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—Tía —dijo uno de los pendex entrando a la sala y lo mire, trae un diente de león en su mano—Tome —dijo tímido.

—Ay, gracias —le sonreí.

—¿Me puedo quedar aquí?

—¿Y no quieres salir a jugar con la tía y tus amigos? —fruncí el ceño.

Negó.

—Está bien, juguemos nosotros dos, trae los legos de allí —apunte la caja y luego me paré para sentarme en el suelo.

El pendex trajo los legos y se sentó en las sillas que son más chicas que la chucha, ya me imagino al Seba sentado ahí..

Mi Seba weon, ¿Que estará haciendo?

—Siempre juegan entre ellos y nunca me dejan jugar —dijo el niño mientras construye algo.

—¿Quienes?

Apuntó hacia el patio y suspire.

Aunque son chicos si hacen diferencia, incluso hay hasta como grupos si se podría así decir, por ejemplo aqui solo hay dos grupos en donde los más como pituquitos se juntan entre ellos y los más.. ¿normales? Es que no se la maldita diferencia pero siempre se excluyen, es tan aweonao.

Son niños hermano y ya hacen estas diferencias, ¿Que wea?

Pero cuando entran a la sala se sientan todos mezclados así que no me weben cabros weones.

—Pero puedes jugar con más amigos po, no estés triste por eso —le sonreí.

Mi celular sonó y como estamos en recreo conteste, pensé que era el Seba pero no, buta la wea.

Es la matrona..

Que me diga que mis ovulos ya no son de mala calidad porfa.

Hola —salude.

—Hola Victoria, ¿Como estas?

—La verdad, ahora que me llamo estoy nerviosa, ¿Que pasó? ¿Los ovulos mejoraron?

—No lo puedo decir por celular, prefiero que vengas y con el Sebastián por favor.

Si, ella es la misma matrona que me atendió ese día y la misma que me hizo un raspaje. Ya nos conocemos hace años y también llevo un tratamiento con ella.

—Mm está bien, ¿Es algo malo?

—No sabría decirte..

🦋

Seba apúrate po —lo tire del brazo.

—Déjeme cerrar el auto —camino de nuevo hasta el auto y lo cerró—Se me olvidó comprarle las pilas otra vez.

—Después pasemos pero ahora vamos luego —dije más nerviosa que la chucha.

Corrimos por los pasillos de la clínica y subimos por el ascensor, el Seba me abrazo por detrás para que me calmara. Las puertas se abrieron y caminamos hasta la consulta, ella dijo, solo golpeen la puerta así que eso hicimos.

Una vez que entramos nos saludamos y nos sentamos frente a ella.

—¿Y qué pasó? —me mordí el labio.

—Estas embarazada.

Esa frase fue como un balde de agua fría para mi.

Mire al Seba y este me sonrió. Me paré de la silla y comencé a caminar de un lado hacia otro mientras aguanto las lágrimas.

—No lo quiero —negué—No quiero.

—Victoria siéntate por favor —me dijo la matrona.

—Sáquelo, sáquelo por favor —comencé a respirar con dificultad.

El Seba se paro para contenerme en sus brazos.

—Reina cálmese.

—No quiero pasar por lo mismo otra vez, ¡No quiero Seba! —solloce y me empezó a dar hipo por el llanto.

—Tranquila mi amor, mantén la calma —sobó mi espalda—Sentémonos, ven.

Nos volvimos a sentar y mire a la matrona.

—¿Por qué no lo saca y ya? Si de igual manera se va a morir —me limpie una lágrima.

—Es ilegal hacer abortos Victoria, además no todo está perdido, si sigues al pie de la letra esto —me pasó una guía—Seguramente saldrá todo bien.

—Lo mismo me dijiste hace cuatro años atrás, dijiste que no se moriría y se murió.

—No es algo que yo pueda controlar —suspiro—Tienes la oportunidad de ser madre, no a muchas mujeres que tienen tú mismo problema tienen esa oportunidad, tienes que cuidarte mucho.

—Pero va a nacer con problemas, eso fue lo que dijiste —jugué con los dedos de mis manos.

—¿Y eso que? —preguntó el Seba.

—Que lo van a molestar, yo no quiero que venga al mundo a sufrir si es que nace.

—Pero nosotros vamos a estar para el, somos sus papás, ¿Después de todo lo que deseó tener un hijo ahora quiere matarlo? —me preguntó molesto el Seba.

—Voy a dejarlos solos un momento —dijo la matrona saliendo de la sala.

Mire al Seba que me está mirando con cara de enojado y tristeza a la vez.

—Reina, ahora no está solita, estoy yo con usted, estamos los dos solos en la casita tranquilos sin que nos webeen, todo va a estar bien —se hincó y  colocó su mano en mi guata.

—¿Y si pasa otra vez?

Negó.

—Vamos a seguir cada una de la instrucciones a pie de la letra y estará todo bien, además no has sangrado, ¿O si?

—No, pero Seba.. —me interrumpió.

—Mi amor, va a estar todo bien, confía en mi, ¿ya? —me sonrió y yo asentí, beso mi guatita para luego pararse y abrazarme.

No voy a negar que estoy nerviosa y que tengo muchos pensamientos negativos en mi mente, pero si el Seba dice que estará todo bien y que él va a estar conmigo.. creo que puedo estar tranquila, ¿O no?

Me gusta ese flaite po   Donde viven las historias. Descúbrelo ahora