Narra Margaret
Hoy es el cumpleaños de Anna, ayer que salí, fui a inscribirla a la universidad y a mi empresa en donde hará sus prácticas, aunque también aproveche para comprarle un hermoso vestido y tacones para su cumpleaños así como ropa interior de encaje que le quedaría perfecta.
Este día sería solo nuestro antes de llevarla mañana temprano a su casa en donde vería el anuncio de su compromiso con mi primo.
Eso si es que llega a la boda, yo me la robare el mismo día, Anna es mía y siempre lo será, así tenga que encerrarla en un sótano, ella siempre será mía.
Bajé a la cocina a preparar el desayuno, el cual consistía en unos ricos waffles con frutos rojos y miel de abeja. Una vez todo listo, subí a la habitación en donde estaba y la desperté.
— Bebé — hablé tiernamente, estaba profundamente dormida con sus tetas al descubierto y sus largas pestañas hacia abajo — es hora de levantarse bebé, arriba.
Anna abrió lentamente los ojos para tallarlos con sus manos mientras yo moría de la ternura.
La saqué de su cuna para retirarle su pañal y su peinado, le puse su collar de nuevo junto a su correa para caminar hacia mi habitación.
— Apúrale perrita — le hablé, aún seguía medio dormida, pero tenía muchas actividades para ella el día de hoy y no podíamos retrasarnos.
Llegamos a mi cuarto y nos dirigimos a la bañera en donde ya estaba el agua tibia esperando por nosotras.
— Adentro — Anna obedeció en seguida y se metió a la bañera, pronto empecé a lavar su cuerpo con una esponja delicadamente, su cuerpo me atraía aún más cuando estaba mojada, pero tenía que resistir, hoy iba a ser un día importante.
Una vez termine de bañar a Anna, cepillé su pelo para quitar esos nudos y secarla con una toalla.
— Ve a tu habitación y ponte lo que está en la cama, una vez lista bajas a la cocina — la vi a aquellos ojos preciosos — no tardes cariño. — le di un tierno beso y salí de la habitación.
Baje a mi despacho para abrir la caja fuerte y sacar un hermoso collar que había comprado para ella, la cerré de nuevo y me dirigí a la cocina en donde vi a Anna bajar las escaleras algo tímida.
— Listo Ama — iba a arrodillarse como de costumbre, pero la detuve.
— No — hablé hacia ella — Hoy no te arrodillarás a menos que yo te lo ordene — sonreí y vi como se enderezó algo dudoso, pero con una sonrisa por igual — pero sigues siendo mi putita, eso no cambia.
Siempre lo será.
— Siéntate a desayunar — ambas nos sentamos y empezamos a comer platicando de cosas sin sentido, Anna se veía pensativa, pero me seguía la platica.
— Harán buena familia — dije mirando mi comida.
— ¿Disculpe?
— Mi primo y tu, harán buena familia — dije esta vez viéndola a los ojos — el es leal y encantador, aunque casi no está en casa y eso será Perfecto para nosotras, ¿no crees?
— Si, supongo. — respondió.
— ¿No quieres seguir viendo a tu Ama? ¿Es que no tienes lo suficiente aquí? — la vi seria a lo que Anna rápidamente quiso defenderse.
— No Ama, no es eso, yo soy muy feliz aquí, usted es la mejor persona que pude haber conocido — me veía sonriente — es solo que no se cómo haremos para mantener esto en secreto.
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Anna Brown.
Ficção GeralUna profesora se enamora de su alumna en una de las universidades más prestigiosas del país. Anna de 20 años, es una chica tímida con el corazón recientemente roto por su ex novio quien le fue infiel. Margaret de 33 años, es profesora de la univer...