Capitulo 5

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La señorita Sloan me ayudó a bajar todas mis cosas mientras nos dirigíamos a su oficina dentro de la mansión. La casa (por una forma modesta de llamarle) era espaciosa, color blanco por dentro, una enorme sala de estar y los pasillos mantenían pinturas muy bonitas sobre personas del pasado.

Llegamos a lo que era su oficina y entramos en ella. Me pidió tomar asiento en lo que ella ponía mis cosas en la orilla, llevaba dos maletas grandes con ruedas en la parte baja, dos maletas medianas con ruedas bajas y mi mochila escolar. Si, lo sé. Era bastante, pero estaría aquí todo un mes. Empaque lo suficiente.

— Bien Anna, antes de iniciar, aquí está el contrato que te había mencionado, en el se estipula que puedes terminarlo cuando desees, las fechas de inicio y final del trato, así como la confidencialidad por ambas partes sobre nuestro acuerdo. — tenía frente a mi el contrato que ella misma había hecho, mientras me lo explicaba, movía las hojas de arriba a abajo como queriendo señalar datos pero no alcanzaba a leer ya que iba rápido.

— ¿Tienes alguna duda? — me miraba.

— ¿Lo que acordamos en mi departamento viene aquí? — pregunté nerviosa.

— Así es. — sonrió hacia mi.

— De acuerdo. — tomé un bolígrafo y firme el contrato a lo que ella sonrió victoriosa. Tomó el contrato y lo guardó en uno de sus cajones. Me dijo que ahí estaría guardado.

Yo seguía sentada frente su escritorio, ella caminó hacia mi y se sentó frente a mi arriba de su escritorio. Pronto, empezó a desabotonarse la blusa que traía puesta, y yo por instinto me volteé para no verla.

— Mucho mejor. — no quería voltear, ella estaba cambiándose frente a mi — abre los ojos Anna.

Con algo de miedo los fui abriendo y la encontré en traje de baño color rojo de dos piezas que apenas y le cubrían sus tetas y su vagina. Me relaje un poco, creí que iba a estar desnuda. Aunque mi mente me jugaba una mala pasada ya que realmente quería verla así, desnuda.

— Ven, te mostraré la casa y las reglas. — se paró y caminó a la salida del despacho, yo iba detrás de ella.

— En el primer piso encontrarás la cocina, el comedor, una sala de estar, un baño, la habitación de empleados que está al fondo así como el cuarto de lavar. — caminaba mientras me decía todo. — por aquí está la alberca, y el jardín al que podrás acceder siempre y cuando yo te lo ordene. Si sigues este pasillo a mi derecha, encontrarás un gimnasio y la cochera. El gimnasio deberás usarlo cada que yo te lo ordene.

Seguimos caminando para dirigirnos a las escaleras y subir al segundo piso. La casa era enorme sin duda alguna.

— Aquí está otra sala de estar y un baño completo, de este lado está mi habitación y al fondo está la que será tu habitación, cada una con su baño incluido. Si sigues por el pasillo, encontrarás 3 habitaciones más — señaló a mi izquierda — esa puerta color negra es para diversión. Creo que he sido clara con que harás solo que yo te ordene.

— Si profesora. — miraba todo sorprendida. No es que nunca haya estado en una mansión, yo vivía en una con mi familia, pero éramos mi familia y yo. Y aquí es solo ella. ¿Para que necesita tanto?

— Perfecto. Sube tu equipaje a tu habitación y puedes explorar la mansión a tu gusto, mañana te diré todo lo que necesitas saber.

Se alejó de mi y yo bajé a la oficina a buscar mi equipaje. Subí todo y lo acomodé en lo que sería mi habitación durante el mes. Las clases iniciaban el 10 de septiembre, no tenía mucho de que preocuparme.

Una vez terminé todo, me metí a dar una ducha relajante, ya eran las 8 y 30 de la noche, debía cenar algo.

Baje a la cocina y encontré a la señorita Sloan comiendo una manzana verde mientras leía algo en una revista. Aún seguia en su traje de baño color rojo. Por lo que vi, había estado en la alberca, tenía un chongo mal hecho arriba de su cabeza.

Anna Brown. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora