Capítulo 27

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-Llegamos-.

-Por fin-. Le dije antes de abrir la puerta de mi camioneta.

-¿Tan mala es mi compañía?-. Hizo un gesto ofendido por lo que le he dicho.

-Un poco nada más-. Trate de no sonreír pero fallé en el intento.

-Bueno, eso no decías en aquella pequeña habitación-. Bajé la mirada ante la acusación de sus palabras, ella engreída sonrió antes de quitar las llaves y entregarmelas.

-Al parecer ninguna se quejaba de la situación, así que no fui la única-. Elevé un poco mis hombros a lo que ella desvío la mirada a otra parte, logrando ver ante la luz tenue de las lámparas de la calle su leve sonrojo.

-Me has descubierto-. Dijo regresando su mirada a mí, ambas sonreímos.

Nuestros nervios parecían jugar a la par por lo que en su momento ninguna decía nada, solo el silencio hacía compañía aún estando en el mismo espacio, disfrutando de la cercanía, de lo familiar.

Después de ello bajé al igual que Ashley. Por suerte yo tenía las llaves de mi casa a lo que abrí dando acceso a ella primero para que entrara.

Cerré la puerta en silencio al escuchar un golpe, de inmediato prendí las luces pensando que era mi hermano, pero me llevé una sorpresa distinta, pues al parecer Ashley había tropezado con la mesita de la sala ya que su rostro reflejaba dolor y tocaba su rodilla derecha, reí en ese entonces.
Me olvidaba de que ella solía ser un poco torpe, o bueno al parecer seguía siendo.

-No es gracioso Rebecca-. Ella seguía sobando y hacía gestos raros debido al dolor.

-Por favor, has recibido golpes más fuertes-. Era inevitable reír antes sus gestos.

-Lo sé, pero llevo mucho tiempo sin recibir uno solo-. Negué con la cabeza y fui hacía la cocina buscando algo de beber.

-Bueno eso sí, pero no creo que eso sea tan fuerte como golpearte contra una escalera en el abdomen-. Le dije llevándome un vaso con jugo de naranja a los labios.

-Deja de ello, creo que mi cuerpo se ha desacostumbrado un poco-. Dijo cojeando a mi dirección debido al golpe.

-Cierto. Bueno lo siento y no lo siento por reírme. ¿Quieres un poco?-. Respondí refiriéndome al jugo y riendo otra vez en el proceso. 

-Sí por favor. Tomaré tus disculpas aunque me ofenda un poco-. Escuché que decía mientras servía algo de jugo en otro vaso.

Permanecía en la encimera apoyada de un codo esperando mi regreso mientras miraba la casa con atención, fue ahí que caí en cuenta de algo, era la primera vez que la dejaba entrar a la casa.
Sin tomar importancia a ello sumando posibilidades absurdas dejé ir aquellos pensamientos.

Volví adónde ella permanecía entregando el jugo escuchando de sus labios un gracias para empezar a tomar.

Terminé el mío y deposité el vaso al fregadero para después lavarlo, secarlo y guardarlo en su sitio.
Al mirarla me dí cuenta de que tenía la mirada fija en el suelo y con el vaso entre sus labios semi abiertos sin beber del todo.

-¿Estás bien?-. Me animé a preguntar a lo que ella rápidamente me miró con rostro serio.

-Sí... Sí, solo que estaba pensando en algunas cosas, nada más-. Bebió del jugo terminando de un solo trago, después hizo lo mismo que yo dejando el vaso seco en la repisa.

-Bien, ¿Entonces?-. Pregunté y ella me miró confundida, a lo que hablé siendo más específica.

-¿Piensas irte o prefieres quedarte?-. Eso pareció sorprenderla, ya que era evidente la expresión de asombro en su cara.

-Vaya, eso es... Olvídalo. Si mi presencia no te incómoda aceptaré la oferta-. Sonrió intentando transmitir comodidad, pero algo parecía ir con ambiente tenso. Tal vez porque no hemos hablado bien desde ese entonces.
Pero ahora solo quería ir a descansar.

-Bien, sígueme-. Subí primero para guiarla hacía el cuarto de visitas, ahí estaría más cómoda.
Era muy grande la coincidencia de que éste se encontrará justo frente al mío.
Caminamos un poco más por el pasillo hasta detenernos frente a la puerta de la habitación en la que ella dormiría, abrí la puerta dejándola pasar para ir tras ella cerrando ésta misma después de entrar.

No era grande ni muy pequeña, sin embargo su tamaño era lo mismo que la mía, solo por el cambio de algunas cosas y muebles, incluída la cama, la mía era matrimonial y la de esa habitación era individual.

-Es cómoda, y muy amplia para solo una persona-. Habló después de ver cada detalle de la habitación.

-Sí, lo es-. Afirmé recargando mi cuerpo en la puerta.
-Allí en la puerta del lado derecho se encuentra el baño-. Apunté con mi dedo en dicha dirección-. Está la televisión por si quieres ver algo, un estéreo, algunos libros en la pequeña estantería por si no puedes dormir ó quieras leer algunos-. Señalé después con el mismo dedo la estantería detrás de ella-. Algunas cobijas se encuentran en el clóset-. Indiqué hacía un lado de la ventana-. Digo, por si en la madrugada te da frío-. Terminé de decir cruzando los brazos a la altura de mi pecho.

-Es increíble que tú estés manejando todo esté sitio en orden sin nadie quién te ayude-. Se sentó al borde de la cama, su mirada fija en mí.

-No es para tanto, no es muy grande y además soy la única aquí. De vez en cuando puedo ser normal-. Me encogí de hombros.

-Se me olvida que alguien con tanta seriedad y dramatismo sea por un momento normal-. Respondió elevando una ceja y sonriendo.

-Vale, tal vez sí sea algo inesperado de mí pero no todo es lo que parece-. Fruncí mis labios un poco.

-Ya veo-. Observé que mordía su labio inferior  lentamente. Carajo creo que ella sabe cuál es mi tentación.
Me encontré en trance debido a su provocativa manera de atraerme, pero está vez puse todo de mí para no ceder, debíamos hablar primero antes de cualquier cosa.

Aclaré mi garganta antes de hablar.

-Vas a necesitar una pijama, ahorita regreso-. No la dejé hablar y salí pronto de ahí cerrando de un portazo yendo directo a mi habitación.









Uno antes de que termine el año xD
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