Capítulo 37

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— Y cuéntame, ¿de dónde conoces al príncipe? —Comienzo a atacar con muchas preguntas a Stella, mientras está comiendo

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— Y cuéntame, ¿de dónde conoces al príncipe? —Comienzo a atacar con muchas preguntas a Stella, mientras está comiendo.

— Pues desde pequeños, yo vivía aquí cuando nací, y me fui a los dieciséis, yo quería conocer más allá de este reino, y así lo he hecho. Digamos que soy una mujer aventurera.

—Cuéntame más como es el exterior, yo en realidad conozco muy poco — Digo intrigada.

Esta conversación tenía la intención de sacar información, pero Stella termina hablándome de sus viajes por las afueras y cómo es de divertida su vida. Admito que sí, me da un poco de envidia, pues ella dejó atrás a todos sus miedos, con tal de seguir sus sueños, pero bueno, a ella nunca la obligaron a casarse.

Siento que es buena persona, pero muchas veces me he equivocado, así que mantendré mi muralla, hasta que ella demuestre que es alguien en quien puedo confiar totalmente.

Le dan un recorrido por el castillo y yo estoy en todo momento escuchando sobre todo lo que platica Stella.

Cédric llega y nos hace el anuncio de que el príncipe nos dio permiso de salir a dar una vuelta por el pueblo. La verdad, sí me alegra mucho salir, aunque tenga que compartir mi salida con más personas.

Stella, Lea, otra mujer y yo, salimos en el carruaje con dirección al pueblo.

Caminamos lentamente, porque todos los pueblerinos nos hacen pararnos, pues saludan a Stella con una gran sonrisa, al parecer siempre llevó una buena relación con el pueblo.

Contrario a mí, aún no logro descifrar muy bien qué es lo que sienten por mí, pero sin duda, amor o pleitesía por ser su próxima soberana, no es.

Cuando regreso a ver a Stela, noto lo hermosa que es, su piel morena contrasta con sus enormes ojos cafés, tiene un cuerpo muy bonito y una gran sonrisa.

Y lo que más resalta en ella, es un lunar arriba de su labio, es una mujer muy bonita, además audaz, siempre admiro a las mujeres superficialmente, pero ya aprendí a que también debo de fijarme en lo interior.

Si no, me pasará como con Luna y Lea. Luna de inicio me pareció una linda persona, pero sus convicciones la transformaron, y, por otro lado, Lea, desde el primer momento en el que la conocí me dio miedo. Eso me hace voltear a ver a Lea, quien carga una canasta con todas mis cosas, inmediatamente siente mi mirada y me la regresa con una amable sonrisa.

— Kaia, ¿Podemos alejarnos un poco de ellas por favor? —Pide Lea.

Asiento y nos sentamos en una de las bancas que están puestas estratégicamente en el pueblo.

— Quiero pedirte nuevamente, que me veas como una amiga, yo ya no estoy a tu servicio y de verdad quiero que seamos amigas— Habla con un tono suave, escuchándose sincera.

Su petición, me hace pensar en que no está mal, tener una aliada dentro del castillo, pero ¿En realidad lo es?, claro que no, ella es una fiel sirviente de su príncipe y estoy segura de que cualquier cosa que le cuente a ella, inmediatamente el príncipe lo sabrá.

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