté luego de incorporarme sobre la cama, la abrí encontrándome con varias pruebas de embarazo. La miré seria, quería creer que sólo estaba exagerando pero una parte de mi empezó a preocuparse, si de verdad lo que Jane sospechaba era cierto, no sabría qué hacer con mi vida. Era joven, no podía ni mantenerme a mi misma, y seguro James no querría hacerse cargo, aunque tampoco le insistiría.

— Jane, no quiero hacerlo.

— Debes, sólo para estar seguras, si realmente usaste protección y no lo estás, sólo nos quitaremos la duda. Por favor.

Asentí y decidí hacerle caso. A fin de cuentas la probabilidad de estar embarazada era muy baja.

Esperaba que nada pudiera salir mal.

...

Nada puede malir sal, cierto? 🤧

MATRIMONIO EN LAS VEGAS [✔]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora