Locura

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La puerta de la habitación se abre de manera abrupta, Solei me observa y en sus gestos puedo leer el susto, sus manos están sobre su vientre acariciando la zona en la que se encuentran nuestros hijos. 

—¿Qué ocurre? —pregunto poniéndome de pie, rodeo el escritorio y me acerco hasta ella, casi instintivamente coloco mis manos sobre su vientre. 

—Con ellos nada... es Luriel, no lo encuentro por ningún lado.

—Quizás esté en su zona gris con Iracema —respondo con tono de burla.

—Iracema también lo está buscando, ya pedí a los espíritus ver en los bosques, no lo encuentran... ¿Y si lo llevaron Orkias?

Niego, es imposible, nadie extraño puede entrar ahora al internado, he reforzado la seguridad, Mortel ha realizado una invocación de candado sobre todo el lugar, es realmente imposible que haya pasado algo así.

—La única forma de que haya pasado eso que dices es si Luriel salió del internado, y gracias al candado que puso Mortel me avisa hasta cuando una mosca atraviesa la barrera que nos protege, por lo que es imposible, Luriel está aquí, en algún rincón, no te preocupes, amor.

Solei suelta un suspiro y camina de un lugar a otro, entiendo su preocupación, últimamente Luriel ha actuado distante y frío, es difícil entablar una conversación con el chico, se muestra renuente a los comentarios positivos, no ha comentado ni en gracia sus preocupaciones o molestias, todo el tiempo tiene el ceño fruncido y ni si quiera ha acudido a mis llamados, siempre hay una excusa, sobre tareas o asignaciones. 

No he podido hablar con el chico a solas a no ser que sea sobre una misión importante, y todo eso, la verdad es preocupante, pero no voy a alterar a Solei con estos comentarios, no ahora. 

Unos golpes en la puerta me obligan a ir hasta allí y abrirla, veo a Cariem quien entra sin saludar ni a mi, ni a Solei.

—Buenas tardes... —digo con tono sarcástico en lo que voy a tomar una vaso para servirme una raya de whisky .

—¿Han visto a Luriel? —pregunta serio 

—No... —Solei responde casi en un tono desesperado.

—Creo que entró en una cabaña de confinamiento... 

Solei suelta un quejido de desesperación, yo solo atino a tomar de golpe la raya de whisky, ¡Por supuesto que Luriel haría una estupidez como esa! 

—Debemos ir a sacarlo Orkias —Solei ordena, mis ojos la verdad están en Cariem quien solo niega, es imposible responder al pedido de la madre de mis hijos. 

—No podemos —dice Cariem por mi. 

Solei voltea a verlo, el hombre suelta sobre la mesa una llave tan plateada que parece estar forrada en espejo, ambos miramos el objeto, yo sé perfectamente de qué cabaña es, y comprendo por que Cariem se ocupó en venir de inmediato. 

El confinamiento está reservado para que los que infringen una norma puedan pagar sus culpas, la idea es que sus miedos se encarguen de ejercer pensamientos de culpa en aquellos que no logran ver sus fallas. Y si eres fuerte de espíritu conquistas a los Pora, o sales con una lección aprendida.

Pero no es para almas corrompidas, no es para aquel que tiene la culpa pintada sobre los ojos, podría ser peligroso para el que tiene la vida frágil, pero más peligroso podría ser sacarlo antes de que salga el sol. Si no se completa el ciclo de los Pora, podríamos dejar con un trauma irreversible a quién esté con ellos. 

Luriel ya tiene dominado a los Pora del bosque, pero la situación en que lo logró era muy distinta a la de hoy, y la cabaña que eligió, no es precisamente la más amigable o traviesa. Los pora de la lamentación. 

Estos espíritus son gusanos rastreros, poderosos sí, y por ende también crueles, son aquellos que por las noches se presentan a los viajeros, se hacen pasar de damas en peligro, o niños perdidos, los llevan a lo más profundo del bosque y comen su alma hasta dejarlos vacíos.

Si escuchas los llantos de alguna mujer, niño o animal durante tu andar en los senderos, más vale que no voltees, porque será el momento justo en que entrarán en tu conciencia y se tomarán tu cordura. 

—Si tienes la llave ahí, es porque podemos entrar —Solei habla con prepotencia, yo la tomo de los hombros para que no vaya hasta Cariem y con el tono más condescendiente que puedo emitir respondo.

—No, mi amor, esa llave no abre la cabaña... esa llave es la que va a hacer que Luriel pueda salir de ahí, solo cuando él haya conquistado a este pora... o los pora se hayan cansado de él. 

—¿Qué quieres decir? 

—Que tu hijo, se fue a la cabaña más peligrosa —Cariem se dispone a salir de la habitación —,sin haber pensado en las consecuencias, y por más que yo quiera quitarlo de allí, porque no conozco a nadie que haya salido cuerdo de esa cabaña... no podemos. no hay forma Solei, esa cabaña solo se abre si está vacía, y el que entra, debe invocar la llave para salir.

—Luriel aún no sabe hacer invocaciones de objetos concretos —dice altrada.

—No sabemos, quizás haya entrenado con Araresá...—digo con ganas de clamarla.

—O quizás no.

—Solei —intento calmarla. 

—No digas nada...  ya entendí, ninguno puede hacer nada... me voy a mi habitación, ya si se les ocurre una solución más lógica que dejar a mi hijo encerrado quién sabe cuánto tiempo me lo informan.

Solei desplaza a Cariem, y se retira dejandonos solos en la habitación, ambos negamos, yo solo sé que no puedo hacer nada así que voy por un raya más de wishky.

—Luriel no está bien Orkias —Cariem suena preocupado.

—Lo sé, el chico está pasando por muy malos momentos, pero ¿Qué puedo hacer? Huye de mi, ni siquiera he podido hablar sobre que quiero pedirle matrimonio a su madre. 

—¿Y crees que eso no lo termine afectando más?

—El fue quién me dió la idea, pero tienes razón, eso fue hace unos meses atrás, ahora lo siento más...

—Oscuro y triste. 

—¿Qué estamos haciendo mal para que los niños de este internado terminen en un estado de depresión? 

—Quizás muchas cosas... el punto es Orkias, que ese niño necesita ayuda profesional, si no quiere ir con Yael comprendo, pero debemos insistir en ir junto a un terapeuta, esto es masoquismo, y estoy seguro que no eligió esa cabaña al azar.

—También lo estoy. Luriel no es ningún niño de primaria. Eligió adrede a la más peligrosa. 

—Quizás Mirena sepa algo... deberías hablar con ella. 

—Intentaré, sabes como es, sin su humano, no es tan fácil que podamos comunicarnos...

—Tú tienes los métodos Arikú...  solo que no los quieres usar. 

Cariem me deja solo, eso solo me inspira a tomar otro trago, y tiene razón, tengo el poder de invocar a Mirena, peros eso implica que la debo someter a sus recuerdos más duros, a que se presente como el alma en pena que es, y no me animo a hacer semejante crueldad a mi hermana.

Aunque Luriel sea un niño impulsivo, tengo la seguridad de que puede salir de esta como sea. Y cuando lo haga, voy a tener que hablar con él de una u otra manera. 


Los secretos de La Colmena  [Libro 2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora