Capitulo 15

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— Trae unos vasos y sirve jugo de naranja. — Dijo Mi Ama.

Obedecí y caminé a la cocina para hacerlo. Regrese y puse los vasos en la mesa mientras ellas seguían hablando, yo servía los jugos para volver a mi misma posición.

Quería seguir platicando con Layla, pero no podía ya que aquí estaban ellas platicando sobre negocios, su vida personal y hasta de nosotras.

— Layla ya es buena chica, funcionó el consejo que me diste. Está a solo dos latigazos del ejemplar, pero creo que no sucederá pronto después de todo.

— Te lo dije, con la mía igual. Anna ha sido muy buena, algún día tendrá su ejemplar, pero no por ahora. Le faltan solo 5 azotes.

— Si, además les va a servir para que aprendan los dos lados de la vida. Algún día crecerán y serán unas buenas amas. Así como lo fuimos nosotras y nuestras amas — la señorita Collen volteó a ver a Layla quien tenía la mirada baja — ven, arriba. — Layla caminó hacia ella y se montó abierta de piernas sobre su regazo mientras la señorita Collen la abrazaba y acariciaba su pelo. Layla ocultó su rostro en su cuello. — Bueno, supongo que podría ser una gran Ama, aunque al parecer prefiere ser la esclava.

¿Quien quiere ser esclava? Nadie. Y menos de estas par de locas... una loca guapa después de todo. No, no, no. ¿Que dices? Ella no es guapa. Tú estás aquí solo por un tiempo hasta que pase tu contrato y puedas quedar libre de toda culpa.

Al cabo de unos minutos, se fueron ambas y nos despedimos como "era debido". Estaba esperando esto, me había portado bien toda la semana y no fue de gratis. Mañana era sábado, el día en que se iba a declarar su novio a mi mejor amiga. Sabía que en cuanto lo hiciera ella me llamaría para contarme.

Solo que había un problema, no sabía si Mi Ama me dejaría atender la llamada, si me portaba bien, tal vez me dejaría. Solo espero que mi plan funcione correctamente.

— Ama — dije captando su atención — ¿puedo preguntarle algo?

— Adelante.

— Mañana mi mejor amiga se va a comprometer y se que no podré ir, pero ella me llamará para contarme, es lo más probable, y me gustaría que me permitiera tomar la llamada.

— Esa no es una pregunta pequeña zorra — ni si quiera me veía y ambas estábamos subiendo escaleras arriba.

— Ya se que no es una pregunta como tal, le estoy pidiendo permiso — volteó a verme con enojo — ... ama.

— ¿por qué te interesa tanto recibir su llamada? El matrimonio ni si quiera es funcional. ¿Que tan felices podrían ser juntos?

— Ama, serán muy felices, el la ama mucho, son novios desde secundaria y estoy segura que ambos son almas gemelas. Ella es mi mejor amiga desde que teníamos 5 años. Me gustaría formar parte de cada momento de su vida.

Ella solo seguía caminando hasta que llegamos a la puerta negra. Ya no le tenía tanto miedo, se que también entrábamos aquí para cambiar mi uniforme.

— ¿De verdad quieres ser parte de su vida? — preguntó recelosa, enfadada.

— Si ama.

— Bien, tú me servirás esta noche entera y mañana te daré tu respuesta.

— Gracias ama, se lo agradezco mucho. — no era mala después de todo. Mañana hablaría con mi amiga y me encantará escuchar cómo fue su propuesta.

— A la alfombra roja. — caminé hasta ahí para sentarme como era debido.

Mi Ama se acercó a mi y retiró los accesorios que mantenía en mi cuerpo hasta quedar solo con mi collar. Seguía sus movimiento con mi vista hasta que la vi acercarse a una pequeña mesa rectangular de no más de 30 cm de largo y 30 cm de ancho.

Vi como la movió para posicionarla debajo de unas cadenas que colgaban del techo. Caminó hacia un mueble de donde sacó dos pulseras con argollas de metal con listones verdes.

— Ven. — dijo murándome mientras yo me dirigía hacia ella — párate frente a la mesa y posiciona tus pies en cada palo de la mesa.

