Capitulo 33

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Desperté por sonidos en la habitación, estiré mi cuerpo y me apoyé sobre un brazo mientras tomaba la sábana para ver a Mi Ama por la habitación, mi habitación.

Estaba moviendo mis cosas, veía como sacaba ropa del armario y la echaba en bolsas negras.

— Ama, ¿que está haciendo? — la veía molesta, era mi ropa.

— Estoy sacando la ropa no apropiada para ti Anna — no me veía — vas a volver a la escuela y harás tus prácticas en mi empresa — me vio — conmigo putita, así me aseguro que no andes de ofrecida con nadie mas.

— Pe-pero ama... — estaba muy confundida — ama esa ropa la había comprado en inicios de año y...

— No estoy pidiendo tu opinión, así que te callas o te castigo. — solo asentí y no dije nada más.

Me levanté para darme un baño y alistarme para hoy. No llevaba nada realmente porque allá mantenía ropa que me quedaba. Desayune junto a Mi Ama y nos montamos al carro para ir a nuestra cita, obviamente cada quien con su familia, pero al final nos veríamos en mi casa.

Era ya pasado medio día cuando iba llegando a mi casa, tomé mi bolso y me dispuse a bajar cuando sentí la mano de Mi Ama sujetarme fuertemente del brazo haciendo que volteara a verla.

— No quiero ninguna sorpresa Anna — me veía seria — ya sabes que hacer.

Yo no respondí y solo me limité a bajarme del carro. No podía hacer esto, no podía. Mi familia, mi reputación, la familia de Oliver e incluso el estaban de por medio, ¿cómo me vería haciendo esto?

Entre a casa y me dirigí a mi habitación, al abrir la puerta me encontré un hermoso vestido color rosa palo con corte de sirena y de tirantes. Había también unos tacones bellísimos de color blanco.

Me acerqué a ellos y los vi encantada, ni si quiera había prestado atención a mi habitación.

— ¿Te gustan? — Oliver estaba parado detrás mío, ni si quiera lo había escuchado entrar.

— Que susto me acabas de dar Oliver — me voltee a verlo — Si, es hermoso el vestido y los zapatos. ¿Tu los compraste?

— Así es — se acercó directamente a mi para posar un mechón de cabello detrás de mi oreja — se que cualquier cosa se te vería precioso, pero si hoy anunciaremos nuestro compromiso oficial, me gustaría que todos vieran lo que yo tendré y nadie más.

Vaya, no sabía que lo posesivo venía de familia. Me encantaría estar con él, pero Mi Ama ha sido clara.

— Oliver... tengo algo que decirte — era ahora o nunca — eres increíble y me hubiera encantado estar contigo por el resto de mi vida, pero...

— No Anna, detente — sostuvo mi rostro entre sus manos y se acercó a mi, bastante cerca — créeme que ambos vamos a ser felices, juntos. No tengas miedo, se que puedo ser la mejor persona para ti, tenemos mucho en común, tú no lo ves, pero yo si — me veía con un brillo en sus ojos — Anna tú me gustas, bastante, aprenderemos a querernos.

— Oliver...

— Dame la oportunidad — me suplicaba — por favor Anna.

Yo no pude decirle, no podía hacerlo. Tan solo lo vi y sonreí hacia el. Nos dimos un abrazo y se sentía bien. ¿En que estaba pensando? Mi Ama es increíble aunque cruel a veces, pero no puedo decidir por el resto de mi vida, menos en un mundo como el nuestro en el que no es aceptado lo nuestro.

— Mañana me gustaría llevarte a mi casa — no, ahí estaría ella — mis padres saldrán con mi prima a una junta de un nuevo inversionista y pasarán ahí al menos 4 horas.

— S-si, está bien — sonreí hacia él. Oliver acercó su rostro lentamente al mío, cerré los ojos por instinto, pero una voz nos detuvo.

— Oliver, la gente ya está llegando, bajemos a recibirlos en lo que mi hermana se alista. — mi hermano siempre tan oportuno. No lo culpo, es hermano mayor y James es muy protector.

Me dejaron sola en la habitación y me puse el vestido que me dejó. Me veía increíble, me veía hermosa y eso que no soy de alabar mi cuerpo, este vestido me hacía ver una cintura pequeña y grandes caderas, aunque no tenía esta forma como tal, este vestido era Perfecto.

Me dejé el pelo en un peinado recogido y elegante junto a un maquillaje sencillo. Tomé mi celular y salí de mi habitación para caminar por el pasillo hacia la fiesta que se encontraba en el primer piso, específicamente en el jardín.

Antes de llegar a las escaleras me encontré a Oliver.

— Hola — sonreí — ya iba a la fiesta. — Oliver me veía de abajo hacia arriba con una sonrisa y unos ojos hipnotizados.

— Anna te ves hermosa — casi no respiraba.

— Gracias Oliver, tú no te ves nada mal — llevaba puesto un traje con camisa color rosa como mi vestido.

— ¿Nada mal? Creí que me vería guapo. — se observó a sí mismo y yo reí.

— Te ves muy guapo Oliver. — me tomó del brazo y nos dirigimos a la fiesta.

Todo mundo nos veía con una sonrisa, todos a excepción de Mi Ama quien estaba seria. No tardaron mucho en querer la atención de todos.

Oliver empezó a hablar sobre el y sobre mi, estaba haciendo una introducción para poder hacer la pregunta del año.

— ... y yo estaría mas que encantado si tu, si Anna — me veía sonriente — aceptara mi mano en unión a la suya, si aceptara — se arrodilló y sacó una cajita de terciopelo color azul en la cual se encontraba un hermoso anillo de compromiso — casarse conmigo y hacerme el hombre más feliz del mundo.

Todo mundo sonreía y yo estaba estática, voltee a ver a Mi Ama de reojo quien me veía seria, mire a mi familia quien esperaba mi respuesta, el rostro duro de mi padre, el decidido de mi hermano, el rostro de Oliver nervioso y feliz, mi rostro lleno de intriga.

— Acepto. — salió de mi, así sin más, Oliver me iba a dar el anillo cuando se escuchó una copa romperse, volteamos y era Mi Ama, había roto la copa de champán con su mano.

Oliver me dió el anillo, bajó una de sus manos a mi cintura y la posó suavemente haciéndome contener el aliento, su otra mano sostenía mi rostro, me apegó a él y me besó, un beso que yo correspondí.

Anna Brown. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora