Capítulo 22

1.5K 630 172
                                    

—¿Qué hacen todos ustedes aquí? —Nos pregunta Henry

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

—¿Qué hacen todos ustedes aquí? —Nos pregunta Henry.

—Pues, disfrutando— Le contesto.

—Mas bien, el que debería de preguntar sería yo, ¿Qué haces en este lugar? —Pregunta Edward.

—Lo mismo que tú. ¿O no te acuerdas de que ninguno de los dos podía pisar de nuevo este lugar? —Masculla Henry con hostilidad.

El ambiente es de discordia pura, ambos se contestan de manera grosera, Dahey, Felipe y yo, no sabemos qué hacer.

—Por tu culpa ella murió—Acusa Edward a Henry.

—Nuestra culpa—Corrige Henry.

—Ya no fui quien le pidió a Lina, que caminara por el bosque en medio de la noche—Confiesa Edward.

—Y yo no competía para ver a quien quería más Lina, no seas ridículo Edward y vete antes de que llores—Grita Henry.

Mientras, los tres que no estamos en la discusión, sólo prestamos suficiente atención a las palabras, revelando el secreto que atormenta a estos dos, y que los hace llevarse tan mal.

—No me hagas perder la paciencia Henry, por mi mente están pasando muchas ideas, para torturarte por la muerte de Lina.

Podría amarrarte a este árbol—Agarra el árbol, como si tratara de demostrar que es un árbol adecuado para atar a alguien—Podría dejarte toda la noche aquí, como comida para los lobos, así como lo fue Lina...

Ahora entiendo todo, una muerte es lo que atormenta a estos dos, con razón no se soportan, no puedo creer que los dos mataran a una mujer.

—Yo...—Tartamudea Henry. —Yo no maté a Lina, fuiste tú, la detuviste para que no llegara a la cascada, y así no pudiera escuchar mi declaración de amor—Acusa Henry a Edward.

—Ella no te amaba, me amaba a mí, pero nunca quisiste entenderlo—Habla Edward.

—¿Quieres que tenga el mismo futuro Darah? —Me señala Edward, rojo de cólera—no entiendo para qué la trajiste aquí.

—Ni te atrevas a meter a Darah en esta historia, ella es diferente, no morirá—Declara Henry.

El estar metida en este lío ¿amoroso?, no me tiene cómoda y menos sabiendo que en este bosque rondan grandes manadas de lobos, que ya han acabado con otras vidas, no puedo creer cómo son tan inconscientes para detenernos aquí.

—Dahey, Felipe vámonos de aquí, no tenemos por qué escuchar los problemas de estos dos —Prendo mi lámpara, que se había apagado por el aire, y comienzo a caminar para salir de aquí.

Edward y Henry nos siguen, ambos en silencio.

En todo lugar en el que esté, no puedo evitar salir involucrada en problemas, por más que lo evite, termino por gustarle a las personas más equivocadas, siendo envuelta en todo tipo de problemas.

Sed de PoderDonde viven las historias. Descúbrelo ahora