MATRIMONIO EN LAS VEGAS [✔]

Capítulo 22

Miré desde la cocina como mi abuela hablaba animadamente con mi falso esposo, empecé a cocinar algo mientras Jane me ayudaba. De repente me tomó de la cara y me obligó a verla.

— Mmm, no, no te has acostado con él —me analizó completamente—. Nop, ¿Por qué?

— Bueno, tal vez porque alguien —resalté— Nos interrumpió.

— Entonces si pensabas hacerlo —me miró pervertida—. Bueno, pero lo entiendo, cómo podrías resistirte a tremendo papasito —mordió su uña—. Sólo usa protección ¿De acuerdo?

Asentí.

— Grace te sacaste la lotería con este papasito —dijo la abuela—.

Mordí mi tostada sintiendo como el color subía a mis mejillas, mi abuela era muy abierta, tal vez demasiado, incluso Clarke se quedó sorprendido con sus palabras.

— Me pregunto qué tan grande es su...

— ¡Abuela! —grito interrumpiendola—.

— Iba a decir corazón, ¿Qué tiene eso de malo? —me miró burlona—. ¿Cómo se conocieron? —cambió de tema—.

— Oh, se casó con él en las Vegas porque estaba muy borracha —contestó Jane—.

La miré fulminandola con la mirada, no quería que la abuela conozca la verdadera historia, pero al parecer ya era tarde. Sólo esperaba que mi abuela no le dijera a mis padres o estaba frita.

— ¿Es una broma, cierto? — dijo confundida, al notar que todos nos quedamos callados supo que era verdad —. Oh, vaya, ¡Esa es mi nieta!

Clarke la miró confundido y yo también, la verdad esperaba un llamado de atención por su parte.

— Lo siento abuela, no quiero pedirte esto pero, ¿crees que puedas...?

— Obvio guardaré el secreto —me guiñó el ojo—. Es obvio que tus padres no lo saben, y sé cómo es mi hija, es probable que enloquezca así que... —dibujó un cierre en sus labios—. Ni una palabra saldrán de esta boca arrugada.

— Se lo agradezco mucho, Bertha —dijo Clarke—.

Alcé una ceja mirándolo, ya habían agarrado confianza.

— Me agradas mucho —parecía sincera—. Creo que ambos hacen una linda pareja.

Si supiera.

— Es cierto —Jane habló con la boca llena—. Son algo así como Angelina Jolie y Brad Pitt, perfectos juntos.

— Tienes razón, seguro sus hijos saldrán preciosos.

James y yo nos atragantamos con el café, el me miró y secó su boca.

— Creo que por ahora, pasamos de eso, pero seguro nos divertiremos intentándolo —me guiñó el ojo—.

— ¡Esa es la actitud! —mi abuela nos miró divertida y siguió desayunando—. Me da mucho gusto que mi nieta esté feliz contigo —sonrió tierna—. Puedo notar que ambos se quieren.

Mi corazón latió rápidamente, es decir no creo que él me quiera o yo lo haga, no sé ni siquiera si se puede llamar querer a lo que siento por él y dudo mucho que él sienta algo más que gran aprecio estrictamente laboral hacia mí, mezclado con un poco de deseo, claro está. Sacudí la cabeza, eso era, entre los dos sólo existía deseo, un deseo que luego de ser saciado se esfumaría.

— Sí, la verdad es que su nieta tiene ese no sé qué, que me encanta —entrelazó nuestros dedos—.

Vaya, que buen actor era. Debería hacer algún casting.