Capítulo 30

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Sentí mi brazo alrededor de algo cómodo logrando que apareciera en mi rostro una pequeña y tonta sonrisa al imaginar el cuerpo de cierta pelirroja justo a mi lado, pero sin embargo todo eso se esfumó al sentir que era algo más suave y que además no se movía.

Desconcertada por la luz del sol que daba directo a mi rostro cubrí con mi mano un poco ésta haciendo posible que mi visión se enfocara en la habitación, más bien a mi costado derecho debajo de mi brazo, que en efecto fue lo que pensé, era la almohada que mantenía abrazada.

¿Y si tal vez fue sólo un sueño? Mi cabeza comenzó una serie de preguntas al cuál no sabía que responder, pero encontraron una respuesta inmediata justo al lado de la cama, su chaqueta. Ésta estaba tirada a un lado por lo que mi sonrisa boba se mantenía en mi rostro al recordar lo de anoche, ¿cómo pude pensar que era un sueño? Si fue tal realidad, sin duda fue mejor que un sueño.

A lo mejor y tal vez se encontraba descansando, después de todo ella era la del reposo. Sin dar más vueltas a mi cabeza me levanté al saber que estábamos aquí por su salud y en cambio hizo otras cosas, cosas bastantes deliciosas para ser sincera.

-¿Dios, en qué estoy pensando?-. Fui a tomar un baño que por suerte cayó de maravilla a pesar del clima que empezaba a hacer.

Cuando comencé a desvestirme y me miré en el espejo vi que mi sonrisa decayó un poco al saber que ella no pasó la noche aquí conmigo, aunque ésta misma regresó ya que algo lejano en mi mente recordaba unas palabras no muy entendibles, pero de lo que si estaba segura y de lo que jamás olvidaría, era esa voz muy reconocida, su voz.

Pero eso lo confirmaría más tarde, no quiero creer cosas absurdas por obra de mi imaginación.

Al salir no sabía que ponerme, a lo que opté por una camiseta, su chaqueta que recogí del suelo, y el pantalón pijama que no utilicé ayer en la noche.
Fui a la puerta y al cerrarla detrás de mí me quedé un momento ahí esperando a que tal vez apareciera, pero eso no fue posible, incluso parecía no estar porque su habitación se encontraba en completo silencio.
Con un ánimo regular fui a la cocina esperando a que tal vez estuviese ahí, pero en su lugar sólo encontré una nota pegada con un imán al refrigerador, al acercarme a ella la agarré y leí.

Ashley.
Lamentó no poder estar en el desayuno contigo, tuve que salir, no, no es nada malo descuida, espero y no pienses mal con respecto a mi supuesta huída. Te encuentras en tu casa, así que ponte cómoda.

Posdata: Disfruta el pequeño desayuno que te preparé en modo de disculpas, nos vemos más tarde... Rebecca.

Espero y realmente no te hayas arrepentido de lo que pasó Becky, porque en verdad quiero intentarlo de nuevo contigo.
Pensé mientras comía en tranquilidad.

De eso esta más que claro, tendríamos que hablar.

....

Después de lo de anoche en la susodicha habitación no pude conciliar el sueño en absoluto por lo que amanecí muy temprano, decidiendo dar una vuelta por el parque que se encontraba algo solitario debido al horario matutino, conservaba mis manos dentro de mis bolsillos delanteros del pantalón caminando hacía ninguna dirección en concreto pensando y observando lo bonito del día, mi mente recordaba cada momento vivido con ella ayer.

Fue sorprendente que su cuerpo haya reaccionado a mis caricias de esa manera después de mucho tiempo, mantenía mi vista en cualquier sitio sonriendo como nunca y caminando a una calle muy conocida.

Avance unas calles más llegando a la casa de cierta persona, me detuve y toqué la puerta esperando a que ojalá se encontrase despierta.
Esperé unos segundos escuchando del otro lado como unos pasos se aproximan hacía la puerta abriéndola al segundo.

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