Acosador siendo acosado [1] ✓

Capítulo 4.- Encuentro con el destino

Me desperté por la mañana a las 9:30, era temprano ya que debía ir con mi padre a la universidad que iría. Tengo tremendas ganas de ir ya que pienso estrenarlo, os explicaré porqué. Primero, siempre he ido a escuelas públicas y siempre quise las privadas. Segundo, lo pagaría yo, he trabajado suficiente para poderlo pagar yo la gran mayoría de cosas (acordé con mi padre que algunos viajes él me ayudaría a pagarlo si lo necesito) y por último, porque estudiaré algo que me encanta, escribir. Desde niña quise ser escritora y por concursar, he publicado algunos libros aparte que he ganado dinero a raíz de ello, pudiendo pagar ahora la universidad y mejorar mis conocimientos. Me levanté de la cama, me duché y me puse una camisa corta simple y pantalones tejanos cortos, bambas blancas que llevo años utilizándolas (y se nota el tiempo que llevo con ellas), iba a salir del baño cuando escuché un ruido en mi cuarto y recordé que seguramente sea mi padre.

+Ya salgo papá, dame un segundo.

Me peiné un poco ya que con el pelo tan corto (rapado de los lados y de arriba largo hasta los ojos) pues se queda un poco levantado, pero recién lavado queda muy bien y se seca rápido. Salí del baño y me encontré sentado en la cama a John, pero qué.

+Qué mierda haces aquí? –le dije cruzándome de brazos- si esto va a ser cómo la historia de ‘A través de mi ventana’ estás muy equivocado, sólo digo –le miré seria, que se note el sarcasmo.

+No sabía que leías esas cosas, a saber lo que haces –dijo con su voz ronca, bastante sexy ahora que pienso.

+Pues mira, me masturbo, veo y leo porno y hago todo lo que yo quiero cuando quiero, algo más? –me quedé esperando una respuesta mientras me miraba muy sorprendido.

+Muy directa, interesante –sonrió sensual.

+Ok.

Nos quedamos un momento en silencio mirándonos, hasta que volvió a hablar.

+He venido porque quería verte.

+Acosador.

+Nah, puedo acosarte pero aún no he empezado linda, sólo llevo desde ayer.

+Ja, te falta tiempo para saber todo de mí, aparte pienso acosarte yo a ti, si gustas. Tengo experiencia previa.

+Qué rápido, pensé que tenía que retarte, tengo entendido que si te retan, lo haces.

Vaya, sabe bien. Y ahora que pienso, esto está pasando demasiado rápido para sólo haber tenido dos frases conjuntas, no?

+Bueno, que me voy, ahí tienes la ventana para irte –le dije cogiendo el bolso y yendo a la puerta.

+Cómo sabes que no te voy a robar? –le di una mirada de obviedad, ya que es rico por la pedazo de mansión que tiene- bueno, mejoro la pregunta, cómo sabes que no cotillearé tu cuarto para saber aún más de ti?

+Porque si lo haces, haré lo mismo cuando menos te lo esperes –le sonreí falsamente y abrí la puerta- cierra la ventana cuando salgas –y salí del cuarto cerrando detrás de mí.

Bajé las escaleras de mi casa, no era muy grande pero tampoco muy pequeña (diría que demasiado espacio para mi padre y para mí) pero bueno, mi padre me esperaba en la puerta y salimos hacia el coche, nos montamos y hablamos por el camino.

+Has tardado demasiado en salir, demasiado tiempo en la ducha? –me preguntó mi padre.

+Sí, me distraje –y subí el volumen de la música que puse con mi móvil.

Cada cuarto estaba insonorizados, osea que no se escuchaba ningún ruido desde afuera (así yo podía escuchar música a toda potencia y mi padre podía tranquilamente estar ‘viendo’ una película, cosa que no veía porque no salía ni el título y se quedaba dormido pero ese no es el tema) así que no pudo escuchar mi conversación con John. Y subí el volumen antes de que volviera a hablar porque no para de hablar, me interesa mucho lo que me dice pero a veces, sólo a veces, son demasiadas palabras. Llegamos a la universidad privada que me iba a inscribir (la única de la ciudad ahora que pienso y que queda también a 5 minutos a mi paso, soy de caminar rápido así que las demás personas tardan 10) y entramos, era muy grande esa universidad, no tenía comparación con mi instituto el cual iba en secundaria y batxillerato (que hasta tenía ciclos y no llega ni a la mitad de grande que esta universidad, ni yo me lo creo), preguntamos dónde se encontraba el director y casi nos perdimos en el trayecto (menos mal que hay carteles con los nombres en cada sala, sino nos morimos. Es broma, que nadie se asuste). Al entrar pedimos permiso, nos lo concedió y entonces sentí una mano en el hombro. Es en serio?

~Aqui tenéis el siguiente capítulo, espero os guste y recordar darle a la estrella, bye.~