too true

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"Gracias por la conexión, Juliana. Y como bien decía en cabina central nos encontramos en la academia Ântoine Fitzgerald siendo testigos de los últimos arreglos para el especial homenaje a nuestra amada Rebecca Astín, a casi un año del terrible suceso que le cobró la vida. Homenaje que se llevará a cabo este fin de semana en este lugar en donde ella demostró la pasión por picar hielo. Todas las paredes cuentan la historia de como nuestro país fue representado en los ultimos juegos Olímpicos por nuestra estrella. Descansa en paz amada Rebecca Astín..."

- mamá apaga el televisor, por favor. - pidió con voz tosca bajando las gradas.

"Recordamos con amor y respeto a Rebecca, fue una maestra dedicada a dar lo mejor de ella. Siempre admiré su fuerza y valentía..."

La familia Amurabi se preparaba para cenar y disfrutar del delicioso recado que Elena habia preparado con la ayuda de su nieta horas antes bajo el bullicio del noticiero regándose por la casa que estaba en total silencio - mamá la televisión - volvió a levantar la voz llegando finalmente al primer piso sacudiendo sus manos, encontrándose con su pequeña hija fija en el aparato que reproducía fotografías de su esposa - ¿dónde esta tu abuela? - sin respuesta. La nena estaba inmersa entretenida con una hermosa sonrisa levantando sus labios. - apagaré la televisión, hija- le avisó tomando el mando para presionar el boton rojo.

- ¿mamá? ¿A dónde fue? - preguntó la pequeña cuando la pantalla se volvió negra - qui... quiero a mamá ¿dónde está?

- vamos a comer Eilyss, ¿y la abuela?

- quiero a mamá. Yo... yo... mamá- se levantó del suelo donde se encontraba sentada y tomó el control de la televisión del sillón presionando todos los botones posibles para encender de nuevo el aparato. Sus ojos llorosos no le dejaban completar sus acciones por lo nublado que se volvía su visión.

- afuera hace calor, por Dios - entró Elena llamando la atención de su hijo y nieta quien rápido olvidó lo que estaba haciendo y corrió en dirección a su abuela para saludarla - mi nena ¿por qué llo...

- no, no se lo recuerdes- interrumpió el padre levantando su dedo indice y apoyarlo en sus propios labios. - ¿dónde estabas?

- no seas metido en asuntos de mujeres, niñito - bromeó caminando al lado de su hijo y aprovechó a palmear el trasero de su hijo escuchando su bufido.

- enserio ¿no me dirás? Eilyss quiere saber - apuntó a su hija que limpiaba su nariz totalmente ajena a la platica - Eilyss... hey.

- deja de aprovecharte de tu niña - le regañó - ¿por qué quieres saber? - dejó unos sobres sobre un mesón de la cocina sintiendo como su hijo le veía sin despegar la mirada de ella. El hombre se apoyó bajo el umbral de la puerta. - vamos a comer.

- eres mi madre, debo cuidarte - dijo alcanzando los platos de la encimera - aparte es de noche, tu no sales de noche - aseguró llevando las vajillas a la mesa.

- el vecino me ofreció leche y miel ¿eso querías saber? - la señora rio en carcajadas al verlo levantar sus hombros - mi niño.

Los tres compartieron una noche llena de bromas por parte del único hombre molestando a su madre con el posible interes que ella tenía en el vecino, Durand. Elena le miraba con sus ojos filosos para después amenazarlo con la cuchara, que en su mano era peligrosa, diciéndole que si no paraba con sus tontas bromas sacaría a secar al jardín delantero sus calzoncillos favoritos con caritas de ositos.

- estas jugando con fuego, mamá - le avisó - te pusiste sería. Y solo es una broma, Ele...- la señora le vio aturdida. Sus ojos mostraban la misma sorpresa que él tuvo al reencontrarse con su amiga.

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