Capítulo 25

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Thomas



Hablar con mis hermanos ha sido un avance espectacular, de hecho ha sido muy sanador. Todo ese peso que sentía por lo sucedido con mi mamá finalmente se ha ido mermando.

La culpa de lo que pasó con Cassie, es difícil dejarla, se aferra aún a mí y no puedo soltarla. Aunque, hay más culpa por otro motivo, por cómo hice sentir a Olivia.

No obstante, por ahora sólo quiero sacar lo malo que he contraído todos estos años pasados. Debo sacarlo ahora que puedo hacerlo. Ahora que estoy en un ambiente familiar.

Tengo la casa de la granja para mí solamente debido a que me quise venir aquí a escribir pero no he podido hacerlo todavía. Quiero pero no puedo. Me he sentado dos veces a hacerlo, y me es imposible. Son muchos pensamientos aglomerados y abrir esa puerta me hace temer por mi cordura porque no quiero perderla.

Busco para comer algo y todo está vencido y podrido. Así que agarro la cafetera para llenarla y hacerme un café, pero no sale agua.

—«He cuidado la casa por ti». Y una mierda —me enojo con Timothy.

Voy de regreso a la sala a sentarme en el escritorio y abro la laptop. Los pensamientos y recuerdos se aculan en un ovillo y cierro la laptop así como cierro esa puerta.

—Maldita sea —digo estrujando mis ojos bloqueando todo y sintiendo ya la punzada leve en mi estómago.

Me levanto de allí y me acuesto en el sofá pero me empieza a picar la nariz y me doy cuenta la cantidad de polvo que hay en los rincones y paredes.

—Apuesto mi culo que sólo dormías, comías y follabas aquí, Timbo. No cuidaste una mierda —hablo solo mientras voy por las cosas de la limpieza, y como lo supuse, no hay nada.

Me voy a la cochera y enciendo la luz después de abrir la puerta pero la bombilla no enciende. Suspiro maldiciendo. Tomo el teléfono y enciendo la linterna para alumbrar el camino a la estantería de llaves. Observo las mías debajo de una cinta que dice Camaro de Thomas. Respiro hondo tomándolas y sintiendo el polvo en el acero. Doy la vuelta y le quito la sábana que tiene el auto encima con cuidado y el accidente viene a mis ojos como el flash de una cámara. Tal como la primera vez que tomé el coche después de repararlo.

Luego de destruir el auto a batazos debido a la noticia de la enfermedad letal de mi padre, lo envié aquí y Tammy lo recibió hecho mierda con instrucciones del abogado para que lo enviara al mecánico de confianza de la familia y que todos los gastos iban por mi cuenta pues quise que este coche se quedará aquí. No quería verlo. Si mi padre no estaría después de pasar meses reparándolo conmigo luego del accidente, no quería tampoco verlo y sentirme impotente y con culpa. Sin embargo, ahora, que estoy pasando mi mano por el techo, no me siento tan mal como creí que me pondría.

Abro el garaje, subo al auto y enciendo el motor escuchando su rugir. Al tomar el volante de nuevo veo las luces del camión que causó mi accidente como un flash. Sostengo el volante tan fuerte así como cierro mis ojos al recordar el momento cuando el auto volcó y dio vueltas lastimando mi pecho haciendo que los vidrios cortaran mi piel. Todo se oscurece y vuelvo a recordar al instante cómo salí del auto para decirle a Cassie que la amaba y ella se encontraba casi encima de mí diciéndome que me mantuviera con vida. Abro mis ojos de repente al escuchar su voz con eco en mi cabeza: «Sólo sigue respirando».

Tal como lo reviví al manejar el coche antes.

Niego evitando recordar toda la mierda y salgo dando retro. Me voy a la tienda del pueblo después de cerrar el garaje. Compro comida chatarra y me acuerdo de las compras y el juego de preguntas con Olivia, compro también algunas mierdas de limpieza y luego hago algunas compras en una ferretería para arreglar el fregadero, haciendo que vuelva a recordar a Olivia y la vez que reparamos la regadera.

Desastre De AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora