Capítulo 10

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Miré las nubes negras realmente frustrada, mi suerte hoy iba de mal en peor. La lluvia había empezado a caer de manera incesante, las palmeras estaban a punto de ser arrancadas de raíz por el fuerte viento y las olas del mar estaban realmente alborotadas. Una tormenta se había acercado impidiendo que James pudiese ir a casa, mejor dicho, mi mamá impidió que se vaya, por mí no había problema.

— Ya casi son las 6 de la tarde, cariño, es demasiado tarde y además el clima no es el mejor para que viajes, quédate.

— No creo que sea lo mejor -—James me lanzó una mirada rápida, él sabía que esto no me agradaba en lo absoluto—.

— No dejaré que te vayas en estas condiciones ¿bien?

Sin más que decir él asintió aceptando la propuesta.

— Dormirás en la habitación de Grace.

— ¿Disculpa?

Mi hermano y yo nos miramos fastidiados luego de decir la palabra al unísono. No, yo no iba a dormir con aquel dios griego, era demasiado para mi.

— Bueno, no tengo esperanza de que sigas siendo virgen — habló mamá—.

— ¡Mamá!

— No señora... nosotros... no —dijo nervioso Clarke—.

¿Realmente se ponía nervioso por esto?

— ¡Sólo bromeaba! —empezó a reírse—. Gracias a Dios, sus reacciones me hacen estar muy segura de que no ha pasado nada entre ustedes; lo que realmente sucede es que la habitación de huéspedes está en remodelación, tenía goteras, y la cama de ahí la movimos a tu habitación, así que ahora hay dos, dormirán juntos pero no revueltos.

— No puedo creer que vayas a dejar que duerman en la misma habitación —bufó Nathan—.

— Confío en tu hermana.

Ay mamá, pero ni yo confío en mi.

— Ve y enseñale tu habitación, ya puse sábanas limpias.

Rodé los ojos y empecé a subir los escalones con James detrás de mi.

— Que buena vista —susurró pero lo escuché—.

— Te escuché, deja de ver mi trasero.

— Lo siento pero es que literalmente lo tengo en mi cara, no es sencillo que pase desapercibido.

— Eres un idiota.

— Si me dieran un dólar por cada vez que me lo dices sería rico.

— Aún más.

— Exacto.

Entramos a mi cuarto, todo estaba tal como lo recordaba, aún tenía libros en mi estantería, y un poco de ropa en el armario, las paredes blancas cubiertas de fotos en blanco y negro y la pared negra en el fondo con un montón de pósters y stickers, me acerqué al balcón con vista al mar y suspiré.

— Así que... ¿Te gusta Big Time Rush?

— Sí, aún sigo obsesionada con James.

— ¿Conmigo?

— No tarado, James Maslow, él si es guapo —le guiñé el ojo—.

— No puedo creer que hayas dicho eso.

— Es la verdad.

Miré al mar alborotado sin evitar pensar en mis emociones, prácticamente estaban iguales.

Perdidos, revueltos y destrozando todo a su paso.

— Deja de pensar Grace.

Me estremecí al sentir sus labios justo debajo de mi oreja.

MATRIMONIO EN LAS VEGAS [✔]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora