Capitulo 3

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Puse mi bolso a un lado y saqué de el cinta adhesiva junto con unos cinchos que cargaba en mi bolsa.

Tomé su tanga que sostenía con una de sus manos y la introduje en su boca poniendo cinta adhesiva al rededor para evitar algún sonido. Luego, la giré para que quedara boca abajo y recargada en el lavamanos.

— Dame tus manos - ordene a lo que ella obedeció y tomé ambas manos detrás de ella para amarrarlas.

Abri sus piernas tanto como pude y de un jalón metí dos dedos en vagina, ni si quiera la estimule, Cristina soltó un quejido ahogado por el sonido y empezó a moverse bruscamente, se que le dolía pero debía entender de una u otro forma.

Empecé a embestirla fuertemente mientras Cristina ahogaba pequeños gemidos de placer. Seguí haciéndolo hasta que sentí como sus paredes vaginales empezaban a contraerse, ya estaba por correrse. Antes de que lo hiciera, saqué mis dedos dejándola recostada sobre el lavamanos respirando agitadamente.

Me puse a un lado de ella y sin que lo viera venir, le di un fuerte azote en su culo, ganando un quejido de su parte.

— Sin moverte porque me mojaré la mano y te dolerá más. — dije enojada.

15 azotes le di, dejando su culo rojo y caliente al tacto. Pero así continúe, viendo lágrimas bajar por sus mejillas por el espejo.

No debo hablar ni gritarle a Margaret sin que ella me lo permita y debo dejar de buscarla. — por cada palabra fue un azote duro que le di a su culo. Este ya se estaba volviendo morado de los golpes.

Una vez terminé de azotarla, le desamarre las manos y le retiré lo que tenía en su boca. Ella me miraba dolida y asustada.

— Ahora Cristina, se una buena niña y vete, no quiero tener que volver a verte o esta vez no seré piadosa. — le dije seriamente. No estaba jugando.

Salí de aquel baño escolar y me dirigí a mi casa que se encontraba a las orillas de la ciudad, en una privada dentro del bosque.

~ • ~

Ya habían pasado unos días desde la ultima vez que vi a Cristina de nuevo. Hoy era viernes, el último día de clases oficialmente. Y también, hoy aplicaría el último de mis exámenes al grupo en donde Anna pertenece.

— Buen día. — entre saludando sin sonreír para sentarme directo en mi escritorio.

— Buen día profesora. — respondieron todos al unísono.

— Como ya saben, el día de hoy será su último examen, consta de 7 preguntas. Su compañera Brown les pasará los exámenes, no pueden iniciar hasta que les diga. Cualquiera que vea que hace trampa se anulará su examen y reprobará la materia completa.

Vi sus rostros que estaban desacuerdo conmigo y uno que dijo algo a su compañero de a lado.

— ¿Tiene algo que decir señor McGuire? — su cara palideció.

— No señorita Sloan. — dijo serio.

— Solo porque estoy de buen humor le daré 5 segundos para serme sinceros y decirme lo que murmuraron, quitandoles 1 pregunta en negación de su examen, o ambos estarán reprobados en mi materia sin derecho a examen.

Ambos se veían y todo el salón estaba tenso, incluida Anna quien solo miraba a su compañero con tristeza.

— Uno — comencé a contar fuertemente — dos — vi que se levantó de su asiento — tres. No lo escucho señor McGuire — lo vi divertida — cuat...

— Lo que le dije a mi amigo fue que aún así uno reprobaba sus exámenes porque eran difíciles. — dijo rápidamente sin voltear a verme.

— Gracias. Puede sentarse. — vi como todo el salón esperaban atentos a mis movimientos. — la vida no es fácil, hay que hacer sacrificios si uno quiere sobresalir en esta vida. Existen dos tipos de personas, Los dominantes, y los esclavos — dije esto último viendo a Anna quien sintió mi mirada y agachó la suya. — Sus padres ya les dieron todo para ser los dominantes, pero eso no significa que todos estarán a sus pies.

— Señorita Brown, por favor. — me senté y vi como Anna se levantaba para tomar los exámenes y entregarlos. Llevaba puesta una blusa de tirantes con escote de corazón color rojo junto con un pantalón de levis y unos botines color negros. Estaba exquisita.

Al cabo de unos minutos vi como Anna se movía en su asiento y volteaba a la ventana ligeramente.

— Señorita Brown, ¿busca algo en especial? — todos voltearon a ver a Anna quien estaba pálida de su rostro y negaba con la cabeza.

— Responda o ¿es que no tiene voz propia para hacerlo? — mencione seriamente con emoji en mi voz.

— N-no señorita Sloan.

— Afuera. — Anna soltó una risita nerviosa y me miraba con tristeza. No creyendo lo que escuchaba.

— Pe-pero seño-seño-señorita Sloan, yo no...

— Ahora. — me paré de mi asiento y tomé su examen en mis manos. Anna se levanto lentamente y se dirigió a la salida del aula. — Vuelvo en cinco minutos, si escucho un solo murmullo, si veo un solo movimiento ya sea de sus pies por la ventana, todo el salón estará reprobado.

Salí junto a Anna y vi como ya tenía lagrimas en sus ojos. No era un secreto para nadie lo sentimental que era, y lo importante que era para ella mantener el orgullo de su familia. Más que nada para su padre.

— No llores que aún no te he hecho nada. — dije mientras leía las respuestas de su examen. Llevaba 5 respondidas y eran correctas.

— Le juro que yo... que yo no estaba copiando señorita Sloan. Se lo juro. — me dijo con súplica en su voz.

— No me interesa tu opinión, no te la he pedido, ¿o a caso te di permiso de hablar?

— No señorita Sloan. Lo lamento.

— Regresarás al salón de clases, terminarás tu examen — vi como su rostro se llenaba de alegría al escucharme, como si fuera un milagro — y esperaras hasta el final de clase para tu calificación. Adentro.

Estiré su examen y ella lo tomó con alegria mientras volvía a clases. Al entrar todos veían sorprendidos a Anna con su examen. Les di permiso de continuar con su examen. Una vez pasados 15 minutos, los recogí y revisé uno por uno, frente a ellos, para al final, uno por unos irlos llamando para su calificación final.

Una vez que todos se fueron, me quede sola con Anna.

— Señorita Brown, pase. — Anna se acercó tímidamente hasta mi.

 — Anna se acercó tímidamente hasta mi

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Vaya vaya, espero les guste. Aquí inicia todo mis chocolatitos. 😏😏

Anna Brown. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora