Capítulo 38

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La cuestión me dejó anonadada, no era algo que en años había imaginado, bueno, en realidad sí pero nunca pensé que sucedería con ella después de tanto.

Mi visión se volvió borrosa debido a las lágrimas que cayeron sin poder retenerlas un segundo más. Becky se hincó y permaneció así mostrando el hermoso anillo dentro de su caja, y yo seguía sin poder creerlo, pero sin duda era realmente hermoso, todo con ella es realmente hermoso.

La gente gritó mi nombre lo que ocasionó que saliera de mi asombro y sin hacerla esperar más asentí frenéticamente antes de que todos por medio del micrófono escucharán claramente mi respuesta.

-Acepto totalmente casarme contigo-. Respondí sintiendo la felicidad invadiéndome.

Mi ahora prometida sonrió ampliamente colocando el anillo en mi dedo anular y acto seguido me besó profundamente.

Nuestros amigos, compañeros, miembros del staff y el público, gritaron de alegría al vernos por fin juntas como siempre debió ser.

Está vez fui yo quién se alejó mirándola de manera incrédula, tratando aún de asimilar todo lo que había sucedido.

...

Nuestros amigos querían festejar nuestro compromiso pero a petición de Natt y yo ellos entendieron perfectamente que sería para en otra ocasión, la propuesta me había encantado sin embargo no podía llevar a una cansada y adolorida Becky a un sitio que no fuera nuestra casa.

Había sido un día largo y lleno de muchas emociones, estaba claro que necesitaba descansar aunque la muy testaruda insistiera con querer ir.

-Cariño, claro que puedo ir. Sólo tomo una ducha, nos arreglamos y nos vamos-. Mencionó una vez que entramos a mi casa.

-Rebecca Quin, ya he dicho que no. Vas a descansar y punto-. Dije con determinación mientras me dirigía a la cocina, ella viniendo detrás a paso lento. -Además, ni siquiera puedes caminar bien-. Elevé una ceja al voltear y ver cómo fingía su caminar.

Bufó de mala gana y al ver que tenía razón desistió.

-De acuerdo, tú ganas. Nos quedamos en casa-. Sonreí con insuficiencia entregándole un vaso de agua.

Lo tomó al instante bebiendo sin parar.

-Si así estás ahora no quisiera imaginarte con varias copas encima-. Reí molestándola.

-Graciosa-. Dijo sin poder ocultar la sonrisa.

-¿Quieres que te ayude a subir?-. Cuestioné observándola de soslayo.

-No. Si pude con Ronda podré con unas simples escaleras-. Me guiñó haciéndome reír.

-Nunca dejarás de ser tú. Eso fue una de las tantas cosas por la cuál me enamoré perdidamente de ti-. Me acerqué lo suficiente para llamar su atención, después miré fijamente sus labios antes de subir la mirada hacía sus bellos ojos cafés.

-Te amo-. Mencioné acortando la poca distancia entre nosotras.

Al principio gimió de dolor pero eso no impidió que me dejara de besar con mucho afecto y dedicación.

Me separé ligeramente de ella con una mirada tonta en la cara.

-También te amo, futura esposa de Quin-. Mordió su labio inferior esbozando una sonrisa. -Iré a ducharme, ¿No deseas acompañarme?-. Sugirió con esa mirada pícara en su rostro.

-Me encantaría pero, tú necesitas comer después de haber gastado tus energías así que ve a ducharte mientras yo hago la comida-. Tras mis palabras ella siguió su andar hasta la segunda planta.

Polos Opuestos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora