Kaia Morana Morringan es hija de la grande casa Sallow, la cual está en quiebra. Su vida
dará un drástico giro cuando el destino haga cruzar su camino con el Príncipe Damen de
Atheya, quien se enamora perdidamente de ella desde el momento que la con...
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Mientras más me cuenta, más me escandalizo, es que, por más que intento vivir una vida tranquila es muy difícil.
Es como si la desgracia me persiguiese.
—En una de mis visitas a casa de Dahey y Felipe, me contaron todo de ti, y entendí perfectamente porque seguían protegiéndose hasta el cuello. Y si me permites, Darah suena mejor que Kaia —Bromea, intentando relajarme.
—Como te decía, Henry fue a hablar con mis señores, entró con una barba enorme y harapiento. Ellos como son buenas personas, decidieron escucharlo, a pesar de que no estaba presentable.
Les habló de este pueblo, un reino escondido por el bosque. Dijo que era el momento perfecto para atacar, ya que estaban sufriendo una revolución, les prometió grandes riquezas, hasta la posibilidad de conquistar el pueblo entero.
Mis señores, cegados por el poder aceptaron, y empezaron a preparar tropas.
Como supe de tu visita en mi pueblo, no me fue difícil atar los cabos. Henry te siguió hasta aquí, y desde que escuché que los atacarían, salí corriendo para poder avisarles antes de que la masacre iniciara.
Por suerte logré encontrar este lugar, y en verdad que está muy bien escondido.
—Termina y los dos nos quedamos escuchando nuestras respiraciones, por un lado, la mía es un intento para tranquilizarme y la de él es tan tranquila.
—Gracias—Es lo único que logro articular.
La puerta se abre inesperadamente y aparece Cédric dando el anuncio que se acaba de convocar a todo el pueblo, sin excepciones. No saldremos del castillo, el anuncio se dará por un balcón que da a uno de los lados del patio de este gran castillo.
Salgo con un porte digno de admirar y Cédric y Edward caminan detrás mío.
—Se sonaron las campanas de emergencia, todo el pueblo llegará. Nuestra mayor ofensiva es el castillo —Me informa.
Llego con Damen y enredo mi brazo en el de él, no pienso separarme de él por estos momentos. Idy está mejor protegida que nadie y tranquila con su nana, y es momento de desempeñar el mejor papel de reina.
El patio se empieza a llenar, y nosotros esperamos a que lleguen un poco más de personas, para dar inicio. Noto que Damen está muy nervioso, en toda la vida de este reino nunca había ocurrido un suceso así.
Otra cosa por la cual van a querer matarme.
Cuando el patio se llena, ambos salimos al balcón y Damen se salta todas las formalidades y empieza por regañarlos —Sufrimos grandes pérdidas por el ataque, estoy tan molesto con ustedes. Pero no los culpo, fue mi culpa, me olvidé de la gran responsabilidad que son y decidí que era más importante romper la maldición que nos atormenta.
Ahora llega el momento en el que ya no hay punto de retorno, todos están cansados de mi mala labor y por eso es que decidieron atacar, los entiendo completamente—Lo agarro fuertemente de su brazo, para intentar detener su patética queja.
