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Cuando llegue a mi casa después de tanto amor, besos y abrazos con el Seba, vino el mal rato.

Llegue a las once y media weon, once y media y los papás del Simón con el antes nombrado aún no se van, están medios curados más encima.

Mi mamá me miró con odio pero la ignore al igual que al Esteban.

Subí a mi pieza y vi al muy patudo del Simón viendo tele en mi pieza.

—¿Que haces aquí? —me sobe la sien.

—Como que hace rato salimos del liceo, ¿Donde andabas? —se sentó en la cama y me quedo mirando.

—Que te importa —deje mi mochila encima de la cama y me cruce de brazos para mirarlo—Sale de mi cama.

—Te estoy esperando hace horas, no me pienso ir —se rio burlón.

—Ándate a ver a tu polola weon —rodé los ojos.

Se paró de la cama y se acercó a mi, me agarro del mentón con una sonrisa.

—¿Estas celosa? —soltó una risa nasal—Pero Victoria no te pongas así po, estamos puro perdiendo el tiempo —me iba a dar un piquito pero corrí la cara.

—Ándate o voy a gritar —me aleje de él.

—¿Y donde quieres que duerma? Si tu mamá nos invitó hasta a dormir —se encogió de hombros.

Salí de mi pieza enojada, caminé hacia la pieza del Esteban y lo vi poniendo una película en la tele.

—¿Puedo dormir contigo? —le pregunté.

—No duermo con maleantes, ni polola de esos giles —dijo sin mirarme.

Ignore su comentario y me recosté a su lado igual, ni me miró.

—Esteb.. —me interrumpió.

—Te veo de nuevo con ese weon y lo meto preso, Victoria, no estoy webiando —amenazo.

Me di media vuelta y apoye mi cabeza en la almohada.

¿Dejar de ver al Seba?

Ni weona, no tengo ninguna intención con dejar de verlo, seria muy weona si lo hiciera la verdad porque con él me siento bien y me siento querida po weon.

—Tápate o te va a dar frío —dijo el Esteban.

Sonará mamón, pero con el Seba no pasó frío weon, es como una estufa humana.

Ya lo extraño.

🦋

Llegue al liceo junto al weon del Simón que menos mal luego de ese momento en mi pieza no me webio mas, ahora va calladito.

La Paz llegó con una cara de afligida e iba a abrazar al Simón pero este puso la palma de su mano en su pecho para evitar el abrazo.

—Simón.. —dijo con la voz quebrada.

—No me hables más —dijo enojado y se fue.

Mire a La Paz con el ceño fruncido, me agarro de la mano y me llevo corriendo al baño, nos encerramos en un cubículo y comenzó a llorar.

—Le conté que me iba a ir de intercambio y terminó conmigo —se limpió las lágrimas con cuidado por el maquillaje—Dijo que no quería.. que no quería tener una relación a distancia —terminó de contar.

—No vale la pena ese weon —la abrace.

—En serio me gusta po —sollozo.

—¿Te hacia sentir bien? —me cruce de brazos y ella frunció el ceño para después suspirar.

—Es muy dejado.. supongo y eso me hacía sentir mal algunas veces, incluso anoche me dejó plantada porque se le olvidó que íbamos a salir.

Miren el conchesumadre, el weon tenia mas que claro que tenía que ir a mi casa y aun así hizo eso.

—¿Por qué lloras por este weon cuando podrías estar llorando por la emoción de que vas a poder ser la polola del capitán del equipo de fútbol americano? —le sonreí.

—Esos weones son los peores.

—Entonces del aweonao que resulta ser terrible choro —le moví las cejas.

—O del weon que toca la guitarra y al final termina haciéndose famoso y me consiguiera entradas en primera fila —se limpió una lagrimita.

Asentí.

—Te amo, te amo, te aaaamo —me abrazo.

—Yo igual te amo oh —sonreí.

El timbre sonó e hicimos una mueca al mismo tiempo, nos reímos.

—¿Quedémonos aquí? —levantó y dejó caer sus cejas.

—Ya po, pero vamonos antes de que comiencen a revisar los baños —saqué el pestillo de la puerta y salimos.

—Vamos a la biblioteca, en el segundo piso no hay nadie a esta hora —dijo mientras caminamos en dirección contraria a los otros weones.

Entremos a la biblioteca sigilosamente, la bibliotecaria está en su salsa leyendo algo en el computador así que subimos rápido las escaleras y nos sentamos en los sillones, saqué mi celular y me metí al chat del Seba.

No me dijo buenos días..

—¿Con quien hablas? —preguntó la Paz y sapeo—¿Quien es?

Sonreí y pude sentir el calor en mis mejillas.

—Es.. un cabro con el que hablo.

Me analizó unos segundos—. Creo que más que hablar —me pego un codazo.

—Creo que me estoy empezando a enamorar, aunque no se la diferencia de gustar y enamorar, pero es.. siento muchas weas cuando estoy con el —me mordí el labio.

Se tapo la boca.

—¿Cuando es la boda? —webio.

—Y me trata de reina weona, me encanta cuando me trata así —la zamarreé y se cago de la risa.

—Cálmate mierda.

—Pero no me a dicho buenos días —hice un puchero.

—Está escribiendo —aviso y tire el celular a la chucha.

Negó con una sonrisa—. Síntomas del amor.

Me gusta ese flaite po   Donde viven las historias. Descúbrelo ahora