me and you two

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- ella dijo algo como: por ser como eres - contaba la castaña mientras secaba su cabello con una toalla, frente al espejo del baño - ¿soy extraña, amor?

- no, tampoco así, tienes tus momentos de locura, pero me encanta - dijo sincero entrando al espacio para abrazar a su novia por la espalda.

- Ben, los ojos en el juego, muchachon - dijo señalandolo por el reflejo en el espejo, al notar como comenzaba a darle un beso en su hombro descubierto - ¿cuál es el plan para hoy?

- estar juntos, ya sabes.

- no, bobo - se rio - debemos buscar un jardín.

- ¿sigues con eso, nena? - preguntó, mientras se sentaba en la encimera del lavabo, viendo a Agnés mientras se cepillaba los dientes - podemos buscar un salón, para estar más cómodos, aparte el frío.

La mujer escupió la pasta dental y sonrió con la espuma en sus dientes - o un jardín con un salón por aparte.

- uhm, me parece... eso está mejor - vio a la chica limpiar su boca, sonreír exageradamente frente al espejo para después colocarse frente a él, justo en medio de sus piernas, abrazando su cintura mientras lo miraba fijamente a los ojos - te amo, Agnés.

- pero Ben, ¿qué hago con esa información? Olvidé la grabadora.

- no, Aggie, no traigas el cofre. Por favor, es como si nunca lo dijera - pidió rogando, la chica soltó una tremenda risotada al ver como achinó sus ojitos imitando el llanto de un bebe. El cofre, era realmente una caja, con una grabadora que tenía algunos audios de Ben diciendo te amo, algo que Agnés había tomado por costumbre pues el señor lo decía muy pocas veces, por lo que ella aprovechaba para grabarlo y así reproducirlo cada que podía.

- amor, es que lo dices muy poco.

- pero lo demuestro ¿o falta más demostración? - preguntó colocando una mirada coqueta, a lo que ella solo pudo sonrojarse y bajar la mirada - ¿quieres una demostración? - pregunto viéndola desde lo alto. La chica aprovechó la altura que tenía y se puso de puntillas para dejar un casto beso sobre los labios de Ben y después salir del baño para buscar su ropa y cambiarse.

Desde que el mayor le dijo que la quería para el resto de su vida han habido varios cambios en su cotidiana rutina, y un ejemplo claro son sus mañanas, pues ya no despierta sola. Ahora tiene la dicha cada voltea a ver a su lado, de encontrarse con el majestuoso rostro de Ben, con quien decidió ir  a vivir hace ya tres meses.

Muchos dirán que fue muy poco el tiempo como para formalizarse, pero la verdad es que el tiempo nunca es justo.

Su madre quedó impactada al ver a Ben comportarse como todo lo que algún día su hija soñó y que decir de su padre, quien realmente no dijo tanto, pero su rostro parecía... bien, no hubo algún cambio, pero parecía felíz. Louí no tenía porque opinar sobre su pareja, aunque Agnés quedó sorprendida al escucharlo confesar que ella era muy especial en su vida y que esperaba que Ben y él, nunca tuvieran un roce porque no iba a calcular la fuerza en sus golpes. Por mucho que le hubiera gustado que Nathya dijera lo mismo, que se alegrara con ella, pero claro, no salió como esperaba.

- ¿qué crees qué me dirá? - preguntó luego de un tiempo.

- nena, mi sobrina es muy mala con las palabras, puedo asegurar que estará tan nerviosa que solo dirá "perdón" - sintió un leve golpe en su brazo y después comenzó a reir por como su novia le veía con desaprobación - qué, así era su abuelo, como dicen de tal palo tan astilla.

- tan cruel... mejor vamos a desayunar que me rugen las tripas - pidió comenzando a caminar afuera de la habitación. Luego de dar unos cuantos pasos, sintió su mano ser entrelazada y sabiendo más que perfectamente quién era la tomó gustosamente mientras giraba para verlo y reír al instante en que él sacó la legua y corrió hacia la cocina.

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