Capítulo 43

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Mis tartas de zarzaparrilla son fáciles de hacer, es de las cosas que aprendí en mis clases cuando era joven

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Mis tartas de zarzaparrilla son fáciles de hacer, es de las cosas que aprendí en mis clases cuando era joven. Además, con la experiencia que me proporcionó Lily, mejoraré el sabor.

Le pedí a Lily que me acompañara en la hechura para que me ayude y recordara la receta, porque quiero que se empiece a hacer de ahora en adelante.

Al terminar de hacerlas, las dos nos sentamos a degustar un trozo y nos ponemos a platicar sobre temas triviales. Le gustan tanto que me pide un trozo para darle a su amado Cédric, obvio no me niego.

Por mi parte, sirvo un trozo en un plato para llevarle a Damen, tengo que hacer que pruebe esta delicia.

Voy a su despacho, que es usualmente donde lo encuentro, pero no está, así que le dejo la rebanada sobre su escritorio.

Reflexionando, me doy cuenta de que no sé en dónde pasa la mayoría del tiempo, debe de tener algún gabinete o algo así para hacer su trabajo.

No me interesa mucho el tema.

Por la tarde, vuelvo a salir a hacer mi registro.

Así lo hago durante días hasta que no me falta nadie por anotar.

Los días son muy cansados, entre revisar los avances de las mejoras en el castillo, y salir al pueblo. Se me pasan muy rápido.

Mientras estoy comiendo, y repasando lo que tengo que hacer el día de hoy, llega un trabajador con una bandeja, y en ella una carta.

La carta con el sello del rey.

Me pide esperarlo en la noche, ya que tenemos asuntos que platicar.

Como lo ordena, por la noche voy más temprano al dormitorio y él ya está esperándome. No me da ni tiempo de cambiarme a mi bata de dormir.

Está parado en el balcón, admirando la noche, y con el rechinido de la puerta, voltea a verme.

— Te estaba esperando, tenemos muchas cosas que hablar — Señala.

— Ya estoy aquí —Contesto mientras me siento en la cama.

— Me contó un pajarito que has estado molestando a la servidumbre — Declara bromista.

— ¡Qué pajarito tan chismoso! —Replico con el mismo tono bromista.

Damen al notar que el tema no está tomando la seriedad debida, se sienta a un lado de mí, e intenta tomar mi mano, haciendo que la retire inmediatamente.

— Cuéntame que hiciste para molestar tanto a la servidumbre.

— Yo no hice nada— Contesto indignada.

— Morita, has hecho más en estas dos semanas que en todos los meses que has estado aquí — Comenta con el ceño fruncido — Cuéntame tus planes, tiene mucho tiempo que no platicamos —

Sed de PoderDonde viven las historias. Descúbrelo ahora