Amor Sincero.

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Los mechones de color azul cubrían los ojos de Wang Yibo los cuales se encontraban en dirección al suelo, su rostro ardía, aquella mano había viajado con tanta velocidad hacia su mejilla que no le dio ni el mínimo tiempo de reaccionar, con una postura curvada y desanimada espero por las palabras de la mujer que tenia en frente, regresarle el ataque y mucho menos defenderse, sabia que en algún día este momento llegaría.

- Eso fue por el daño que nos hiciste.- Propinó otra cachetada.- Y esto...por el daño que le hiciste a mi hijo.

-......- Yibo continuaba cabizbajo.

- ¡Si hubiera sabido que mi hijo iba a terminar con su vida ante de quitarme la vida te hubiera enterrado una daga en el cuello! ¡Por tu culpa mi hijo sufrió hasta el punto de acabar con su propia vida!

- Yo...- La voz de Yibo se quebró.

- No sabes como quisiera acabar con tu vida en este momento.- Tiró de la camiseta de Yibo.- Quisiera asesinarte con mis propias manos, hacerlo de la manera mas lenta posible para causarte el mayor sufrimiento.- Tomó el mentón de Yibo con fuerzas.- Para todos siempre fui la emperatriz dulce y comprensiva...lo que muchos no sabes...es que esa emperatriz también podía ser una persona despiadada y sanguinaria cuando se trataba de sus hijos.- Lo sacudió.- Yo no lo llevé en mi vientre aun así es mi hijo ¡Mi hijo! Le gritó y por el soy capaz de cualquier cosa...puedo dar mi vida una y mil veces...- Tiró de Yibo acercándolo a su rostro.- Y también la puedo quitar a quien se atreva a lastimarlo.

- Si quiere lastimarme...- Yibo finalmente habló.- Si quiere causarme dolor por medio a torturas...puede hacerlo.- Levantó la miranda mostrando una sonrisa bañada en lágrimas.- Porque se muy bien que lo merezco.

- Todos los hijos del emperador son mis hijos y los amo...- La voz de la emperatriz se quebró.- A-Zhan es mi bebé...siempre lo será...- Lo empujó.- Y porque es mi bebé y quiero que sea feliz...estoy dispuesta a dejarte ir esta vez Wang Yibo.

- Emperatriz.- Yibo se agitó.- Lo siento...- Cayó de rodillas.- Lo siento tanto, se que mis disculpas no van a remediar nada, solo quiero que sepa que a pesar de todo...yo si lo amaba.- Levantó la mirada.- Tanto que en el momento en que se fue muy a pesar de su deseo de no volver a verme más...yo lo seguí.

- La vida te dio una oportunidad.- Lo tomó del brazo y lo levantó.- Aunque no creo que la merezcas del todo...pero también entiendo que ya has pagado suficiente...

- Toda mi vida ha sido una horrible tortura.- Yibo estaba cabizbajo.

- Y te la merecías...- Suspiró.- Yo no puedo perdonarte tan fácilmente Wang Yibo, no cuando hiciste sufrir a mi hijo...mi esposo...incluso mi reino...- Lo vio a los ojos.- Pero puedes estar seguro que no me interpondré...si mi esposo fue capaz de ceder por amor a nuestro hijo...yo también lo haré.

- Gracias.- Yibo sonrió mientras derramaba lagrimas.

- Ahórrate las gracias.- Sacó un pañuelo de su bolso y lo entregó a Yibo.- Mi única condición es que hagas feliz a mi hijo, no hagas que me arrepienta.

- Juro que lo hare.- Yibo sonrió.

- Ahora seca tu rostro y cálmate, no quiero que mi hijo se de cuenta que acabo de intimidarte.- Se dio la vuelta y se alejó provocando en Yibo una sonrisa.

La emperatriz aún sentia enojo hacia Wang Yibo, mas no odio, lo resentía por las cosas que había hecho y el daño que había provocado, no solo por la manera en que en un parpadeo casi acabó con su reino sino también por el daño provocado a su hijo, como emperatriz aun no estaba dispuesta a perdonar los actos de Yibo pero como madre daba un paso al lado y guardaba su hostilidad hacia aquel joven.

Demonic Love "Mas allá de lo celestial" (Finalizada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora