MATRIMONIO EN LAS VEGAS [✔]

Capítulo 13

Empecé a morderme la uña del dedo índice al ver como el reloj pronto señalaría las seis de la tarde, hora en la que ambas salíamos del trabajo y así mismo el aviso de que faltaba poco para mudarme con Clarke.

— Grace, ayúdame con algo —se acercó Thor—.

— Claro, dime —después de todo, era mi trabajo—.

— Ve y dale estos planos —me entregó unos papeles enrollados—. Al jefe

Torcí los labios pero acepté. No tenía ganas de verlo pero trabajo era trabajo así que tomé el ascensor y marqué el último piso ya que ahí estaba su oficina. Al ingresar no pude evitar distraerme con las miles de fotos en blanco y negro que se encontraban esparcidas por la pared de lado derecho y el gran ventanal que permitía ver la ciudad desde lo alto.

— Guao —susurré—.

Presté mayor atención a las imágenes que mostraban la construcción del lugar desde cero, y ciertamente ahí estaba el árbol del lobby, sólo que un poco más pequeño. Una de las fotos me llamó la atención, en ella había un señor de aproximadamente treinta años y dos niños que no tenían más de diez, los tres con cascos de construcción, supuse que era Clarke, su papá y su hermano. Me parecía tan tierno.

— Ejem —alguien aclaró su garganta—.

Me fijé en la guapa rubia detrás del recibidor de mármol, seguro era la secretaría del ingeniero imbécil.

— Eeh —me acerqué más—.vengo a dejarle estos planos al señor Clarke.

Sonrió y me dedicó una mirada despectiva desde mi cabello a mis pies.

— Él está ocupado, puedes dejarme los planos y yo se los entrego cuando termine.

Uf, excelente.

Asentí y le tendí los rollos, de repente, la puerta de su oficina se abrió.

— Tú y yo sabemos que este puesto me pertenece, es sólo cuestión de tiempo para que tome lo que es mío.

Un hombre probablemente de edad similar a la de Clarke salió gritando del lugar, no pude evitar sentirme curiosa por lo que dijo ¿James no era el jefe legítimo? No me sorprendería si está en el puesto a la fuerza, después de obligarme a fingir un matrimonio.

— Liam, sólo retírate de mi oficina y déjame trabajar en paz —respondió el jefe desde la puerta—.

Observé como el rubio y atlético chico anduvo hasta el ascensor hasta desaparecer.

— James —ronroneó la secretaria—¿Lo mismo de siempre?

— Sí, Claudia.

Tensé mis labios viendo la escena, una sensación para nada agradable se alojó en mi estómago al sentir lo cercanos que eran.

Celos. Susurró mi subconsciente.

No, no podían ser celos, tal vez algo me hizo daño en el almuerzo. 

— Aquella chica dejó esto para ti —le acercó los planos—.

En ese momento él prestó atención a mi presencia en el lugar cambiando su cara de seriedad por una más tranquila, casi pude notar una sonrisa en su rostro, para lo cual yo no pude evitar sentir un poco de color en mis mejillas.

— Gracias —le dijo a la secretaria—. Grace por favor, ven a mi oficina.

Me quejé internamente, no quería estar sola con él, debí irme enseguida. Sin embargo algo se activó en mi cuando la secretaria me lanzó una mirada llena de fastidio así que solté una sonrisita cómplice y asentí mientras me dirigía hacia él.

Al entrar se acercó a su escritorio y tomó un control para oscurecer los vidrios y así nadie, ejem, Claudia, ejem, observe lo que pasaba ahí adentro. Sonreí porque sabía que la curiosidad la estaba carcomiendo. 

— ¿Para qué me necesitas? —crucé los brazos estableciendo una barrera entre ambos cuando empezó a acercarse—.

— Hoy saldré un poco tarde así que quería darte esto —me ofreció un juego de llaves, lo miré confundida—.

— ¿Y esto es para...? —cuestioné—.

— Son las llaves de mi casa, por favor, recoge tus cosas y ve, usa todo con toda la confianza del mundo, será tu casa también.

— ¿Qué te hace pensar que yo, voluntariamente, iré a tu casa?

— Mmm, mi amor —sentí gusanos con alas en el estómago al escucharlo diciendo eso, pronto tendría que tomar desparasitantes—. Yo sé que te encantaría que vaya y te saque a rastras de tu casa pero enserio, hoy no se podrá.

— ¿Y tengo que mudarme específicamente hoy?

— Sí, mañana irá uno de esos consultores de inmigración a "vernos" así que te necesito ahí.

— Eso no me habías contado.

— ¿Olvidé decirlo? —puso su mano en la barbilla—.

— Serás imbécil —susurré—.

— Te escuché -guiñó el ojo-

Se acercó a mi haciendo que todo mi cuerpo se tense debido a la poca distancia, la respiración se me cortó al sentir como bajaba su cabeza y acercaba sus labios a mi. Cerré los ojos esperando su toque, sin saber por qué no me alejaba y huía.

Sus labios se posicionaron sobre mi frente ligeramente dejándome confundida con su gesto.

— Ya son las seis, puedes irte a casa, te mandaré la dirección por mensaje de texto

Asentí y salí del lugar apresurada y bastante sonrojada aunque eso no era novedad cuando estaba cerca de él.

...

— Esto no es una casa ¡Es una puta mansión! —gritó Jane—.

Creo que ambas estábamos bastante impresionadas con la casa de James Clarke, era enorme. El estilo era bastante moderno, siendo el cristal uno de los materiales principales. Había un gran jardín delantero muy bien cuidado y con varias clases de flores.

— Que envidia, vivirás en una mansión con un papasito ¡Sacale el jugo a estos limones!

— Olvídalo mujeeer —rodé los ojos—.

— ¡Grace! —se quejó—.

— Bien, bien... lo intentaré.

— Así se habla, guapa.

Nos sonreímos y Jane se despidió de mi dejándome sola en aquella enorme casa. Suspiré. Intentaría relajarme y disfrutar un poco las vanidades de este lugar para poder sobrellevar la situación.

Escuché un trueno y sabía que una tormenta se acercaba, las odiaba. Despues de entrar y observar un poco el lugar, me acerqué a la cocina para preparar algo que pudiera merendar. Fruncí las cejas al notar que no había nada en el refrigerador salvo una ensalada que parecía tener muchos días ahí dentro.

— Que asco —dije una vez que pude botar el contenido del tazón—.

Me acerqué a la ventana y pude notar que ya caían unas pequeñas gotas así que no tendría tiempo de ir a comprar algo para cenar.

Sonreí teniendo una idea. Pizza.

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Se pone buena la situación.

Denle mucho amor a la historia❤

Besitos chocolatosos, bye🌸