Oculta en uno de los vestidores que usan los modelos, me quedo esperando que llegue Frederick con mis diseños para que se los entregue a la arpía. Randy me avisará cuando ambos entren a la sala de conferencia la cual está ubicada junto al vestidor que me ha servido de escondite.
El plan va en marcha, ya Randy le ha comunicado al presidente de la empresa que su presencia se solicita en la antes menciona sala. Por supuesto, tendrá que ir con su hijito querido, Frederick.
Todos son un grandísimo fraude y van a caer como moscas en telaraña. Mi madre no crió a una acera para que todos pasen por encima de ella.
Me llega al teléfono un mensaje de Randy y respiro hondo para luego entrar a la sala. Mona y Frederick se quedan anonadados al verme. Mientras que el presidente de la empresa luce confundido igual que los inversionistas, patrocinadores y clientes.
Los saludo y expongo la razón de mi presencia.
—Algunos sabrán que ya no trabajo para esta compañía ni mucho menos para la marca que los representa. Esta empresa es un fraude así como sus trabajadores. Pasé casi cinco años de mi vida dándole todo de mí a esa señora que está sentada allí. Se dio cuenta que la inutilidad en la profesión la llevaría a la bancarrota, así que, ¿qué hizo? Yo se los diré. Vio en mí, competencia de que podría, perdón, de que puedo ser mejor que ella, lo que me iba a llevar a removerla de su puesto y, por ende, se deshizo de mí al despedirme, se acuesta con Frederick, su jefe, para conservar dicho puesto y por último me roba los diseños que yo, en mi ignorancia a lo que sea que ocurría entre ellos, había confiado a ese señor creyendo que eso me ayudaría a tener mi empleo de vuelta.
El presidente de la empresa se levanta de su silla todavía muy confundido.
—Espere, Srta. Campbell —se quita la bufanda de su cuello—. ¿Está diciendo que mi hijo está robando ideas multimillonarias para la industria, de usted?
¿Multimillonarias? Vaya.
Mi cara no muestra expresión alguna pero por dentro estoy que me hago en los pantalones. No tenía idea de que mis diseños estaban dándole millones a la industria.
—Así es, señor. Y si no me cree, verifique los diseños que tiene Mona en sus manos. Mire cada uno de ellos, se dará cuenta que mi reconocida firma está camuflada entre los trazos. Como en cada diseño que he hecho desde que trabajaba aquí.
Ésta, más desorientada que los demás, toma la carpeta y se da cuenta que mi firma está camuflada en los trazos.
El presidente de la empresa toma la carpeta viendo el fraude que ha cometido su empleada del mes y luego mira a su hijo que, aturdido por todo, sólo niega con su cabeza.
—Frederick. La verdad. Ahora —le pide.
—Papá, fue ella —acusa a Mona—. Ella dijo que así la empresa se mudaría a Nueva York y duplicaríamos los millones. Tenía que hacerlo, por ti, por nosotros.
—Increíble —dice su padre decepcionado—. ¿Qué hice mal para que me salieras tan estúpido? —Deja caer la carpeta en la mesa donde todos los patrocinadores e inversionistas se encuentran sorprendidos e incómodos por los movimientos legales que se avecinan—. Señorita Campbell —se dirige a mí con una mirada de preocupación—. Lamento mucho este inconveniente. Estoy seguro que una conversación privada puede arreglarlo —señala la puerta para que salga.
—Sé lo que significa eso, señor —le digo enterada de que quiere sobornarme para que no haya demandas—. La única conversación que tendrá será con mis abogados cuando lo llamen. Randy, por favor —le hablo a mi ex asistente ahora que aún es tan fiel conmigo como lo era cuando trabajaba aquí—. ¿Tienes todas las carpetas con los diseños y los videos de las conferencias?
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Desastre De Amor
Roman d'amourThomas Wells es un hombre que toda su vida ha sido atormentado y autosaboteado debido a sus demonios mentales, lo que lo ha llevado a vivir sin metas y sin las personas que ama. Sin motivo alguno para disfrutar la vida, se muda a Chicago para estar...