Así lo hice, quedando de piernas abiertas frente a la pequeña mesa. Mi Ama amarró cada pie a los costados de ella.

— Las manos — pidió y yo las estire hacia ella quien se había puesto delante de mi. Ella, amarró mis manos a las cadenas que colgaban del techo, quedando de piernas abiertas enseñando mi culo a todo lo que da, con mis manos abiertas por igual colgando del techo.

Una imagen comprometedora, pero ¿que más podía perder? Dignidad ya ni tenía.

La seguí con la vista por toda la habitación mientras se paseaba por ella tomando unas cosas de algunos cajones y demás.

Esperaba que no me azotara, aunque no estaba en medio de la habitación, aún tenía miedo por el simple hecho de estar aquí. Una parte de mi empezaba a disfrutar esto, pero no quería.

Mi ama se posó frente a mi y vi como con una mano acariciaba mis pezones hasta endurecerlos y enganchar en ellos unas bolas color negro que pesaban bastante.

Solté un pequeño quejido ya que si apretaban bastante. Luego, vi como se acercó con una mordaza de pelota color blanco y la amarró a mi boca. Ya esto empezaba a estar sospechoso.

Vi como se desnudó frente a mi quedando al aire libre sus pechos grandes y su coño bien depilado. Caminó al cajón de a lado y tomó un calzón con dildo y se lo puso.

Se acercó hasta mi para empezar a acariciar mis pezones por al rededor con sus uñas para depositar besos en mi rostro e ir bajando hasta mis tetas. Tomó una de las bolas negras y tiró de ellas hacia abajo jalando una de mis tetas. Yo solté un quejido de dolor ya que si pesaban.

Se posicionó detrás de mi y sentía su presencia, su mano empezó a tocar mi coño y a masajearlo suavemente. Sentí su respiración en ella mientras su pequeña lengua recorría cada parte de mi, sentía sus lamidas por todas partes mientras soltaba pequeños besos y mordidas. Yo empezaba a excitarme, empujaba mi cadera hacia atrás para más profundidad pero solo escuché la risa de mi ama.

— Vaya, parece que alguien lo disfruta. Espero también disfrutes esto. — sentí la punta del pene de plástico entrar de un jalón en mi coño. Solté un quejido de la impresión, me encantaba sentir esto. Sus movimientos fueron aumentando mientras ambas empezábamos a excitarnos y gemir de placer.

Estiró una mano para acariciar mi clitoris y darme aún más placer. Sentir las pesas en mis pezones que tiraban de ellas con cada penetracion junto con las caricias y la velocidad me hacían sentir la gloria.

Sentía que me iba a correr en cualquier momento. Sus quejidos y los míos eran música. De pronto sentí mis paredes palpitar, estaba a punto de venirme, pero ella lo noto y prohibió un orgasmo lleno de vida.

— No pequeña puta, aquí la única que se va a correr soy yo. — retiró su pene falso de mi y quede desesperada, estaba a punto de venirme. De pronto sentí una nalgada que me hizo brincar de la impresión.

— Has sido buena después de todo, sin embargo siento que algo te falta para que recuerdes la posición en la que tú estabas al inicio. Queremos que sea divertido, ¿no es así? — ¿divertido? Esto es a lo lejos divertido, aunque si muy placentero.

Vi como tomó látigo de 3 cuerdas y sonrió hacia mi. Dirigió su paso hasta llegar detrás mío y con sus manos primero acarició y rasguñó con sus uñas mis nalgas.

Se inclinó y empezó a repartir lamidas por toda mi cola, desde mi vagina hasta subir a mis nalgas. Justo cuando empezaba a ser deliciosamente placentero sentí el primer azote suave, al contrario de los otros que eran castigos, este fue duro, pero sin dolor.

Por cada azote que me daba me daba una nalgada con la mano y así sucesivamente. Yo solo soltaba gemidos de placer que me llenaban el alma y ella solo reía de vez en cuando.

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Agregué un poco más por si había dudas de la doble actualización. Espero estén disfrutando la historia. Besitos donde más les guste 👅

Anna Brown. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora