Capítulo 23

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— No participaré esta vez
—dijo Jane—. Tengo que estudiar para los exámenes, francés se está volviendo mi némesis y no quiero reprobar.

Hice una mueca, quería trabajar con ella para presentar un buen diseño, pero al parecer tendría que hacerlo sola.

— Bueno, está bien —regresé mi vista al papel en blanco—.

El señor Ellis quería un edificio de veinte pisos, con diseño innovador, y cristal, mucho cristal. Teníamos una semana para presentar nuestros trabajos.

Miré a mi alrededor buscando algo de inspiración, mis ojos se posaron sobre la piscina, estábamos en el patio trasero de la mansión de Clarke.

— Creo que el sol está increíble, así que me daré un chapuzón.

Asentí y la vi saltar al agua.

— Está deliciosa, G, deberías entrar. Tal vez te ayude a despejar tu mente y puedas dibujar algo que valga la pena.

Pensé mis opciones y tenía razón, dejé la hoja en blanco en el asiento y empecé a quitarme el short y la blusa para quedar en traje de baño. De inmediato sentí como el  sol emoezaba a calentar mi cuerpo.

— Uhm, ¡Grace! ¡Estás hecha toda una mamacita!

Rodé los ojos y la ignoré, eso era mentira. Era una chica común, con un cuerpo común.

Me acerqué al filo de la piscina y antes de poder entrar una voz me sobresaltó.

— ¡Mierda, Clarke! Que partidazo que te has encontrado.

Me giré rápidamente para ver a Tom y James viéndome fijamente.

Mierda. Pensé que llegarían más tarde.

— Lo sé —dijo Clarke—. Pero es sólo mía, no la mires mucho, tú ya tienes a la tuya.

Rodé los ojos, estúpido Clarke, era tan posesivo. Retrocedí un paso cuando hizo ademán de acercarse a mí.

Error.

Cuando pude salir del agua escuché a todos riendo, el imbécil se acercó con una sonrisa burlona.

— ¿Estás bien?

— Sí —dije enojada—. Sólo es un poco de agua.

— Un poco de agua podría ahogarte, cariño.

— En este caso no fue así.

Ambos nos fulminamos con la mirada. Al parecer hoy él tenía ganas de pelear, y yo siempre las tenía así que probablemente eso sería un problema.

— Ya chicos —intervino Jane—. Sólo disfruten del hermoso día que nos está ofreciendo esta increíble ciudad.

Miré por ultima vez a James y me sumergí, buceando hasta donde estaba mi mejor amiga, haciéndola sobresaltar, estaba muy distraída mirando a su novio.

— Mierda Grace, pareces un maldito tiburón, me asustaste.

— Lo siento —me disculpé—. Aunque no es culpa mía que estés babeando por tu novio y no te des cuenta.

— Tampoco es mi culpa que sea condenadamente perfecto.

Me alcé de hombros.

— ¡Allá voy!

Me giré y vi a Tom corriendo en ropa interior hacia la piscina. En un momento ya estaba a nuestro lado.

— Hola chicas —dijo coqueto—.¿Qué las ha traído hasta aquí?

MATRIMONIO EN LAS VEGAS [✔]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora