Capítulo 14

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Le pagué al chico que vino a entregar la gran caja de pizza. Será suficiente para Clarke y por supuesto yo.

— ¿Estás sola? —me dedicó una mirada coqueta—.

— No —mentí—.

— Que mentirosa.

El chico era guapo pero prácticamente era un niño. Negué rápidamente.

— Ya vete o no pasaré por alto que demoraste treinta y dos minutos en llegar y que esta pizza debería ser gratis.

Me dedicó una mirada extraña y luego se fue sin decir más.

Rodé los ojos y entré nuevamente, de pronto con la caja en mano me sentí muy pequeña y sola. ¿Cómo podría Clarke vivir aquí sin nadie? Sin alguien que te espere cuando llegues, y haga de esta casa... Un hogar.

Por un momento pensé que ese alguien podría ser yo y negué, este no era mi estilo. Era demasiado para mí.

Ya eran las 8 de la noche y Clarke aún no llegaba, me empezaba a sentir aburrida, odiaba estar sola. Decidí encender la televisión y poner una película, eligiendo una película de suspenso.

Me encogí mientras tenía un pedazo de pizza en la boca viendo la escena.

— ¡No seas estúpida! No bajes ahí, no lo hagas ¡Te van a matar! —chillé—.

El sonido era cada vez más estresante por lo que vendría a continuación. Casi al alcanzar el clímax brinqué al escuchar un sonido chirriante en la puerta principal.

Seguro no era nada.

Otra vez ese sonido.

¡Ay Diosito!

Me acerqué lentamente a la puerta y miré por ese huequito para alcanzar a ver algo pero no había absolutamente nada. De pronto ese sonido se repitió de nuevo pero esta vez acompañado de un quejido.

Sentí curiosidad por abrir la puerta y medio reí cuando noté la ironía de que le decía a la actriz que no lo haga y segundos después estaba en la misma situación.

Suspiré y abrí la puerta encontrándome con nada. Sentí mi corazón saltar y luego calmarse al ver un movimiento en el piso y notar que solo era un cachorro temblando de frío.

Tal vez la lluvia lo espantó y llegó hasta aquí buscando un refugio. Lo tomé en brazos restándole importancia cuando mojó mi ropa y lo llevé dentro.

— Eres tan bonito —lo acaricié—.

Busqué unas toallas para poder secarlo y calmar el pequeño terremoto interno que tenía su cuerpo, lo sequé y lo cubrí con una manta para que pudiera entrar en calor.

Me mordí el labio sabiendo que este pobre perrito necesitaba comida pero sólo tenía pizza. ¿Estaría mal darle un poco de pizza al pequeño cachorro?

Negué y recordé que había un mini market a no muchas cuadras de aquí. Así que tomé un abrigo para cubrirme un poco de la lluvia y un paraguas que estaba alado de la puerta.

— Espera aquí perrito —le guiñé el ojo y salí de la casa temblando instantáneamente—. ¡Que frío!

Caminé bajo la lluvia por alrededor de diez minutos luchando para que el fuerte viento no se lleve el paraguas. Por fin pude divisar la tienda y entre a ella toda empapada. Le sonreí a la persona que estaba detrás del mostrador viéndome con cara de "Mierda, esta chica está mojando todo el piso"

Cuando encontré la comida para cachorros pagué y me dispuse a caminar de nuevo bajo la lluvia, creo que voy a resfriarme.

En algún momento no pude sostener el paraguas y este salió volando.

MATRIMONIO EN LAS VEGAS [✔]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora