Capitán

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«- Clark, cuando regrese te enseñaré a utilizar el Multi-axial. ¿Qué te parece?»

______ se despertó con la respiración agitada, ansiosa, y un gran dolor de cabeza. Erwin; le había visto. ¿Había sido un sueño o algo más? Se levantó y se dio una ducha rápida para despejar su mente. Quería hablar con el Comandante y, tarde o temprano, acabaría haciéndolo. Se suponía que las habitaciones iban a ser compartidas pero ella estaba completamente sola.

No se había enterado mucho de dónde estaba el comedor, pero sabía que se accedía desde el exterior de los barracones. ¿El problema? Ese lugar era inmenso. Había demasiadas puertas y nunca abría la correcta. La gente opinaba de ella como si fuera perfecta, pero desde luego tenía sus defectos, como todo el mundo. Era pésima orientándose.

- ¿Quién se ha creído que es? No lleva ni un día aquí y ya tiene a todo el mundo hipnotizado. Todo el día sonriendo... Ojalá se la coman durante la próxima expedición.

- Tampoco hay que pasarse, Arlene. A mí me parece una chica encantadora, sinceramente. Cuando llegasteis, los cadetes nuevos de vuestra promoción hablaban muy bien de ella. Se ve que Clark ayudaba a todo el mundo durante los entrenamientos.

- ¿Quieres saber por qué todo el mundo habla tan bien de ella? Te daré un consejo, porqué eres mi compañera de habitación y me has caído bien. Por lo que nos contaste, llevas un año en la Legión y estás comprometida con un soldado del escuadrón de la sub-capitana Nanaba. Bien. Aprovéchalo, porqué yo he soportado tres años en el Campo de Reclutamiento con esa y puedo decirte que es una zorra.

Clark se quedó inmóvil, petrificada. Había escuchado la conversación entre Arlene y otra chica que no conocía desde el otro lado, con evidentes pretensiones de difamar falsos rumores y desacreditarla. ¿Tanto la odiaba? Durante los entrenamientos siempre le ofreció su ayuda para que mejorara tanto en el ataque cuerpo-contra-cuerpo como en la técnica con el Multi-axial, pero Arlene siempre se negaba. Era muy orgullosa. Empezaron llevándose muy bien, pero luego se distanció y empezó a pasar de ella. Desde el primer día, había dejado muy claro que sus intenciones eran destacar y llamar la atención; quería ser la mejor en todo. Pero se encontró con un imprevisto: Aunque fuera mejor que los demás, Clark siempre sería mejor que ella, en todo. Se moría de la envidia, y no podía evitarlo.

______ dio media vuelta y cambió la ruta, no quería escuchar como seguía aquella conversación. Cuando la gente hablaba de ella como si fuera un trozo de carne, sentía que su existencia perdía el sentido porqué le dolía. Se sentía herida cuando todo el mundo aseguraba conocerla tan bien como para afirmar barbaridades, cuando ni siquiera ella misma sabía quién era.

Cuando encontró la puerta que daba al exterior ya no buscaba el comedor; había perdido el apetito. Se respaldó contra una pared y decidió que esperaría allí el resto de cadetes. Ahora necesitaba estar sola y echar de menos a Dylan en silencio.





. . . . . . . . .

- ¿Cadete _____ Clark? - La joven del pelo blanco se sobresaltó al escuchar aquella voz.

- ¿Comandante Smith? ¿Me buscaba?

- Eso parece. No te he visto durante el desayuno. ¿Va todo bien?

Clark suspiró y escondió nuevamente su cabeza entre las rodillas. ¿Era ese el momento que tanto había esperado? Cuando Erwin vio que Clark no iba a hablar, tomó asiento en el suelo, junto a ella, y dirigió la vista al cielo. Se quedaron en silencio durante un tiempo, disfrutando de la compañía del otro, hasta que Erwin se fijó en el anillo que la recluta llevaba puesto.

- ¿Me dejas verlo? - Clark se sacó el anillo y se lo dio sin dudarlo demasiado. Cuando Erwin leyó la inscripción dejó de tener dudas, ahora sabía que no era y nunca había sido una coincidencia. - ¿De dónde lo has sacado?

OMEGA (Levi x Lectora)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora