OMEGA (Levi x Lectora)

Caída de Trost 2/2

Caos.

Esa era la palabra perfecta para describir la situación actual.

La retaguardia se había acabado dividiendo en tres grupos: Los que seguían evacuando la gente, los que ahora yacían en el suelo cómo cadáveres, y los que habían ido al Cuartel General para llevar subministros de gas y cuchillas a los soldados y reclutas que luchaban en primera línea, encargados de frenar el avance de los titanes entregando sus corazones al resto de la humanidad.

Y luego estaba Clark, sin estar. Porqué seguía evacuando a la gente, seguía cumpliendo con su deber, pero sin su sonrisa, sin su encanto natural, sin su luz. Había perdido la expresión, la sonrisa, la esperanza. Y nunca antes se había sentido tan sola, o tan vacía.

- ¡Soldado Clark! 

- ¿Mmmh? 

No sabía cuántas veces habían gritado su nombre para llamar su atención, ni tampoco le importaba. Ahora mismo no le importaba nada.

- No te distraigas. Necesitamos poder contar contigo. - Ella se limitó a asentir, y el soldado de la Guarnición siguió avanzando al mismo tiempo que ella se quedaba atrás. Caminaba con la vista puesta en sus pasos, ausente, con los pensamientos en algún lugar recóndito, lejos del mundo real. Hasta que simplemente se quedó sola, sin nadie que se diera cuenta de la lucha que estaba teniendo lugar en su cabeza.

Le dolía tanto la idea de no volver a ver a sus hermanos nunca más, que simplemente dejó de sentirlo. Dejó de sentirlo todo.

Ahora entendía porqué Levi nunca sonreía. Ahora entendía porqué Levi Ackerman no expresava sus emociones. Era algo tan simple como sentir demasiadas cosas al mismo tiempo, y perderse. 

¿Y qué puedes hacer cuándo te pierdes? ¿Qué haces cuándo no sabes a dónde vas, o dónde vas a llegar?

Nada. No haces nada. Y te limitas a existir, con un nudo en la cabeza y otro en el pecho. 

Los pasos de un titán retumbaban con fuerza; sabía que estaba cerca, que pronto la alcanzaría. Pero no se inmutó. 

Tal vez, ese era el fin de su camino. Tal vez, ella debía llegar hasta allí. ¿Qué otro sentido podía tener su existencia? Su mente se quedó en blanco, y el titán estiró la mano para alcanzarla. 

Cerró los ojos.
La decisión ya estaba tomada, ¿Cierto? 

- Pide un deseo, Levi. 

- Tch, vaya estupidez. – Respondió fijando su atención en los labios de su subordinada.

- Solo hazlo. Y si puedo cumplirlo por ellos, lo haré. Te lo prometo.

¿Por qué se estaba acordando de esto justamente ahora? 

- No te vayas. Es todo lo que pido. – Dijo Levi con una voz grave y tranquila.

- No lo haré; no podría. – Susurró ella contra su espalda.

Su mano se movió antes de que pudiera darse cuenta, y tomó rápidamente la cuchilla. 

A la que quiso pararse a pensar, ya había matado al titán.

¿Por qué estaba llorando? 

«No volveré a rendirme, Levi. Nunca más.»

Sí, la decisión estaba tomada.
Iba a sobrevivir.

Avanzó con su equipo de maniobras tridimensionales hasta la posición de la retaguardia, y entonces se fijó en la significativa cantidad de soldados de la Policía Militar que se habían unido a la Unidad de evacuación. ¿Tanto podía haberse complicado la situación como para que abandonaran sus posiciones en la ciudad interior?