Capítulo 29

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—Bueno pues ya está, ya se puede ir señorita, me aseguraré de que todo salga perfecto —Dice Gustav

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—Bueno pues ya está, ya se puede ir señorita, me aseguraré de que todo salga perfecto —Dice Gustav.

Cédric está muy atento a lo que hace el señor Gustav, como si le interesara mucho el tema de los bordados, y cuando Gustav dice que ya nos podemos ir, Cédric regresa a su faceta seria.

—Vámonos señorita, no hay que retrasarlo más, que está trabajando sobre tiempo —Declara Cédric.

Me acomodo mi ropa, y le hago señas a Cédric para que salgamos. De regreso al jardín, guardo nota mental de cómo llegar a esta habitación, y a esta ala, porque aún no conozco bien este castillo, y estoy segura de que alberga más secretos de los que creo.

Ya en el jardín, de regreso, están los organizadores de mi funeral, con su sonrisa característica.

—Señorita Kaia, la estábamos esperando, necesitamos que escoja muchas cosas—Dice el encargado de todo esto, lo nombro con el apodo de Fantasma, ya que es alto y con una tez clarita, a diferencia del que anota todo. Los dos son como un complemento, mientras que uno tiene la piel de tono claro, él otro la tiene más oscura y, además, el fantasma es muy alto y el otro más bajito —Siéntese con nosotros que tenemos mucho qué planear.

Hago lo que dicen, porque mis ganas de pelear por esto son nulas.

—Necesitamos saber qué sabor de pastel quiere—Dice el que siempre apunta.

—Algo sencillo, escojan ustedes el sabor —Contesto hostigada. —¿Algo más?

—Ya entendimos, entonces, ¿Algún tipo de música, algo que quiere especial que nosotros no podamos escoger?

—Ummm, ¿Pueden conseguir lo que sea? —Pregunto.

—Lo que usted desee, señorita—Contesta el fantasma, bien sonriente.

—Quiero un violín, pero quiero que sea sorpresa, entonces no quiero ninguna palabra sobre esto, a nadie.

—Entendemos, tendrá su violín, listo para que haga lo que usted quiera —Dice el de las notas y se van, dejándome otra vez en paz.

Admirar las flores de este jardín se convirtió en mi pasatiempo favorito, siempre me han gustado mucho las flores, siempre salen donde menos se espera, florecen a pesar de las adversidades.

—Lea, ¿Ya me dirás dónde están Luna y Sofía? —Reprendo con enojo falso.

—No tengo permitido dar ese tipo de información — Contesta.

—Bueno pues tendré que investigarlo yo—Declaro enojada.

Me paro para simular ir a buscar, lo que sea que me pueda dar una respuesta, y aun así no se inmuta Lea.

A lo lejos veo corriendo a Cédric otra vez, pensé que por ser el jefe no trabajaría tanto como los demás, pero hasta parece que hace más cosas que la servidumbre.

Sed de PoderDonde viven las historias. Descúbrelo ahora