MATRIMONIO EN LAS VEGAS [✔]

Capítulo 37

Al parecer todo podía salir mal.

Las dos rayitas en las tres pruebas eran una muerte anunciada, sí que quería tener hijos pero estaba convencida de que aún no estaba preparada para hacerlo en este momento.

Tomé mi cabello entre mis manos intentando pensar qué haría.

- Grace, ¿estás bien? -dijo mientras tocaba la puerta-.

Definitivamente no quería salir. Tal vez, si me quedaba dentro del baño, podría fingir que esto sólo era un sueño. Si salía, sabía que tendría que enfrentarme a la realidad, la cual no era muy atractiva para mí en este momento.

¿Cómo podría tener un bebé con alguien que no me ama?

Estaba aterrada. ¿Qué tal si pensaba que yo había planeado esto para enredarlo a mi? Claro, era demasiado conveniente que yo estuviera embarazada antes de que podamos romper el compromiso.

- ¿Grace?

Sollocé.

- Jane...

La puerta se abrió mostrándome a dos preocupados Jane y Logan.

- ¿Qué sucedió? -preguntó Logan-.

Se agachó junto a mí y tomó la prueba que estaba en mis manos mirándome aterrado antes de mirarla por él mismo.

- Es... e... tu...

- ¡Ash! Déjame ver -dijo Jane empujando a Logan y quitándole la prueba-.

Jane me miró y luego a Logan.

- Lo sé -dije en murmullos- Esto no...

Antes de poder decir algo, ambos gritaron al unísono.

- ¡Seremos tíos!

...

- Definitivamente será un niño y se llamará Logan.

- Estás loco, mira su pancita, tiene forma de niña. Se llamará Jane como la tía favorita.

- ¡Ja!, ya quisieras ser la tía favorita, sin duda me amará más a mi.

Ahora bien, no sabía cómo había llegado a esta situación pero ambos me habían tomado en brazos y me llevaron a la cama, donde decidieron que alzarme la blusa y ponerse a hablar con una panza para nada hinchada sino más bien escuálida debido al vómito que me ha acompañado durante toda la semana, era la mejor opción.

- ¿Pueden callarse? -hablé por fin-.

Estos dos no se habían callado ni por un segundo y sinceramente, a pesar de que por un momento hicieron que olvidara lo malo de la situación, necesitaba pensar.

- Enserio, no es el mejor momento para esto. Chicos, de verdad me siento mal. Yo...

Y aquí venían las lágrimas, otra vez.

- Grace, estamos contigo, ¿sí?

Ambos me abrazaron, de cierta forma saber que no estoy sola me reconfortó demasiado.

- ¿Podemos mantener esto en secreto? Al menos hasta que se confirme esta situación.

- Claro que sí, respetamos tu decisión, besitos.

...

Resistí la tentación de salir corriendo, el hospital blanco estaba frente a mí esperando mi entrada.

- ¿Vamos, sí? -dijo Jane-.

— Vamos.

Caminé un poco temblorosa hacia el lugar, creo que si Jane no estuviera sujetándome por el brazo en este mismo momento, estaría en el piso. El olor a medicina entró por mis fosas nasales cuando estuve adentro. Con la ayuda de Jane llegamos hasta el escritorio donde una enfermera tecleaba en su computadora.