Final

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Narra Margaret

¿Que si me arrepiento de haberme quedado con Anna? No, claro que no, ella siempre fue mía, quise hacerlo por las buenas, que escogiera bien, que se quedara conmigo aunque sus padres la desheredaran, ella viviría y dependería completa y totalmente de mi. Pero no fue así.

Voy llegando a casa de mis tíos, nos iremos juntos al funeral de mi queridísima Anna, quien por cierto se llama Anabelle Ivanova a partir de hoy.

Entré a casa saludando a todo mundo, mis tíos ya vestían de negro y Oliver igual, solo que este se encontraba perdido en sus pensamientos.

— Que bueno que llegaste Maggy — saludó mi tía — tu primo está muy mal, no ha querido comer desde que se enteró del fallecimiento de Anna. — susurraba para mi, si se le veía mal, quería sentir un poco de lástima por el, pero no podía.

— Hey — me acerqué con rostro triste — lo lamento mucho primo. — puse una mano sobre su espalda y este se echó a llorar.

— Ella se iba a casar conmigo, Maggy — me decía sollozando — no se en que momento quiso huir con ese novio.

Por cierto, todo mundo piensa que Anna estaba huyendo con un exnovio. ¿Inteligente? Si, ¿creíble? Al parecer si.

— No llores primo, mira Anna ya está en un lugar donde la van a querer, amar y tratar como se merezca — en parte era cierto — está en un mejor lugar. Y si no te dijo de ese exnovio, pues sus razones tendrá, ¿que tal y se la llevó a la fuerza?

— No prima — me veía con los ojos rojos — Anna quiso decírmelo momentos antes de proponerle matrimonio, ella me quería dejar y yo le rogué que se quedara conmigo, que yo podría hacerla tan feliz como cualquier otro — escuchaba atenta — terminó aceptando, Anna me había confesado un secreto y yo a ella. Había confianza.

— ¿Que secreto Oliver? — la veía seria y muy atenta.

— No tiene caso hablar de eso, no mancharé su nombre en su funeral. — me vio directo a los ojos. Maldita sea Anna, tenías que abrir tu bocota.

— Tengo que hacer una llamada, disculpen. — me levanté y caminé hasta la parte trasera de la casa en donde nadie me escuchara.

Llame a quien estaba a cargo ahorita de Anna, cambiaban de chicas y jefas, había cinco diferentes cada semana.

— ¿Si? — respondió esta.

— Follenla como les plazca, necesita castigos también, pero nada rojo, que se quede en amarillo, yo lo haré rojo. — dije decidida.

— De acuerdo, ¿tiempo?

— 24 horas sin descanso — pensé por un momento hasta que hablé — recuérdenle que su Ama todo sabe — y colgué.

Regrese a la sala para tomar mis cosas e irnos al funeral. Una vez llegamos, había sólo la familia y nosotros, el sacerdote daba sus palabras mientras todos lloraban y yo sonreía en mi interior. Anna es 100% mía de ahora en adelante, nada ni nadie me la quitará nunca.

Una vez terminó el funeral ambos nos despedimos y me fui a casa de mis tíos. Todos platicaban sobre otras cosas para distraer a Oliver.

— ¿Te quedarás unos días con nosotros? — me veía mi tío.

— No, de hecho mañana temprano me regreso, estoy haciendo un proyecto en la empresa y necesita de mi presencia.

— ¿Volverás? — me preguntó Oliver.

— Por supuesto, cada mes como es debido. — sonreí.

Anabelle algún día lo haría, claro que estoy buscando un doctor que le cambie el rostro, así saldrá al mundo sin tener que esconderla, pero bien dominada por mi.

Pasé la tarde y noche con mi familia, nos distrajimos y yo aproveché para ir a la mansión a sacar las cosas de Anna de la habitación, me desharía de ellas para comprarle nuevas.

Una vez todo listo, regresé a casa de mis tíos para dormir y despegar mañana temprano. El vuelo duraba varias horas, así que debía descansar.

