POV CHARLOTTE
Una vez llegase Rebecca a nuestro encuentro hablaremos como es debido y ahí sí, tendría que decir algo congruente para poder creerle todo este teatro.
Que manera tan ridícula de auto dañarse.
Dichos pensamientos fueron interrumpidos por su presencia.
-A ti lo que te faltan son neuronas ¿cierto? Porque...-.
-Ashley me gustaría apreciar su linda conversación, pero no es el momento, en verdad debemos llevarla a que la atiendan-. Me decía Natalia preocupada. -Después puedes incluso suspenderla pero debemos irnos ahora-.
-Ahora resulta ¿que no puede quedarse con algo de su pequeña actuación? Eso le pasa por hacer cosas estúpidas-. Contradecí a Natalia.
-En verdad Ashley, lo que menos quiero ahorita es contradecirte o algo así, pero debemos llevarla a un hospital-.
-No, no pienso pisar un hospital. Esto se quita con un pequeño tratamiento y ya-.
-Sí, claro. Sobre todo eso-.
Guardó silencio la mayor parte del tiempo, sin protestar ni nada, sospechoso en ella nunca sabe guardar silencio. Dedicaba miradas de soslayo a Natalia y yo no podía dejar de sentir coraje por tremenda idiotez que solo a ella se le podría ocurrir, aún más con tremendo golpe encima.
-¿Tienes la llave de la camioneta?-. Pregunté directamente.
-¿Qué? ¿Para qué la necesitas?-. La expresión en su rostro en otra ocasión me hubiese sido graciosa, sin embargo no era momento de risas.
-La tienes contigo, ¿sí o no?-. Dije esta vez con voz firme. Estaba harta de sus cosas sin sentido.
-Está en mi camerino-. Con un leve asentimiento opté por decir. -Bien, espérenme en el estacionamiento. No tardo-.
Sin que Rebecca dijera algo más, fui en dirección contraria algo apresurada ya que tanta sangre no era los más bonito de ver y porque en verdad ese golpe es horrible de apreciar.
Giré a la derecha y a dos puertas se encontraba su camerino, sin rodeos entré y comencé a buscar en su pequeño escritorio la llave.-Vamos cálmate, es horrible lo sé, pero la idiota estará bien, sólo ignora el golpe-. Me dije para tranquilizar mis nervios.
En el escritorio no se encontraba, había pequeñas cajas en las que revisé primero al acercarme pero ahí no estaba, al otro lado encontré cajones y pedía que estuviese ahí para ya irnos, mis nervios se mantenían al tope y en cualquier momento mi tranquilidad se iría por la borda.
Mi angustia se esfumó al ver la llave que yacía al parecer en un portarretratos que quedaba con la fotografia tapada al estar boca abajo, no investigue de más a pesar de mi curiosidad por dicho objeto.
Salí rumbo al estacionamiento y lo primero que hice fue desbloquear el seguro de las puertas para que entrarán ambas.-Vaya, eso fue algo rápido-.
-Nat, no es el momento para bromas quieres-. Dedique una sonrisa sarcástica a Natalia puesto que su humor ahorita no era el indicado.
-Odio decir esto pero, Rebecca tiene razón, no es el momento, es una emergencia-. Lo último lo dije con énfasis. Subí al asiento del piloto y antes de encender la camioneta, Quin habló.
-Una cosa, si vas a manejar como loca ten un poco de precaución-. Oculté una pequeña sonrisa debido a que se preocupa más por una tonta camioneta, que por ella misma.
-Bien, no sería alguien descabellada, las tengo a ustedes allá atrás sumándole el hecho de que tengo a alguien herida y mi responsabilidad al llevarlas, no quiero más problemas y menos si ustedes están de por medio-. Encendí la camioneta y salimos de ahí yendo directo al hospital.
En el trayecto la primera en romper el tranquilo silencio fue Natalia.
-En verdad hay veces que pienso que no encuentras sentido alguno en la vida, ¿en serio te preocupas más por lo material Becks? Tan solo mira tu rostro, estás mal-. Por el espejo retrovisor interior, observé por un breve momento el rostro de Natalia su mirada algo inexpresiva, a decir verdad confusa.
-Bueno, te agradecería que callases mientras llegamos a nuestro destino-. Dijo Becky mirando hacía fuera detrás del cristal algo pensativa y molesta por lo que dijo su mejor amiga.
-En verdad me impresiona la manera en que sobre llevas las cosas. Tú preocupada por tu camioneta, yo en tu lugar hubiese estado preocupada por mi cara que por otra cosa-. Sonrió Natalia con ironía.
Y sí, sin duda era increíble el cómo llevaba las cosas a un paso tan distinto. Sin embargo con o sin golpe seguía luciendo perfecta ante mis ojos.
Natalia sacó un pañuelo y se lo ofreció a Rebecca para que limpiase un poco la herida que no paraba de sangrar.
-Respondiendo a tu pregunta Nat, sabes bien que para mí el físico no lo es todo. En este caso si debe angustiarme pero sé que estaré bien, sin embargo no pagaré millones de dólares a un experto en crujía para arreglarme el rostro-. Sin duda no ha cambiado, seguía siendo la misma Becky de aquellos años.
Tortuosos años.
-Pues sí, lo sé, pero es que eso no era part...-. Fruncí el ceño al notar que Natalia calló al instante en que Rebecca le dió un leve codazo logrando que Nat le devolviera el golpe en el hombro.
-No, no lo era, pero sucedió, y deja de ser tan informativa delante de nuestra chófer que tenemos aquí, por favor-. Ella asintió y no dijo nada más.
-En primera; no soy tu chófer, segunda; hemos llegado y tercera; ésto no se quedará pendiente-. Ambas guardaron silencio cómplice entre sí.
Estacioné la camioneta apreciada de Becky y un momento después bajé de la camioneta.
Del otro lado Natalia hizo lo mismo, rodeó la camioneta hasta estar frente a nosotras, mientras que yo me ofrecí en abrir la puerta para que Rebecca descendiera del auto, al hacerlo note que ella trataba de ocultar una mueca de dolor, supuse que era por su rostro, pero logré entender que no era por ello, si no porque además de la herida en su cara también llevaba consigo otro golpe en la zona de sus costillas, pues es ahí dónde ella misma tocaba esa parte.Ella no pasó desapercibida mi cara de furia total y sin más se acercó a paso lento hacía Natalia temiendo a que yo terminase de rematar un golpe final, aunque ganas no faltaban.
Bien, chicxs sé que me fui bastante tiempo de lo debido, sin embargo las cosas estaban yendo algo mal. He regresado, espero todo haya ido bien. Nuevo capítulo asies :)
Cuídense demasiado, nos leeremos pronto.
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Polos Opuestos.
Science FictionBien dicen que los polos opuestos siempre se atraen, pero ¿qué pensará Becky Lynch sobre eso, al tener frente a ella a Charlotte Flair su rivalidad más grande en la historia? Sin más que decir, demos inicio a esta historia.