good luck

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Un mes y catorce días después

Decir que pudo dormir parecería  una completa y absurda mentira, sin embargo, lo habia logrado, a petición de Haruk, quien le rogó porque descansara al menos seis horas. Así que, tomando en cuenta su propuesta, durmió como un bebe recién nacido.

Nathya había decidido quedarse en la mansión después de tanto tiempo; se reuniría con Ron dentro de unas cuantas horas para salir a la estación de trenes y luego continuar su viaje a la ciudad del Este, en donde ya estarían esperando Haruk y Eilyss. Por ahora solo debía estirar bien su cuerpo y entrar a darse una buena ducha que alejara de ella el sueño.

Caminó hasta dar con el baño, y es que sus ojos apenas se abrían, busco el picaporte de la puerta y empujó de ella para ingresar en el espacio.

Frío fue lo que sintió cuando sus pies descalzos tocaron la cerámica del suelo. Giró sobre sus talones y apoyó sus manos sobre la encimera del lugar para luego, perezosamente, levantar su mirada y encontrarse con su reflejo cansado.

- ¿cuántos relevos le di a la misma carrera? - se preguntó mientras bostezaba y rascaba su cabello enmarañado. Empezó a quitar su ropa interior mientras encendía al mismo tiempo la llave de la bañera. El agua hirviendo golpeó su cuerpo el cual reaccionó de la peor manera, pues fue tanto lo relajado que se sintió que perdió alrededor de diez minutos debajo de ella sin moverse. Hasta que fue consciente de que no podía seguir así comenzó a lavarse como era debido desde un principio.

- Llamaré de nuevo cuando esté afuera - deletreó mientras terminaba de colocar una media en su pie. Ron habia enviado un mensaje hace unos segundos después de que la pelinegra cayera al suelo y se levantara con un leve dolor en su brazo todo por contestar a la llamada que al final perdió - me debes un brazo, Ron. - musitó terminando de vestirse.

Bajó de dos en dos las gradas hasta llegar al primer nivel de la mansión lugar en el que ya tenia listo los dos trajes, el de Eilyss y el de ella, junto con otros accesorios de cabello y los patines que decoraron la otra vez. La chica caminó hasta su cocina para comenzar a prepararse un emparedado, sin embargo, su teléfono volvió a sonar.

- estoy afuera, abre que me congelo - no le dio tiempo de responder pues el joven colgó tan rapido como habló. Regresó sobre sus pasos hasta llegar a la entrada de la academia y abrir de un solo tirón, viendo a su amigo temblar del frío -. Dios, que frío...

- hola, buen dí... ¡oye mi pan! - le gritó cuando el muchacho le arrebato su "desayuno" y comenzó a comerlo - ahora... ve a hacer otro para mí... tonto.

- con mucho gusto... ¿ya estás lista, bonita? - escuchó de la joven un sonido de afirmación mientras entraban al blanco lugar - que bien... oye ¿puedo dejar aquí estacionado mi carro? Como  dices que iremos en tren...

- claro, pero déjalo en el jardín de atrás - señaló donde se suponia que estaba el jardín para luego sentarse en una silla alta de la isla -. Estoy tan nerviosa... han pasado tres años desde la última vez que patiné para una competencia... que no sé si lo haré bien o me comerán viva los nervios.

- relajate, no ha pasado tanto tiempo... además, no es que lo hayas dejado de hacer - dijo mientras se señalaba, dando a entender que él lo habia dejado por más tiempo -. Todo saldrá bien, hemos practicado lo suficiente y hemos dado nuestro mejor esfuerzo, sabemos que lo haremos bien. Mantente con la frente en alto - le ánimo mientras daba un leve apretón en su hombro y después, con su otra mano alcanzaba el emparedado - ahora, come, nena.

Cuando terminó de comer, caminó junto con su joven amigo hasta la entrada para recoger sus prendas y salir así de la academia. Ron corrió a su auto para sacar su pequeña maleta con su vestuario y al fin comenzar con su recorrido a la estación de trenes para empezar el viaje a la ciudad del Este.

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