Capítulo 29

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Tenía que aceptar que si su intención era sorprenderme lo habían logrado, sentí mi cara ponerse roja, mierda, que buen espectáculo que le habíamos dado.

Miré a mamá y papá quienes se me acercaron rápidamente y me envolvieron en un abrazo.

— Hija, Feliz cumpleaños —los abracé de vuelta y le agradecí—.

— Pero mamá, ¿qué hacen aquí en Francia?

— Pues, queríamos pasar el día de tu cumpleaños contigo pero entendíamos que debías trabajar —hizo un puchero—. Pero James nos ayudó a conseguir los boletos y llegar hoy ¿no es genial?

— Claro que sí, mamá —dije entre dientes—.

No me malinterpreten, estaba muy feliz de que mis padres estuvieran aquí, pero maldito Clarke, ¿Por qué no me avisó? Así me hubiera evitado la vergüenza de que nos encuentren así.

Cada uno se fue acercando poco a poco, mi hermano me abrazó muy fuerte hasta el punto que sentía que iba a explotar.

— Relájate Nathan —pedí—.

— Lo siento, estoy muy feliz de verte pero también estoy muy enojado porque permitiste que ese hombre meta su lengua en tu boca.

— Nat...

— No arruinaré tu día, tranquila, te amo tanto viejita, ya estás arrugada —se separó para ver mi rostro—.

Le di un golpe en la cabeza haciendo que un quejido salga de su boca.

— Arrugado tu trasero —ataqué—.

— ¿Cómo lo sabes? —frunció el ceño—.

Solté una carcajada. Jane y Tom fueron los siguientes, mi mejor amiga me miró con ojos de arrepentimiento.

— Perdona, no pensé que se pondrían calenturientos —hizo una mueca—. Pero bueno, ¡Feliz cumpleaños! —me abrazó fuertemente—. Te amo tanto.

— Y yo a ti.

— Feliz cumpleaños Grace —Tom dijo sonriente—.

— Muchas gracias.

Cuando todos regresaron a su puesto, empezaron a hablar, mi papá empezó a bombardear de preguntas al señor Ellis de economía y al parecer habían entrado en una profunda conversación al respecto. Aproveché que todos estaban distraídos para arrastrar a Clarke hasta la habitación.

— Espera Grace, por lo menos deja que ellos se vayan y ahí podemos hacer lo que quieras —me tomó de la cintura—.

— ¡Eres un imbécil! —lo empujé—. ¿Por qué no me dijiste que ellos vendrían?

— Mmm —puso su dedo en su barbilla—. Me pregunto si entiendes qué significa una reunión sorpresa.

Bueno, el imbécil tenía un punto.

— Bien, pero me hubieras dado una señal, algo, ¡Ellos nos vieron...! —grité en un susurro—.

— Grace —acarició mi rostro—. Tú y yo somos dos esposos que se aman frente a todos ellos, bueno, tus padres no saben que estamos casados, pero entiendes —asentí—. Las personas normales tienen sexo, nada del otro mundo.

Sentí un nudo en mi garganta, claro, sólo era sexo.

— Sí, supongo que tienes razón.

...

Alrededor de las diez de la noche cada uno se fue a su habitación, no pude evitar sentir mi corazón latir fuertemente al quedarme sola con Clarke, el silencio inundó el lugar y yo sólo quería desaparecer. Tomé el mando del televisor y puse cualquier película que en ese momento estaba dando. Me recosté sobre el sofá y fingí estar ensimismada en la televisión, aunque la verdad es que era consciente de que James estaba empezando a caminar hacia aquí. Se sentó a mi lado y se recostó encima de mí. Tragué saliva.

— Relájate.

¿Por qué siempre decía que me relajara?

Sentí su cabeza apoyarse en mi pecho y su mano empezó a acariciar mi cintura lentamente, haciendo recorrer un escalofrío por mi columna vertebral.

— Hueles bien —dijo—.

— ¿Qué haces?

— Sólo quiero estar contigo un momento así, es nuestro momento solos, déjame disfrutarlo.

Maldito Clarke y sus comentarios que me obligan a pensar en que esto es algo más que un negocio.

Alcé mi mano y acaricie su cabello, era tan suave.

Nos quedamos algunos minutos así en silencio y viendo a la tele fijamente, aunque mi atención estaba en él, en su maldita belleza, en sus pestañas y sus ojos que brillaban por la luz artificial, su respiración acompasada y en su mano suave sobre mí.

— ¿Te gusta lo que ves?

Dí un respingo, él lo había notado.

— ¿Te refieres a la película?

Su barbilla se apoyó en mi pecho y me miró fijamente.

— Seguro —dijo—. Fue genial cuando el protagonista empujó a esa chica por el acantilado ¿cierto? Nadie se lo esperaba.

¿Eso había pasado?

— Sí, tienes razón, fue inesperado.

— Sí, eso no pasó —me miró serio— estabas contemplando mi belleza, lo entiendo.

— Eres muy egocéntrico, ¿lo sabías?

— Sí pero así te gusto, así que no importa.

Tragué saliva.

— ¿Por qué estás tan seguro?

— Porque me miras bonito, como enamorada, te pones nerviosa cuando estamos solos y nos acercamos mucho, y porque seguro en este momento sólo piensas en besarme.

— Eres como una chica cursi.

— No cambies el tema y acéptalo.

— Bueno si acepto eso, entonces tu también deberías hacerlo.

— Si así lo quieres, acepto que me gusta estar así contigo, y también hacer que te sonrojes de esta manera, probablemente es lo más tierno que he visto.

— No soy tierna —me quejé—.

— Claro que lo eres —se acercó más—.

— Ya dije que no.

— Y yo que sí —susurró sobre mis labios—.

Suspiré antes de sentir sus labios sobre los míos, los acepté completamente, la situación me resultaba tan familiar que pronto nos amoldamos. Sus labios eran suaves y tiernos sobre los míos, sus manos tomaban delicadamente mi cintura. Me estaba volviendo loca. Gemí cuando sus dientes tomaron mi labio inferior. Dios.

Se separó de mi y sus ojos se nublaron, se acercó nuevamente y esta vez el beso era todo menos tierno, empezó a levantarse poco a poco y a arrastrarme con él, me tomó en brazos y me llevó a la habitación hasta que sentí el colchón hundirse bajo mi espalda.

— Voy a hacerte el amor —dijo antes de besarme intensamente otra vez—.

...

Ahora bien, no se me da la escritura hot pero ya vemos qué se hace😉

MATRIMONIO EN LAS VEGAS [✔]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora