El círculo de la motivación

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- ¡Hermano!

- Levi, no te precipites. Hablémoslo primero. - Expresó Farlan, serio. - No puedo aceptar que sea buena idea que vayas solo a esa expedición. ¡Eso sería más peligroso!

- Farlan tiene razón, así que escúchalo. Cuando salgamos a fuera, estaremos los 3 juntos. Juntos, hermano... ¿Lo has olvidado? Hay que conseguir la ciudadanía en la superficie para salir de una vez de ese basur...

- Es igual. - La interrumpió con un tono de voz seco y áspero, distante, al mismo tiempo que triste e inseguro. Isabel abrió los ojos de par en par, incapaz de comprender al pelinegro. La indecisión, el miedo y la desconfianza no definían a Levi Ackerman en absoluto. ¿Por qué dudaba? - Si no está el brillo de la luna y las estrellas, es la misma oscuridad que la del subterráneo.

Farlan dirigió una mirada al cielo oscuro y nublado. Conocía bien a Levi; sabía exactamente cómo se sentía, le conocía plenamente: Estaba confundido. Era el resultado de sus dudas en ellos y en sus posibilidades de apañárselas ahí fuera contra los titanes y, aún que podía llegar a empatizar con ese temor propio de un ser humano, le seguía frustrando que su mejor amigo, su hermano, no fuera capaz de confiar un poco más en ellos.

- Levi, yo...

- ¡Pero no es lo mismo! - Exclamó Isabel con seriedad, resignación y firmeza. - Sabemos que no hay un techo. ¡Es muy diferente al subterráneo!

- Es verdad, el cielo es diferente. Su oscuridad no es la misma.

- ¡Mira! - La chica de cabello rojizo y mirada intensa señaló la apertura que se iba formando entre las nubes. Entonces se hizo visible la luna, enorme y brillante, y las estrellas, tan lejanas y tan próximas al mismo tiempo, luminosas, resplandecientes. - Es la luna, ¡está muy brillante!

Sin que el pelinegro apartara la mirada del cielo estrellado, Isabel y Farlan se sentaron junto a él.

Levi seguía pensativo.

- ¿Lo ves, hermano? No es igual.

- Así es, Levi. Este no es el subterráneo, y nunca más regresaremos allí. Lo prometimos, ¿recuerdas?

- Siempre hemos pasado dificultades juntos; con los titanes va a ser lo mismo. Solo tienes que confiar en nosotros. Nosotros confiamos ciegamente en ti. Por eso, hágamoslo juntos.

- Levi... Debes confiar. En nosotros.

El pelinegro abrió los ojos de par en par.

Dudaba de la fuerza de sus hermanos, no eran como él. Pero no quería defraudarlos, no cuando lo único que habían conocido todos ellos a lo largo de sus infortunadas vidas había sido la decepción. ¿Merecían esa confianza que aclamaban a gritos? ¿Estaba dispuesto a pagar el precio de una mala decisión? Hasta que no conoció a Farlan, ese costo que tanto temía había sido la soledad.

Quería confiar en ellos, en su valía, sus competentes aptitudes, sus insaciables ganas de libertad. A su vez, no quería volver a perder a su familia.

Estaba confundido.
No sabía qué debía hacer.
Y no quería arrepentirse de su decisión.

¿Confiar en sus hermanos, o en él y su propia fuerza?

OMEGA (Levi x Lectora)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora