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Me guío hasta afuera de la casa y nos fuimos a donde está un auto estacionado de color negro súper bonito, con vidrios polarizados, tiene unas luces led en la patente y en el maletero, es como esos autos que corren ilegalmente, no se que marca ni modelo porque con cuea se diferenciar entre autos y camionetas.

El Seba abrió la puerta del copiloto y me subí, cerró la puerta con cuidado para luego rodear el auto y subirse el.

—Cinturón —dijo poniéndose el suyo, imite su acto.

Encendió el auto y luego le metió la pata, condució hasta llegar por la autopista en donde no van muchos autos, lo fui mirando todo el camino, su perfil es muy lindo loco.

—No tomaste, ¿verdad? —le pregunté.

—Reina, me pregunta después de que he estado manejando hace diez minutos —se rio.

—Yo no dije si estabas curado, solo te pregunté si tomaste, es otra cosa —lo mire triunfadora.

—Ah, le gusta pelear parece —me miro unos segundos—A mi también así que tenemos para toda la noche si quiere, yo no doy mi brazo a torser, se lo advierto.

—Y no creas que yo si —sonreí.

—Pero esta vez la dejare pasar, solo esta vez reina, no te acostumbres —doblo hacia una parte que no conozco.

—¿Entonces habrá otra? —sonreí.

—Solo si la reina quiere po, aquí yo soy un simple plebeyo —se rio—Estoy a sus órdenes —extendió su mano y por impulso la tome—Que son suavecitas sus manos —las acarició.

—Las tuyas están ásperas —solté una risa.

Saqué de mi banano una crema chica con la que siempre ando y le eche un poquito, comencé a esparcirla por toda su mano.

—Mi mamá tiene una crema parecida a esa, bueno.. tenia porque se le acabo, igual es cara la weaita y trae terrible poco —dijo un poco apenado.

—No tengo idea cuanto vale, me la regalo mi mamá —me encogí de hombros.

—Arto po, bueno pa mi, para uste' no se —se aclaró la voz.

Doblo hacia la izquierda quien vi una luces de colores a lo lejos, luego se escuchó música, pensé que sería un lugar más privado o más solitario, ¡pero es en plena vía publica!

—¿Cuantos años tienes? —fruncí el ceño.

—Diecisiete recién cumplidos —me miró de reojo.

—¿Cuando los cumpliste?

—Hoy, ¿a quien cree que le hicieron ese carrete? —sonrió.

—¡Pero Seba! —le pegue en el brazo por impulso—¿Entonces por que vinimos y no te quedaste allá? —me cruce de brazos.

Se cago de la risa—. Nadie me va a extrañar mi reina, además prefiero venir aquí —paro de conducir y pude ver un montón de gente gritando y alentando a los autos que están casi por correr.

—¿No vas a correr? —lo observe dudosa.

—Pensé que se habías arrepentido, ¿aún quiere? —puso un mechón que tapaba mi cara detrás de mi oreja.

—A eso vinimos po, así que vamos —dije nerviosa.

Hizo rugir el motos del auto y la gente aglomerada se hizo a un lado para que pudiéramos pasar, nos ganamos al lado de un auto color turquesa.

Un loco toco la ventana del auto y el Sens bajo la ventana.

—Wena po, feliz cumpleaños weon —le golpeó la espalda.

Me da miedo, bueno no miedo, pero me da cosita decirle feliz cumpleaños, no se porque, pero de que le dire, le dire.

—Gracias hermanito —este sonrió—Lo de siempre —le hizo una seña.

—Vale, suerte —anotó algo en una libreta y luego se fue, el Seba volvió a subir el vidrio.

Una mina se paró frente a los autos con unos pañuelos, el Seba hizo rugir el auto y me dieron cositas en la guata.

Cuando bajo los banderines el Seba apretó a fondo el acelerador y me puse más nerviosa de lo que estaba, mire al Seba que tiene la mirada fija en el camino, su mandíbula está bastante marcada y va serio.

La luz del semáforo dio rojo y juré que iba a parar porque los autos de la otra calle están avanzando, ¡pero el weon le metió más la pata! me tensé, sentí unos cuantos bocinazos pero eso no bastó para que el Seba bajara un poco la velocidad, mire por el espejo los otros autos que vienen atrás, el de color blanco viene pisándole los talones si.

—Viene el blanco, esta pegado a ti —le dije aún mirando el espejo.

—No me va a pasar ese weon —susurro y apretó el manubrio—Me avisa si intenta irse por la otra pista porfa mi reina.

No le despegue la vista al auto, intento irse para el lado pero le avise antes de que el loco lo lograra. El Seba esquivó unos autos y luego de unos minutos de estar rezándole a todos los Santos que conozco, todo se volvió oscuro.

Me gusta ese flaite po   Donde viven las historias. Descúbrelo ahora