Me sentía horrible, mi cuerpo pesaba y mi cabeza parecía querer explotar. Como pude me levanté del colchón en donde me encontraba y busqué a mi hijo con la mirada, encontrándolo en su cuna. El alivio recorrió mi cuerpo al ver que él estaba bien y tranquilo. Aprovechando aquel momento en que no estaba llorando, lo tomé en brazos y salí de la habitación para buscar a Reli. Era extraño no verlo allí y el último momento que había visto no era nada agradable. Comencé a caminar cada vez más rápido y me dispuse a abrir la puerta de su habitación, chocando con alguien al intentar entrar.
-¿Qué...?- Preguntó la persona que me había impedido la entrada.
-Estás bien.- Dije al verlo allí de pie.
Me abracé a él como si mi vida dependiera de eso. Había temido tanto por su vida y verlo allí frente a mí era un alivio enorme. Estaba llorando como una tonta en su pecho pero no me importaba porque no nos había dejado solos.
-Tranquila.- Murmuró.
-Pensé que...- Sollocé.
-Pero no fue así. No llores más mi pequeña flor.- Susurró, limpiando mis lágrimas.
-¿Estás herido?- Hipé.
-Nada que me pueda matar.- Sonrió mientras tomaba a Einar entre sus brazos.- Hola pequeño.
-Déjame ver.- Exigí aun llorando.
-No es necesario.- Murmuró. Algo había mal en todo eso.
-Siéntate.- Ordené, tomando a Einar y colocándolo en la cama, rodeándolo de almohadas.
-Dalila.- Me riñó.
-Quítate la camisa, Reli.- ¿Me estaba mintiendo cuando decía que nada demasiado grave?
Él dudó en hacerme caso pero al final asintió y llevó sus manos a la camisa. Comenzó a desamarrarla y luego la hizo desaparecer de mi vista.
-Por Dios...- Susurré con voz ahogada.
-Estoy bien.- Negué repetidas veces.
-Dijiste que nada que pudiese matarte.- Sollocé.
-Estoy vivo.- Sonrió y quise golpearlo.
-Te atravesó, Reli.- Informé lo evidente.- Tú fuiste al que vi...
-¿Qué?- Preguntó alarmado.
-Te vi con la espada en el abdomen.- Intentaba contenerme pero solo lograba hipar y cortar mis palabras de una manera espantosa.
-Olvida eso.- Pidió.- Olvídalo todo porque ya no volverá a ocurrir.
-Reli.- Susurré, aferrándome a su cuello.
-Todo se acabó, ya no volverás a verlo.- Murmuró mientras besaba mi frente y nariz.
-¿Lo mataste?- Pregunté.
-Nadie toca a mi mujer e hijo y sale vivo.- Murmuró con frialdad.
-¿Quieres hablar de ello?- Susurré, volviendo a tomar a Einar en brazos.
-Sé que quieres saber los motivos pero...- Negó con la cabeza.- Es difícil.
-No voy a presionarte.- Aseguré.
-Ven, siéntate.- Golpeó repetidas veces el colchón.- Ya me han curado.
-Mm...- Emití con desconfianza pero acaté su orden.
-Alastor y yo nunca nos llevamos bien, nos retábamos y discutíamos todo el tiempo. Cuando nuestro padre decidió nombrarme conde en vez de a él todo fue a peor, se descontroló a tal punto que...- Su voz se cortó bruscamente.- Hasta que asesinó a nuestra hermana.
-¿Qué?- Susurré.
-La destrozó por completo, Dalila. No tuvo compasión por su sangre y yo perdí la cabeza. Ella era mi confidente, mi protegida y él lo sabía, eliminó todo lo que quería.- Pasó una de sus manos por su rostro y continuó.- Yo había intentado matarlo tan pronto supe de lo ocurrido pero no pude y me culpé siempre por ello, por haber sido un cobarde incapaz de defender a su sangre.
-Suficiente.- Susurré.
-No, necesito que lo sepas.- Inhaló y exhaló hasta que se sintió seguro de poder continuar.- Creí que se había calmado en el hueco en el que se escondía para no ser ejecutado pero no fue así. Él no iba a matarme tan pronto, buscaba herirme pero no lo suficiente como para matarme. Me quería consciente para que pudiese ver cómo iban a ser torturados. Alastor iba por mi familia, Dalila, no podía dejarlo vivir y que se acercase en otro momento e hiciera con ustedes lo que su perturbada cabeza tenía preparado. Eran ustedes o él y podrás ver cuál fue mi elección.
-Gracias por abrirme tu corazón.- Susurré al abrazarlo.- Gracias por cuidarnos y gracias por seguir aquí.
-Gracias a ti.- Susurró con voz ronca, colocando mi mano en su pecho.
No volví a alejarme de él en todo el día y no pareció molestarle en absoluto. Ambos estábamos heridos e iba a ser más fácil todo si nos ayudábamos entre nosotros. Sí, habían sirvientes que podían ayudarnos pero en aquellos momentos necesitábamos estar solos con nuestro hijo y superar de la mano todo lo vivido.
Para haber tenido una vida tan caótica y dolorosa, Reli era un amor de persona. Si aquello le hubiese sucedido a alguien más, simplemente estaría demente o siendo un peligro para la sociedad.
-Te amo.- Le susurré al hombre que yacía dormido con la cabeza en mi hombro.- A ti también te amo, mi bebito hermoso.- Le susurré a mi pequeño, quien se encontraba en mis brazos y me miraba con curiosidad.
La recuperación de las heridas de Reli fue bastante lenta y tortuosa porque debía tener mucho cuidado con los movimientos que hacía y la que parecía más bobita de todas, se había infectado. En Sdon comenzó a respirarse nuevamente una atmósfera de paz y tranquilidad magnífica. Todos ponían de su parte para volver a la normalidad y olvidar aquellos sucesos que nos habían estado ocurrido con demasiada frecuencia.
Los meses se fueron a toda velocidad y en un solo pestañear, Einar tenía siete meses y escupía a todo aquel que le pusiera un dedo encima. Por supuesto que para mí no era un problema pero Reil detestaba terminar bañado en babita santa.
-Es irónico.- Murmuré.
-¿El qué?- Preguntó sin comprender.
-Que te moleste la baba de tu hijo pero no las de tus antiguas concubinas.- Lancé con toda la maldad posible.
Oh, sí. Recordaba aquellas palabras con el dulce sabor de la venganza recorriendo mi paladar. Su rostro había valido oro, incluso sus orejas se habían vuelto rojas y al tocarlas se podía sentir lo calentitas que estaban.
-¿Qué vamos a hacer cuando cumplas tu primer año?- Le pregunté juguetonamente a mi hijo.
Él solo reía, babeaba o gritaba y para mí eso era todo un espectáculo. Ser madre se sentía jodidamente bien, me arrepentía de todas las veces que había dicho que un bebé no era una opción para mí. Einar se había vuelto mi gran amor, mucho más allá de lo que significaba Reli en mi vida porque mi pequeño había crecido y salido de mí, había una conexión que no podría sentir de ninguna otra forma.
Estaba profundamente enamorada de mi caótica vida porque al fin los astros se habían alineado para alumbrar mi camino.
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La Flor del Conde© EE #3 [BORRADOR]
Fantasia💫Esta historia es completamente de mi autoría por lo que se prohíbe su copia o adaptación.💫 •Tercer libro de la saga EE.• •Recomiendo leer los primeros dos libros para entender lo que sucede.• El libro ha vuelto a hacer de las suyas, ahora solo qu...