06

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Termine de delinearme y me quede mirando en mi espejo, uno quedo más largo que el otro, pero por poco nomas. Ya lo dejo así nomas o lo voy a arruinar si sigo perfeccionándolo.

La Claudia está planchándome el pelo para después hacer un par de rulos al final, cuando termino sonrió satisfecha.

—Quedaste preciosa como siempre —me mando un wate.

—Ay, weona —pegue un manotazo para atrás y nos reímos.

—Volví, ¿están listas? —preguntó la Milla.

—Si —afirme y me paré de la silla, caminé hasta mi cama para tomar mi banano y ponérmelo, combina con mi oufit.

Me mire por última vez en el espejo y luego salimos de mi pieza, bajamos las escaleras y me despedí de mi mamá que está pintándose las uñas.

Salimos de mi casa y comenzamos a caminar mientras hablamos puras weas que nos han pasado, extrañaba sentir esta confianza de poder hablar cualquier wea sin pudor alguno.

Llegamos a una cede o una wea así, ya hay música a todo chancho, weones fumando afuera, otros tomando mientras conversan.

Entramos y el ambiente está terrible prendido weon, altiro me dieron ganas de mover el esqueleto.

Fui hasta donde están todos aglomerados bailando y me puse a bailar sola, me deje llevar por la música, deje que fluyera en mi para poder disfrutarla mejor, wea bacan.

—Acércate, te necesito, quiero contigo, bailar pegaito —cante la letra de la canción que está sonando en este momento.

Sentí alguien detrás mío y no me di la paja de darme vuelta para ver quien es, solo seguí bailando pegaita a él.

Cuando termino la canción me di vuelta y mire al mino, esta bonito el cabro.

—¿Queri tomar algo? —le pregunté.

—Ya po —sonrió y caminamos hacia la cocina para servirnos algo, agarre un vaso y me eche vodka negro.

—¿Como te llamas? —me preguntó tomando un sorbo de su vaso.

Entró una mina a la cocina, súper bonita, me enamore. El loco la miró de pies a cabeza y fue donde ella, bueno, tampoco le iba a decir mi nombre.

Mi celular comenzó a sonar y lo saqué del banano porque puede ser mi mamá o mi papá, tal vez mi hermano, quien sabe, tal vez el amor de mi vida o un estafador que me quiere hacer weona, no me quiero quedar con la duda.

Pero solo es la Paz.

—¿Que pasó? —fruncí el ceño.

—¡Weona tienes que venir a mi casa ahora! —dijo casi llorando.

—¿Que, por qué? —me empecé a preocupar.

—¡El Simón me pidió ser su polola weona y fue todo tan lindo! Pero ven a mi casita para contarte más detalles.

¿Que?

Corte la llamada y deje mi celular con brusquedad sobre la mesa, me dio una cosita en el pecho y comenzaron a pasarse muchas cosas por mi mente.

¿Como que le pidió pololeo?

Tiene que ser mentira, si, tiene que ser una broma.

Agarre mi celular y llame al Simón.

Victoria, tan tarde que llamas —bostezo.

—¿Como que estas pololeando con la Paz? —tome de mi trago.

—Ah, eso —se rio—¿Que tiene?

—¿Como que, que tiene?

—¿Lo dices por lo qué pasó anoche entre nosotros? —suspiro—Victoria, solo fue algo de una noche, no me cobres sentimientos.

Trague grueso.

—Me dijiste que te gustaba.

—No, tú a mi no me gustas, me gusto lo qué pasó anoche, a eso me refería.

—Eres un aweonao —traté de mantener la compostura—Sabes que me gustas y fuiste capaz de jugar así conmigo.

—Yo no he jugado contigo, ya corta el show y déjame dormir.

Corte, no quiero seguir escuchándolo.

Me aguante las lágrimas porque yo no voy a llorar por un hombre, no llore ni en sexto básico cuando el que me gustaba me dijo que parecía aweona persiguiéndolo y voy a llorar ahora que este solo jugó conmigo, se que no tiene nada que ver pero dolió casi lo mismo.

Si tampoco estaba tan enamorada, lo conocí hace cinco meses nomas. Ni que fuera el único hombre en el mundo.

Ahora mismo podría salir y comerme a alguien.

Moví el vaso lentamente y vi el licor moviéndose, suspire pesado, igual duele la wea.

—¿Me está siguiendo o es pura coincidencia? —preguntó una voz masculina, el Seba.

Lo mire mal, luego volví mi vista a mi licor.

Dejó dos masticables a mi lado, esta vez de durazno y plátano, recordé la vez que me los dio la otra vez que me botó.

—No debí juzgarla así como así reina, perdón —hizo un puchero.

—Da lo mismo, ¿cómo está tu mamá? —me tome lo ultimo que me quedaba en el vaso y luego mire los dulces.

—Quedó triste porque no pudo tomar té con usted po, pero está bien.

Asentí.

—Se lo preguntó otra vez —sonrió—¿Me está siguiendo o es mera coincidencia? —preguntó nuevamente.

—Tal vez te estoy siguiendo —le seguí el juego.

Se sentó a mi lado—. ¿Y para que sería que me esta siguiendo reina?

—Tal vez para que corramos de los pacos de nuevo —me encogí de hombros.

—¿Ah, si? Entonces le gusto la adrenalina parece —se rio.

Giré mi cara para verlo mejor pero las luces de colores me marean y no me dejan verlo bien.

—Puede que si.. —susurre.

—Entonces vamos a una carrera, vas de copiloto —movió sus cejas y me quede boquiabierta a lo que me dijo.

Yo solo estaba webiando, bueno no, pero se subió altiro al chorro, aunque no estaría mal..

¡Podría ser Lety conchetumare!

Me gusta ese flaite po   Donde viven las historias. Descúbrelo ahora