Miradas de deseo

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- Levi, detente. - Habló Erwin con firmeza, elevando considerablemente su tono de voz, pero el pelinegro siguió avanzando por el pasillo de la Legión con la mirada más fría que nunca. - Es una orden.

- Me importa una puta mierda si es una orden o no, así que cállate. Quiero verla.

- No creo que ahora...

- ¡Erwin! - Se giró para mirarlo directamente a los ojos, y el comandante pudo observar en lo más profundo de su mirada aquel sentimiento de culpabilidad que le era tan familiar; una desgarradora preocupación. Supo enseguida que sería inútil seguir insistiendo, así que no lo hizo. - Primero la caída de Trost, y luego el puto juicio de mierda que tenemos que prepararnos para conseguir la custodia del mocoso ese que puede transformarse en un trozo de carne enorme que levanta rocas. Con tanta tontería no he podido hablar con ______ ni siquiera medio segundo, y adivina qué: Estaba desangrándose por la nariz, helada, temblando, fingiendo que estaba bien con esa estúpida sonrisa. ¿Cómo cojones iba a estar bien? Joder, la puta ciudad en la que creció se destruyó delante de sus ojos y a ella no se le permitió hacer nada. Sus hermanos murieron aplastados por la roca que ahora sella la Muralla Rose. Y a pesar de todo, ella decide sonreír. Aunque realmente no esté bien, porqué no lo está. Sufre, y sufre en silencio. 

- Levi...

- No, ya he puesto mis obligaciones por delante desde que llegamos de la expedición. Ahora quiero ser simplemente Levi.

- Sé que estás preocupado, pero Clark me pidió permiso para pasar tiempo en el comedor después de la hora permitida, precisamente porqué no habría nadie. ¿Has pensado en que a lo mejor necesite algo de espacio, para estar sola? Ha sido un día agotador; deberías irte a descansar. 

- ¿Qué clase de inútil soy, si no puedo cuidar a la única persona que me importa? Tal vez ella no me quiera a su lado. Tal vez no quiera a nadie. Tal vez prefiera seguir sufriendo sola y lamentando cosas que nadie puede cambiar. Pero, aunque no me necesite, quiero estar allí. - Erwin mantuvo la mirada firme, sin alterar su expresión, y el teniente Ackerman volvió a darse la vuelta y siguió caminando hacia delante, sintiendo los pasos de Erwin detrás de él. - No me pidas que me detenga. No voy a hacerlo.

- Lo sé.

Con la mente ocupada únicamente por la mujer que amaba, dejó de escuchar los pasos de Erwin detrás de él. Y cuándo abrió la puerta del comedor, localizó enseguida a Clark: La única mesa que no estaba vacía era la que ocupaba ella, aparentemente dormida sobre la madera.

Se la veía agotada, tanto físicamente como mentalmente. Y cuándo estuvo lo suficientemente cerca, percibió las hileras de lágrimas que habían quedado marcadas en sus mejillas. Se le rompió el corazón.

Se sentó en la silla que había junto a ella, y empezó a acariciar su cabello suavemente. ¿Cuánto más seguiría fingiendo, mintiéndole al mundo, engañándose a sí misma?

______ entreabrió los ojos y conectó su mirada azul  con la mirada gris del pelinegro. Se perdieron uno en la oscuridad del otro, y Clark empezó a llorar. Se ahogaba con unos gritos de dolor que seguía tratando de reprimir, con sus propias lágrimas, con su ansiedad. Levi se la acercó al pecho con delicadeza y la estrechó con ganas, para que sintiera que él estaba allí y no tenía ninguna intención de irse.

- Respira, Clark. Intenta tomar aire poco a poco y expúlsalo lentamente. No hay ninguna prisa. - La chica intentó seguir las instrucciones de Levi mientras él le acariciaba el cabello y le daba besos en la cabeza. Poco a poco, su respiración se fue tranquilizando y el llanto cesó.

- Lo siento mucho, Levi. Siento mucho ser una carga para ti.

- No digas estupideces. Te quiero, y eso incluye tus días buenos y tus días malos. - ______ volvió a susurrar un «Lo siento» contra su pecho y Levi acarició su sien con los labios, dipositando uno que otro beso. - Te prometo que aunque las cosas se pongan difíciles yo estaré ahí contigo, dándote todo mi apoyo. Porqué cuando te veo feliz, yo soy feliz.

OMEGA (Levi x Lectora)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora