Capítulo 34

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Los jardines de la mansión Clarke estaban muy bien cuidados, el verde prevalecía pero flores de distintos colores le brindaban un toque de color. Tomé un sorbo de café, habían pasado minutos desde que amaneció pero yo ya no pude dormir más, sin embargo, toda la casa se encontraba en silencio. Era domingo y el servicio ya no trabajaba.

- Cariño...

Me tensé al sentir sus brazos sobre mi vientre, apoyando mi espalda en su pecho.

- Clarke.

- ¿Qué haces despierta tan temprano?

- No podía dormir más -alcé los hombros-

- ¿Mmh, enserio?

Un suspiro salió de mis labios al sentir los suyos sobre mi cuello, ¿cómo podía hacer que mis hormonas se revolucionaran con un par de besos?

- James, aquí no.

- ¿Por qué? -susurró entre besos- Mis padres salieron

Me separé y me giré a verlo.

- ¿Cómo? Pero si recién amanece.

- El último día del año van a visitar a mis abuelos fallecidos, son tres horas de viaje en carro, así que salen temprano, no regresarán hasta el medio día, así que... -se acercó nuevamente a besarme- Vamos a la habitación, amor.

Cerré los ojos y asentí. Chillé cuando me alzó sin avisar.

- No te dejaré caer, puedes confiar en mi, Grace.

Me mordí el labio con duda, pero rápidamente James lo jaló para morderlo por su cuenta. No pude evitar reír.

— Deliciosa.

Una vez en la cama se puso sobre mí para besarme no de una manera ruda sino más bien tierna, besó mi rostro entero antes de bajar por mi cuello. Sus manos subieron por mis muslos y colándose por debajo del short de pijama. Sus dedos tocaron mi centro.

- Estás tan lista para mí -jadeó-

- Clarke...

Después de despojarse de mi blusa empezó a besar mis senos, su boca succionó haciéndome soltar un gemido.

- Para que sepas que eres mía.

Asentí sin entender a lo que se refería y me dejé llevar por las sensaciones. Recorrió mi abdomen con su lengua y llegó a mi monte de Venus. Cerré mis piernas instantáneamente.

- Oye, yo iba a comerme eso -se quejó y no pude evitar reír-.

- No seas asqueroso, James.

- Uhm, cariño, quiero probarte -subió a mis labios para dejar un beso en ellos-.

- Me da vergüenza.

El rubor se expandió por mi cuerpo, no era nada experimentada en el tema sexual. Es nuestra segunda vez y saber que él quiere hacerme esto me atemoriza un poco.

Bien, me atemoriza demasiado.

- No tienes que sentir vergüenza, eres perfecta, ¿bien?

Me mordí el labio y dejé que siguiera con lo que estaba haciendo hace un momento. Gemí al sentir su lengua caliente en mi centro. Era tan sucio pero malditamente placentero.

Mis dedos se enterraron en su cabello mientras balanceaba mis caderas anhelando llegar al clímax, el cúmulo de sensaciones era impresionante. Después de unos segundos cuando pensé que tocaría el cielo, se detuvo. Me quejé.

- ¿Frustrada? -dijo sobre mi pecho-.

- Mucho -susurré-.

Me besó salvajemente, mordiendo mis labios. Probablemente terminarán rojos e hinchados. Solté sus labios al botar el aire por mis labios cuando se introdujo en mí de una estocada. Fuerte y demandante, nada parecido a nuestra primera vez.

MATRIMONIO EN LAS VEGAS [✔]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora