—Nos tuvieron horas recorriendo el Areguá, para luego traernos y tirarnos aquí como si fuéramos prisioneros? —me quejo mientras despeino mi cabello.
—Hijo, tranquilízate —Me habla mamá mientras camina lentamente de un extremo a otro. Orkias permanece sentado en el suelo mirando el piso casi con la mirada perdida.
—¿Tranquilizarme? Nos revelan secretos que no tú ni el rector sabían y quieres que esté tranquilo.
—Luriel —me reprende Iracema —. Esa no es es forma de hablar a tu madre.
—¡Tampoco es la forma de trata a invitados, pero mira, sorpresa, sorpresa, nos encerraron! ¡Perdón mamá! Pero estoy alterado... muy alterado.
—Lo notamos —Josefina habla poniendo los ojos en blanco —. Por lo general una palabra de Ira basta para que te tranquilice.
—¿Me estas llamando dominado?
—Sumiso, realmente... —aclara mi prima —. En fin, no me interesa tanto tu preocupación, quiero saber ¿Se van a quedar? Esa es la razón por la que nos encerraron, para decidir.
—No me fío de la hermosa de un solo ojo —habla Iracema cruzándose de brazos.
—No es momento de sacar los celos a relucir bonita —Jose responde a mi novia y yo no tengo mucho que decir ante esto.
—Nos muestran todo esto —habla mamá llevando sus manos al vientre, y se ve preocupada —. Pero luego nos dejan con la información picando... algo no cuadra.
—¡Lo que no cuadra! —hablo ahora —: es que nos muestren todo esto, y aún no entiendo el por qué Elsa insistió en qué vengamos, si solo hay más preguntas que respuestas ¿Cómo solucionar esto el lío en el que estamos? Yvytú aún está perdida, o quizás destruida... ¿Y si la destruyeron?
Siento que el aire me cierra a faltar, ¡Mierda! Creo que me va a dar un ataque de ansiedad.
—Shhhhh —Iracema me toma de los hombros y respira conmigo guiando mi ritmo, ho la imito, porque no quiero caer en un ataque en medio de tanta gente —. Vamos a encontrar a Yvytú, lo prometo, amor.
—Awww le dijo amor frente a nosotros —dice Jose llevando sus manos al pecho, yo no puedo ni reír porque intento regular mi respiración.
—¡Estás muy callado! —acusa mamá a Orkias —. ¿O ya sabias algo?
Orkias se pone de pie, se sacude las manos y viene junto a mamá, le plata un beso en la frente y se separa de ella.
—No, no sabía nada, pero no hablo porque estoy preocupado, a pesar de las dudas creo que si, lo mejor es que Ira y Luriel se queden a ser entrenados.
—¿Por qué? —pregunto algo exagerado
—Por que la chica de un solo ojo, habla en serio cuando dice que tiene ganas de matar enemigos, y lo quieras o no, esa no es la salida y en el fondo lo sabes.
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Los secretos de La Colmena [Libro 2]
FantasíaHan pasado 7 meses desde el ataque al panal, muchas cosas cambiaron en el internado, por sobre todo la seguridad y el accesos. Luriel Gianti e Iracema Asturia se van a encontrar con mil desafíos más. ¿Serán capaces nuestra Guerrera y el Cario de co...