Estos meses que han pasado han estado bastante tranquilos..
Mi mamá no ha webiado más, la señora ya ni pasa en la casa la verdad, quizá en que anda. El Esteban ya aceptó al Seba y ni pelean, pero una vez si tuvo que salir persiguiendo al Seba porque se metió a robar a una farmacia, según él no lo atrapó porque no quiso nomás, pero todos sabemos que el Seba es mucho más rápido que el. Y mi papá ya lo trata como si fuera parte de la familia.
Pero el problema es este..
¡Estoy con toda la familia del Seba y estoy muerta de los nervios conchesumadre!
A la minina tuvimos que dejarla en la casa del Seba porque la tía dijo que vendrían muchos niños y la iban a querer tomar a cada rato.
Ya la extraño.
Me siento terrible incómoda por la chucha, ayuda, Seba ven a salvarme.
Mire mi vaso con bebida que me dio una de las tías de el Seba y tome un sorbito, luego seguí mirando cualquier cosa.
Se me acercó un niñito de como dos años y me quedo mirando, se rio y le vi los dientes separados que tiene, ¡cosita!. Se subió al sillón para sentarse a mi lado y me miró.
—Hola —lo salude.
Trató de hablar pero le cuesta, solo logra balbucear.
Se paró en el sillón y toco mis pestañas, se rio.
—Ama —dijo apuntando hacia la cocina creo que es.
—¿Tú mamá?
Asintió y se bajó del sillón, me tomó la mano y tiro de ella, pero no me paré así que el niñito solo se fue.
Pasaron unos segundos y el Seba llegó con una sonrisa de oreja a oreja.
—¿Que hace solita aquí? —se sentó a mi lado con la respiración agitada.
—Sentada tomando bebida —le mostré la bebida y le sonreí.
—Reina, ¿Se siente inc.. —los gritos de unos niños lo interrumpieron y este saltó el sillón para esconderse atrás—Diles que estoy afuera —susurro.
Llegaron como ocho niños de cuatro años hasta como sus seis, me miraron y se acercaron a mi, empezaron a murmurar hasta que una niña se acercó tímidamente a mi.
—Mmm ¿Viste al Seba? —susurró.
Le apunté con el dedo hacia atrás del sillón y sonrieron—. Está afuera —mentí.
—¡Les dije! —dijo un cabro.
Todos se fueron gateando hasta detrás del sillón.
El Seba saltó el sillón de nuevo y se sentó a mi lado.
—Uf, menos mal me libraste de esos demonios —me iba a dar un beso pero los pendejos de una se subieron al sillón y en un dos por tres el Seba ya estaba en el suelo con los cabros chicos encima.
Me reí.
—¡Ya po Seba pásanos tu celular! —gritaron unos cuantos.
—¡Pero si no lo traje! —mintió.
—¡Queremos jugar po!
—¡No tengo juegos! —mintió otra vez mientras se ríe.
—¡Si tienes!
Saqué mi celular y dude en pasárselos.
—Oigan —les hable y me miraron—Tomen, jueguen con mi celular.
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Me gusta ese flaite po
Teen Fiction𝗍𝖾𝗋𝗆𝗂𝗇𝖺𝖽𝖺. Cuando chica siempre me reía de las personas que solían acomplejarse de lo que sentían hacía otra persona, vamos, ¿Qué tan difícil puede ser dominar tus sentimientos?.. muy difícil, si tan solo hubiera podido dominar estos sentim...