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¿Por qué todo lo malo me pasa a mi?

No entiendo como puedo tener tanta mala cuea.

Mire mi heladito que se está derritiendo en el suelo e hice un puchero, lo peor es que estaba rico y era el último que quedaba.

Pero bueno, la vida sigue.

Seguí caminando despistadamente por la vereda pensando en las cosas que tengo que hacer hoy.

Ya me estresé.

Sentí como chocaron mi hombro con brusquedad, tanta que me caí de raja al suelo, ¡mi raja conchetumare!

—Oh, perdón mi reina, no fue mi intención  —me dijo un loquito y lo mire a los ojos, weon sus ojos..

¡Son preciosos!

—Igual deberías andar con más cuidado, podrías haber empujado a una abuelita o a un niño —tome de su mano un tanto venosa que me extendió para ayudar a pararme.

—Si lo sé —dijo un poco avergonzado—Tome, un dulcesito para que me perdone —me dio dos masticables de sabor cereza y plátano.

—¡Ahí está! —hicieron presencia los pacos.

¿De donde salieron estos weones?

—Bueno, me tengo que ir, cuídese y vayas con cuidado pa su casita —sonrió, dejando ver su preciosa dentadura y se echo a correr.

Un paco siguió corriendo y otro paro frente a mi.

—Está detenida —me dijo agarrandome de un brazo.

¿Que wea?

—¿Que te pasa weon? suéltame —eche mi brazo para atrás con fuerza para tratar de soltarme pero el weon me agarro de la parte de atrás de mi cuello y me apego a la baranda—¡Suéltame paco culiao! —grité pero escuché el click de las esposas que me puso.

Pero weon si yo solo salí a comprar la carne molida que me dijo mi mami y me compré un helado, ¿que chucha hice?

Pero mi hermano es paco..

Llegó la patrulla de estos weones y me subió, traté de salir corriendo pero el weon me apretó muy fuerte el brazo, al final termine subiéndome a esa wea fea que tienen.

—El Esteban Cruz, ¿lo cachai? Es paco igual, yo soy su hermana, ya po suéltame si yo solo andaba comprando carne —dije y me acerqué a la reja que nos separa.

—Así que el Esteban es tu hermano, y tiene una hermana delincuente —se rio el weon que va manejando y le metió la pata al auto.

—Ya po, si yo no he echo nada —bufé.

—Suelta la pepa nomas pendeja, ¿donde vive el Seba? —dijo el que me metió a la patrulla.

—¿Quien es el Seba? —fruncí el ceño.

—No te hagas la weona y dilo luego o te va a salir peor —golpeó la reja bruscamente, me reí.

Que aweonao, se pegó el mismo.

—¡Que no se quien es ese weon! —patie la puerta con la esperanza de que se abriera, desafortunadamente no pasó.

—¡Ahí va! —gritó el que va manejando y mire, solo veo a un weo..¿ese no es el que me dio los dulces y me botó?

Los pacos se interpusieron en su camino y el cabro se metió para un pasaje, estos weones se bajaron y mire por todos lados para ver cómo puedo salir, pero no se me ocurre nada. Se escucharon unos disparos que me hicieron saltar del susto, conchetumare, ¡yo solo venia a comprar carne molida!

Me gusta ese flaite po   Donde viven las historias. Descúbrelo ahora