we need to learn.

170 14 18
                                    

Justo en la ciudad lejana, la noche caía. Cubriendo los sectores de finos edificios con su densa oscuridad. En las calles aún se escuchaban los murmullos de personas que caminaban bajo la inminente luz de la luna. Y, de vez en cuando, los fuertes maullidos de gatos que raspaban las ventanas de edificios de apartamentos buscando un refugio del cruel frío que azotaba gran parte del año. Bajo esa misma rutina, la joven entrenadora preparaba unas galletas con jalea de fresa recien cosechada dentro de su apartamento. Lugar en donde el color verde abundaba y no solo en las plantas que tenía como "amigas" sino que también en las cuatro paredes de cada habitación. Todas con diferentes tonos. Pero no solo habia verde, ya que la mayoría de sus accesorios eran blancos y tenia un poco de amarillo en los marcos de sus fotos. Su apartamento era su lugar seguro, pasaba la mayoría de su tiempo ahí, junto con la señora Addeline, quien le ayudaba con la limpieza de su piso. Esa noche despejada, Nathya se mantenía sumergida en sus pensamientos, todos resumidos a una niña. Sin saber mucho que hacer por su falta de experiencia al enseñar y tratar con alguien autista, llegó a su mente quién podría ayudarle y enseñarle a como salir adelante con su difícil situación.

-Hola, Ag- llamó por teléfono la joven entrenadora, a una de sus pocas amigas cercanas dentro de la ciudad.

-Nitty, que alegría- respondió la mujer. Por lo que se escuchaba, la chica se encontraba comiendo y al mismo tiempo hablando.

- Agnés, ¿estás comiendo?- le preguntó con burla, escuchando como la otra joven a través de la linea suspiraba con fastidio- Bueno, no importa, necesito tu ayuda.

- bien- alargando la última vocal, respondió. - ¿cómo amiga?

- sí y no.

- sí, ¿por qué? - inquirió atenta.

- eres mi amiga, pero necesito un consejo como psicóloga, que también eres.

- Entonces, dejando de lado tu lógica extraña- rieron- , dime ¿en qué me necesitas? - volvió a preguntar bufando.

- ¿recuerdas a la nena, Eilyss?- preguntó la joven, recibiendo como respuesta un largo tiempo de silencio. - ella, una nenita que sufre de autismo, te conté Ag- le reclamó. Haciendo con sus labios un leve puchero.

- sí ya la recuerdo, prosigue.- Agnés contestó, comenzando con su diálogo de profesional.

- ya entraste en el papel- bromeó la chica riendo.- ella... bueno su papá, me dijo que su enseñanza era lenta. Y, además, que ella debía sentirse cómoda. Pero justo ayer, que fue su primera clase, no pude llamar su atención y ¡ni siquiera pudo calentar! - exclamó en un grito - enserio me asusté. Fue a parar a la pared de seguridad, por Dios, no sabes el susto que me dio.

- pero...- iba a responder, sin embargo, se quedó callada pensando en que realmente decirle - primero debías entablar con ella una plática, Nitty, los niños con autismo regresivo o bueno, la mayoría de los autistas, son desconfiados con las personas que apenas conocen. - explicó. La chica detras de la linea hizo un ruido extraño - eso sonó asqueroso, pero solo fue la silla- aseguró -. Como decía, ellos deben sentirse en confianza. Nathya, primero debes ser... como su amiga ¿comprendes?

- ¿su amiga? Sí, comprendo. Hacerle saber que puede confiar en mí, ¿no? mañana lo intentaré.

- sí. Sabes que al principio no será para nada fácil. Pero debes tener mucha paciencia y... espera - se escuchó como volvió a arrastrar su silla y sus pasos apurados, dejando las palabras en el aire y a la entrenadora esperando, hasta que esta escuchó sus gritos irritados a lo lejos "pueden tener consciencia, son mis rosas, respeten" la escuchó suspirar al volver a su lugar - bien... y esperar a que ella, pues... te preste atención o considere interesante el escucharte hablar.

Second Chance Donde viven las historias. Descúbrelo ahora