Al salir del salón no pude evitar sentirme muy conforme con mi trabajo, aún así no estaba segura de que me escogieran, habían diseños geniales.
— Felicidades Grace —se acercó uno de los arquitectos, Marc—. Tu presentación estuvo increíble, creo que podrías ganar esta vez.
— ¿Tú crees?
— Sí, fue muy innovador, original y actual, a todos les gustó mucho, hasta el señor Clarke sonrió y él nunca lo hace.
¿Por qué tenía que estar siempre en cualquier conversación?
— Espero que el señor Ellis opine lo mismo, él tiene la ultima decisión.
— Tienes razón.
Sonreí y seguimos conversando un rato más hasta que todos salieron, Logan me sonrió triste, supongo que no lo había conseguido. Se acercó y me abrazó.
— Aún así, para mí fuiste la mejor.
Cerré los ojos, ya lo había dicho todo. Cuando los abrí James nos estaba mirando fijamente, en su rostro se notaba el enojo a metros, Rose también lo había notado y me estaba fulminando con la mirada.
— Gracias Logan —besé su mejilla—.
— Espero que el próximo beso que me des no sea para darle celos al jefe, esta te la perdono —sonreí mirando sus ojos—.
— Tú lo sabes todo.
— Seguro, también sé que me amas y no puedes vivir sin mí.
— Tal vez —bromeé—.
— ¡Señorita Davis! —me sobresalté con el grito de Clarke—. ¿Quiere una invitación? Ya la estamos esperando.
Apreté mi mandíbula cuando la rubia me miró burlona. Camine rápidamente hacia el lugar, quedándome en medio de ellos dos, miré a James sobre mi hombro.
— Amo cuando te pones celoso, mi amor —dije lo suficiente alto para que la chica nos escuche pero no tanto como para que todos quieran opinar al respecto—.
La escuché gruñir y sonreí triunfante.
Cuando todos se sentaron, el padre de Logan se puso de pie.
— Bien, sus diseños me han dejado realmente impresionado, no tengo ninguna duda que escogerlos a ustedes fue la mejor decisión; no necesité debatir mucho porque tenía en claro cuál era el diseño que quería, sobresalió sobre todos los diseños y ese es el de la señorita Davis.
Cuando sentí todas las miradas sobre mí caí en cuenta de lo que había pasado. ¿Realmente lo había hecho?
Los aplausos empezaron y no pude evitar sonreír. ¡Lo había logrado!
— No me decepcionó para nada —se acercó Ellis—. Aunque si te soy sincero llegué a dudar mucho del diseño, la rubia peli teñida me insistía en que el diseño no era para nada bonito y que construirlo sería muy difícil —dijo en secreto para mí—. Pero Clarke negó lo que ella dijo, habrán detalles que pulir pero aún así la estructura sería muy resistente.
— Gracias por escoger mi trabajo, le prometo que todo saldrá bien y tendrá la mejor estructura de París, claro, después de la torre Eiffel —bromeé—.
Sonrió y después de intercambiar algunas palabras, se despidió, salió del lugar y después los demás lo siguieron, felicitandome cuando pasaban a mi lado.
Por último se acercaron James y Rose.
— Felicidades —dijo esta—. No fue el mejor de todos pero al señor Ellis le gustó, supongo que tu amistad con su hijo tuvo que influir en eso.
Sentí mi sangre calentarse.
— Rose —dijo en advertencia James antes de que pudiera decirle algo—. Creo que lo mejor es que te vayas.
— ¿Enserio? ¿Ella? Tus gustos dan de qué desear, James.
Me miró por última vez y se fue meneando sus caderas. La incomodidad invadió mi cuerpo cuando él y yo nos quedamos solos.
— Felicidades Grace, sabía que lo lograrías.
— Gracias, Clarke —intenté sonreír—. Es hora de que regrese al trabajo...
— No, espera por favor.
Mierda, tenía que evitar mi huida. Apreté los labios y me volteé encarandolo.
— ¿Qué sucede, jefe?
— Dime James, supongo que te debo una explicación.
— No lo creo, tú y yo no tenemos nada así que puedes estar con quien sea.
— No es así, todo fue un malentendido.
— La verdad no me interesa —miré el suelo—. Sólo quiero que el tiempo pase rápido para poder acabar con esto pronto.
Cuando lo miré, pude ver el dolor en sus ojos, bien, había logrado lastimarlo.
— Grace...
— ¡Debo irme!
Y sin más salí rápidamente, dejándolo solo.
...
Cinco días habían pasado desde que aceptaron mi proyecto y no supe nada más de eso, los exámenes se apoderaron de mi esta semana, pero por fin habían terminado, llegué a casa totalmente agotada y aliviada de haber dejado esa tediosa parte atrás, podría ver Netflix en vez de estudiar por horas. Clarke y yo no hablamos para nada, yo no había ido a la empresa y cuando él estaba en casa, yo estaba en mi cuarto estudiando junto a Beethoven quien dormía a mi lado, haciendo que envidie su vida.
Puse un brazo sobre mis ojos sintiendo como el perro subía al mueble y empezaba a lamer mi rostro. Había crecido un poco desde su llegada a esta casa y aunque fue difícil Clarke terminó por aceptarlo. La puerta principal sonó, al parecer él había llegado.
Miré el reloj, era las cinco de la tarde, demasiado temprano para que Clarke llegue.
— ¿Qué haces ahí? —dijo al llegar—.
Vaya, ni un "Hola Grace, ¿cómo te fue en los exámenes?, te extrañé"
— ¿Tú qué haces aquí? Es muy temprano aún.
— Lo es, pero me refiero a que tu deberías estar arreglando tus maletas.
— ¿Ya puedo irme a casa?
Soné más emocionada de lo que estaba en realidad.
— Al parecer no me soportas ni un segundo
más —dijo pensativo—. No, se supone que mañana en la madrugada viajaremos a París— ¿Qué? —susurré—. ¿Por qué?
¿París? Siempre había querido ir, mi corazón latió rápidamente.
— Grace, el edificio del señor Ellis es en París, tu eres la arquitecta, debes estar allá —dijo obvio—. Tienes que reconocer el terreno, la dirección del viento y todas esas cosas.
Golpeé mi frente, ¡era tan tonta! obvio debía estar allá, pero claro que lo había olvidado por completo con todos los exámenes.
— ¡Tienes razón! —me levanté rápidamente—. ¡Voy a empacar! —chillé emocionada—.
Corrí subiendo las escaleras escuchando las uñas del cachorro detrás de mí, me tiré a la cama.
— Beethoven —lo cargué—. ¡París! ¿Lo imaginas? —lo abracé—. ¡Vamos a París!
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(2/2)Espero que les esté gustando la historia 🥰
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MATRIMONIO EN LAS VEGAS [✔]
Teen FictionGrace Davis sabía que perder la virginidad en una fiesta alocada en Las Vegas, borracha, con un completo desconocido no podía ser tan malo, a fin de cuentas, eso podía pasarle a cualquiera. Sin embargo, sí que se había echado para atrás cuando se d...