~•~

Ya habían pasado dos meses desde el funeral de Anna, estábamos en Alemania, en la mansión donde ella se recuperaba de su operación.

— Vamos mi amor, intenta abrir la boca para que puedas beber algo. — Tenía 10 días de la operación, pero era recuperación lenta.

— No puedo, siento que me estiro demás si lo hago.

— Si puedes amor, yo creo en ti, inténtalo. — acerqué la cuchara a su boca, pero esta se negó.

— Me duele — me decía. Estábamos en casa, no habíamos vuelto a Londres ni lo haríamos en un largo tiempo. Ella estaba en mi cama y yo a un lado de ella.

— Debe darle tiempo señorita Sloan, Belle está aún en recuperación. — decía el doctor quien realizó la operación de MI Anabelle.

— Su nombre es Anabelle doctor — lo vi seria, solo yo podía llamarle así — y si ya terminó de darle medicamento, se puede retirar.

Tenía que practicar todos los movimientos que pudiese para que su rostros tuviera una recuperación más pronta. Anabelle había cambiado de su comportamiento, era tan sumisa como cualquier Ama del club quisiese, era tímida, reservada, callada y solo actuaba si se lo ordenaba. Era perfecta.

Todos habían avanzado en la muerte de Anna, fue una noticia mundial ya que su familia era conocida, Oliver se fue del país y no ha vuelto, no sabemos donde se encuentra, pero esta bien.

A veces siento lástima por mi primo, pero Anna siempre fue mía, y pude haber compartido todo con él, pero ella no.

Los días avanzaban, ya era Navidad y Anabelle estaba cocinando la cena. Yo estaba en la sala terminando de acomodar los regalos que había preparado para ella, en ellos venía mi regalo también.

— Ama, la cena estará lista en 10 minutos — se asomó Belle y yo sonreí a ella.

— Perfecto mi amor, pero ya te dije que si no estamos en juego, debes llamarme cariño o mi amor, como prefieras — Belle llevaba puesto una falda negra larga bordada con copos de nieve color blanco y una blusa blanca con bordados color rojo navideños. Yo le había mandado hacer la ropa por petición de ella.

— Si mi amor — Belle solo respondió, sabía que no era feliz a mi lado, no después del mes que pasamos en la cabaña y que tuvo que aprender a ser perfecta, pero se que el tiempo le hará entender que fue lo mejor para las dos, me amará y todo será como antes.

— Perfecto. Vamos a comer entonces cariño, que debes abrir los regalos a media noche y son muy especiales — me acerqué a ella para tomarla de la cintura y besarla, un beso que respondió tímida.

— Cariño... — Belle me veía tímida — ¿cuando podré platicar y disculparme con Layla?

— Tal vez en un par de meses, iniciando año, Cullen se la llevará a la cabaña hasta que sea como tú — toque su nariz con mi dedo índice y ella parpadeó — tu duraste un mes ahí, ella podría durar hasta 3.

— Pero yo me quiero disculpar con ella, fue mi idea intercambiar los números de teléfono — Belle hablaba muy rápido y se estaba empezando a alterar — no sabía que estaba prohibida la comunicación sin la autorización de Amas. — me empujó, estaba enojada.

— Uno — empecé a contar — dos — vi como Belle me veía sorprendida — tres — ella se arrodilló frente a mi.

— Lo lamento Ama, lo lamento mucho, no volverá a suceder — tomaba mis pies entre sus manos sin verme — merezco un castigo, castígueme — Belle era tan sumisa que sabía cuando disculparse y cómo hacerlo.

— Mañana, ahora de pie — se levantó y me abrazó. Yo acaricié su cabeza mientras ella ocultaba su rostro en mi cuello.

Mi vida era perfecta a su lado, ella será la próxima Ama una ves esté lista pues es tradición que una sumisa, al terminar su rol, pueda ser Ama y enseñar a otra que tenga las características.

Podrá tener tantas como desee, obviamente la única con la que podrá vivir y estar será conmigo, pero estoy haciendo a una Belle mucho mejor de lo que fui yo, estoy segura que enseñará correctamente.

Anna Brown. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora