Capítulo 38

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No sabía por qué Liam estaba aquí, ni cómo había dado conmigo, pero por alguna extraña razón, o tal vez no tan extraña, su presencia me daba muy mala espina.

- ¿Qué haces aquí? -pregunté-.

- ¿Qué haces tú, aquí? No me digas que el pequeño Clarke se reproduce —sonrió de lado—.

Jane se tensó a mi lado, y la tomé de la mano para calmarla.

— Eso no te incumbe, ¿qué quieres?

— Hablar contigo, es importante.

— No creo que deba discutir sobre ningún tema contigo.

— Yo creo que sí, es sobre tu querido falso esposo, tal vez no es tan bueno como crees.

— Grace, no tienes que hacerlo, no es necesario —dijo Jane al ver mi duda—.

— Lo que sea que debas decirme, hazlo ahora, confío en Jane.

— Pero yo no, necesito que me acompañes a un lugar, tienes que verlo por ti misma.

— Grace...

Tragué saliva, la curiosidad me carcomía, supongo que para que me haya buscado, tenía que ser algo realmente importante. Sin embargo, una parte de mí, la desconfiada, gritaba que no debía acompañarlo, que lo que sea que tiene que decirme, ni siquiera debería tener mi credibilidad. Pero se trataba de James y sí me importaba.

— Está bien, te seguiré.

Jane me jaló hacia ella una vez que hice ademán de seguirlo.

— Grace, no vayas. No confío en él. Probablemente todo lo que dirá serán mentiras.

— Yo tampoco confío en él —me solté lentamente de ella—. Pero necesito saberlo, verlo por mí misma, sabré que miente, créeme.

— Grace...

— No tengo mucho tiempo —dijo enojado—.

— Lo siento Jane, nos vemos en casa. 

Lo seguí hasta el borde de la carretera donde su auto se encontraba parqueado, allí me invitó a subir para después arrancar. No sabía a dónde me llevaba, pero supongo, iba a ayudarlo a explicarse mejor.

— ¿A dónde vamos?

— Ya lo sabrás, pequeña.

Mordí mis labios con nervios, la vocecita en mi cabeza regresó y sólo me pedía que regrese, que no tenía que haber aceptado su propuesta. Que si quería olvidarme de Clarke, indagar no era la mejor opción. Volví a ignorarla.

— Mamá no era la mejor madre, ¿Sabes?

Lo miré confundida cuando rompió el silencio que se había instalado en el auto. No había comprendido muy bien hasta después de unos segundos que recordé su historia.

— Ella era una drogadicta, pero la amaba. Se preocupaba por mí, no como el que me engendró.

Quise debatir y decirle que no fue así, que su madre nunca lo quiso y que sólo lo puso en contra del señor Clarke y su familia, pero decidí quedarme callada y seguir escuchando lo que debía decir. Tal vez, sólo necesitaba desahogarse.

— Ella siempre buscó nuestro bien. A veces, teníamos que comer lo que encontrábamos en la basura. Mi padre era tan ambicioso, que nunca fue capaz de darnos siquiera, para comprar un pan.

>> Cuando murió debido a una sobredosis, yo no lo entendía, pensé que sólo dormía. A veces eso sucedía, la droga causaba que se sintiera tan cansada y podía llegar a dormir por un día entero. Recuerdo que antes de morir, me había dicho que no necesitaba a mi padre, que ambos podríamos salir adelante juntos si yo estudiaba mucho y la ayudaba. Que quería que sea un buen abogado o doctor, porque sabía que era muy inteligente.

MATRIMONIO EN LAS VEGAS [✔]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora