Kaia Morana Morringan es hija de la grande casa Sallow, la cual está en quiebra. Su vida
dará un drástico giro cuando el destino haga cruzar su camino con el Príncipe Damen de
Atheya, quien se enamora perdidamente de ella desde el momento que la con...
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A la mañana siguiente, se me hace raro que Damen aún no se levante, pues después del día de ayer, debe tener mucho trabajo para poder encontrar a las personas que provocaron todo el altercado.
Aun así, él está aquí, durmiendo plácidamente al lado mío, y eso me preocupa.
— Es hora ya de levantarse— Digo mientras lo muevo para despertarlo.
Veo como sus ojos se abren y parpadean, para acoplarse a la luz del sol que ya nos está dando—Es muy temprano para vivir, no quiero despertar aun— Susurra con la voz más ronca de lo normal, y es porque va despertando, siempre es así.
—Adelanté la fiesta de la bebé, así calmaremos a todo el reino, y es una estrategia para que pueda atrapar a la persona que intenta perturbar nuestra paz.
— ¿Para hoy?
— Así es, todo está arreglado y te agradezco por hacer todo mi trabajo, más aparte, organizar la festividad, todo ya está arreglado, sólo ve con Gustav y te entregará un vestido amarillo, del mismo tono que pediste el de la bebé, yo también llevaré ese color— Informa mientras se levanta y camina al baño— En este momento la servidumbre está arreglando todo, para que en la noche ya todo esté listo, también mandé a alguien para que avise a todo el pueblo, como te digo, ya tengo todo listo, y aun así no me dejaste descansar.
— Si me hubieras dicho antes, los dos seguiríamos plácidamente dormidos, recuérdalo para la próxima, aun así, dices que todo está arreglado, pero ya no falta mucho tiempo para que esto se vuelva un desastre, así que iré a asegurarme que todo está saliendo a la perfección, y también quiero ver ese vestido que mandaste hacer apresuradamente para mí.
Lo primero que hago, después de hacer todo lo necesario para intentar lucir como la reina de Atheya, es ir a ver que mi pequeña se encuentre bien, después voy por mi desayuno y no me tomo el tiempo de comerlo en el comedor, doy unos bocados y me lo llevo comiendo mientras camino al salón, en donde planee que se realice la celebración.
Están todos perfectamente distribuidos en sus tareas, y parece como si lo que pasó anoche, hubiera sido una pesadilla.
No queda ni huella de todas las cosas rotas que estaban en el piso, los únicos guardias que murieron eran los del recibidor, y ya están con sus familias, los jardines están como nuevos, y hasta restauraron todas las piezas del castillo, como los retratos de las personas extrañas con marcos de oro.
Hasta podría decir que se ve más reluciente de lo habitual, y me invade el pensamiento, que estas personas no han tenido ni un minuto de descanso.
Mientras nosotros dormíamos plácidamente, ellos trabajaron toda la noche, y a pesar de eso, siguen aquí con las planeaciones de celebración y no se les ve cansados.
Por un lado, quien provocó el altercado hizo que me preocupara bastante por todos, de igual forma por mí, pero logró lo que yo no he logrado, derrumbó por unos instantes todo lo que el pueblo de Atheya ha construido. La parte mala que habita dentro de mí, aquella que toma las malas decisiones, y solo se preocupa por sí misma, piensa que nos podríamos llevar muy bien.
