—... Voy a abrir una sucursal en Francia y me gustaría que Clarke Corporation se haga cargo...
Probablemente si seguía apretando los dientes de esta manera estos se romperían, Grace estaba hablando animadamente con Ellis, al parecer le había agradado encontrarlo aquí. Apreté los puños sintiendo la furia invadirme.
— ¿Señor Clarke?
Miré al señor Henry, estaba tan absorto en mis pensamientos que apenas había podido entender sus palabras.
— Le pido una disculpa señor Ellis, ¿podría repetir lo que dijo? —me miró sonriendo y asintió—.
— En resumen, he conseguido poder poner mi sucursal en Francia y me gustaría que te hagas cargo de la construcción y diseño del edificio.
Esbocé una sonrisa y asentí.
— Claro, podemos hacer una cita, y usted me indicará todos los detalles.
— Listo, excelente.
— Buenas noches caballeros.
Ambos tomamos la mano del señor Frederick. Maldición, nunca me soltaría de estos hombres y yo tenía que encontrar a Grace que se había ido con Logan a quién sabe dónde.
Alrededor de veinte minutos después pude disculparme y salir del grupo de conversación con la excusa de que iría a buscar mi esposa, lo cual no era mentira.
Paseé mi mirada por el salón intentando encontrarla pero no había tenido éxito.
Grace, dónde mierda estás.
Mis ojos se encontraron con los de Liam, que me veían burlones. Lo que me faltaba, se acercó junto al abogado Schmidt.
— Hermanito, ¿Cómo estás?
— Buenas noches Liam, buenas noches señor Schmidt.
— Buenas noches.
— Esperaba verte con tu falsa esposa, pero no la veo por aquí ¿Tan rápido te dejó?
Rodé los ojos.
— ¿Tan rápido con tus ataques, hermanito?
Sabía cuánto odiaba que lo llamara así, disfruté cuando vi cambiar su cara burlona a una totalmente fastidiada.
— Mi amor.
Sentí un jalón en mi brazo que me hizo perder el equilibrio, era Grace y estaba muy sonriente, al parecer perderse con Ellis la hizo feliz, resistí el impulso de no lanzarme sobre ese chico.
— Lo siento Clarke —dijo él—. Conversábamos y empezó a beber, y ahora está así.
— Déjala, hiciste suficiente —entendió mi mal humor así que asintió y se alejó sin decir más—.
— Hmm, James, tienes unos brazos enormes, me dan ganas de morderlos —salté cuando sentí sus dientes enterrarse en mi piel—.
— Cariño, por favor —rogué—.
No quería que ciertas partes se activaran y me dejaran en vergüenza frente a todos.
— Así que esta es tu... Esposa —dijo Liam despectivo—. ¿No podías conseguir una mejor esposa falsa?
Sentí como la sangre se me calentaba. Hijo de puta, estaba empezando a sacarme de mis casillas.
— Oh, tú eres el estúpido medio hermano de mi esposo —lo miró de arriba a abajo—. No le llegas ni a la planta de los pies a James, me das asco.
Al parecer cuando estaba borracha era demasiado honesta.
— Lo mismo digo —respondió serio—. seguro podías conseguir alguien con más clase y no esta perra.
Estuve a punto de abalanzarme sobre él pero Grace se interpuso. Se acercó y le acarició el pecho.
— Sí, seguro pudo conseguir alguien con más clase, ¿pero sabes qué no podrá conseguir? Este traserito —se volteó y lo palmeó—. No, cariño, esto sí es difícil de conseguir.
Sonreí viendo cómo había dejado anonadados a los dos hombres, me acerqué y la atraje hacia mi. Sería mejor que nos vayamos, ella al parecer era un peligro andante estando en esta condición. Sin despedirme la empecé a arrastrar hacia la salida, pero al parecer ella no quería irse.
— Cariño, vamos a casa.
— No quiero —hizo un puchero pero luego sonrió malévolamente, me preguntaba qué había pasado por su cabecita— Bueno, con una condición —se acercó a mí oído—. Que me folles duro contra la pared.
Esa era su frase favorita cuando estaba borracha.
Ella se acercó y mordió el lóbulo de mi oreja mandando descargas hasta mi miembro. Maldición, ella sabía cómo volver loco a un hombre, y sí seguía así podría ignorar el hecho de que está ebria y no sabe lo que dice y meterla en mi cama, recordé lo mucho que me costó hacerlo la noche que nos casamos y no sabía si podría volver a resistirme.
— Lo haría cariño, pero estás borracha.
— Sí, es verdad, pero es la única manera en la que puedo hacer lo que deseo sin pensar de más, por favor James —me rogó— Hazme el amor.
Mordí mi labio indeciso, la llevé hasta mi auto pero antes de llegar ella paró y me jaló hacia ella, sus labios tomaron los míos, en una caricia suave, sensual...
— Por favor —susurró sobre mis labios—.
Miré sus ojos brillosos por el deseo y tal vez por el alcohol. La atraje por la cintura y la besé con pasión haciéndole saber cuánto la deseaba. Mordí su labio, y gimió bajito.
¿Cómo decirle que no a esta mujer?
— Vamos a casa —repetí—.
La metí en el carro y abroché su cinturón. Cinco minutos después me había sorprendido con su silencio y cuando la vi estaba profundamente dormida. Reí y negué lentamente, sólo ella me calienta y puede dormir tranquila.
— No me cansaré de decirlo Grace, me vuelves loco.
— Y tu a mí, James, como no tienes idea.
Lo dijo tan bajo que pensé que sólo lo había imaginado, sus ojos seguían cerrados.
...
Su aliento rozaba mi cuello mientras la cargaba hacia su habitación.
— Hmm, hueles tan rico.
Sentí sus labios sobre mi cuello. Mierda.
La deposité sobre la cama, le quité los zapatos y su vestido porque no sería cómodo para ella. Debajo de todo eso llevaba ropa interior de encaje, ella era simplemente perfecta, y sí, su trasero no lo puedes encontrar en cualquier lugar.
La dejé bajo las colchas y apagué la luz; me decidí a salir de ahí sin embargo su voz me hizo voltear.
— James, quítame el sujetador.
— Tú sólo quieres provocarme.
— Tal vez.
Me acerqué a ella y desabroché su sostén, agradecí que se mantuviera dándome la espalda y además la oscuridad nos envolviera. Las ganas de lanzarme sobre ella y hacerle el amor como ella había pedido eran demasiadas.
— Duerme conmigo, porfavor.
— No creo que sea buena idea —hice una mueca—.
— Lo sé pero no importa —susurró—.
Negué, ella era imposible. Me despojé de mi traje quedando sólo en bóxer, vi a mi amigo bastante feliz.
Hoy no, amigo.
Me recosté junto a ella, se volteó y me abrazó pegando su pecho en mi costado.
— Descansa Clarke.
Claro, como si fuera tan fácil.
— Descansa Grace.
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MATRIMONIO EN LAS VEGAS [✔]
Teen FictionGrace Davis sabía que perder la virginidad en una fiesta alocada en Las Vegas, borracha, con un completo desconocido no podía ser tan malo, a fin de cuentas, eso podía pasarle a cualquiera. Sin embargo, sí que se había echado para atrás cuando se d...