Olivia
Una luz extremadamente blanca ciega mis ojos provocando que parpadee varias veces. Observo mi alrededor notando que estoy en una cama dentro de un cuarto de hospital con algunos cables conectados a mi pecho y otro llevando oxígeno a mi nariz. Quiero hablar y no puedo porque mi voz no sale del todo.
Oliver se encuentra junto a la ventana hablando por teléfono.
—¿Está seguro que dijo eso, Detective?... Hubieron testigos también, ¿de acuerdo? Él tiene que salir hoy mismo. Yo hablé con los abogados...
No sé por qué llegan a mí recuerdos de él cuando estábamos muy pequeños jugando al rescate y al vestuario. Cuando buscábamos luciérnagas de noche. Cuando jugábamos a lanzarnos nieve cerca de los rieles. Cuando íbamos juntos a la secundaria. Cuando tuvo su primera especie de novia y me la presentó. Cuando nos graduamos. Cuando alquilamos apartamentos uno frente al otro. Cuando hablábamos hasta la madrugada. Cuando me abrazaba.
Quiero tanto a mi hermano.
—Oye —lo llamo, él rápidamente cuelga y se acerca a mí buscando mis ojos.
—Oh, vaya —dice aliviado tomando mi mano—. Gracias al cielo despertaste.
—¿Alguien está herido, Oliver?
—Voy a llamar al doctor, ¿de acuerdo? Ya vuelvo —se va de la habitación con prisa dejándome sola y confundida.
Todo lo del accidente vuelve a mí. Llevó mis manos de manera instantánea a mi vientre.
Por favor, que no lo haya perdido.
La voz de Thomas llega a mi mente: «Sólo sigue respirando, amor. Sólo sigue respirando, por favor».
Entran un doctor y mi hermano a la habitación, junto con ellos, vienen mi mamá y Clint. Mi mamá tiene un aspecto cansado, como si ha llorado mucho.
—Hola, ¿cómo te sientes? —Pregunta el hombre de traje azul marino con una carpeta en la mano después de leer lo que sea que haya escrito allí.
—Me duele muchísimo la cabeza.
—Es normal. Soy el Dr. Ortiz. Estás en el Hospital desde hace dos días. Has sufrido un accidente. ¿Recuerdas algo?
—Yo... sí. Intenté frenar pero no se pudo. ¿Alguien más salió herido?
—No en el accidente —dice Oliver arrugado su frente—. Pero no te preocupes por eso. Yo me estoy ocupando.
—¿Todo está bien? —Observo al doctor—. Ya sabe. ¿Todo dentro de mí está bien?
El doctor frunce el ceño confundido antes de volver a revisar su archivo que me imagino es la historia médica.
—Sí —mira a mis familiares y capta que ellos no saben de mi embarazo—. Está bien, por ahora.
—¿Está seguro?
—Estás bien, Olivia —me conforta el doctor notando mi preocupación—. Estás bien. Has sufrido una contusión en tu cabeza y algunos golpes en tus costillas. Casi mueres ahogada. Te quedarás con nosotros un par de días más para ver tu recuperación porque tardaste mucho en despertar, ¿de acuerdo? —Inquiere y yo asiento todavía un poco desorientada—. Queremos hacerte unos estudios. Ahora vendrá una enfermera —agrega sonriendo ligeramente—. Quisiera hablar con ustedes afuera un momento —le comunica a mi familia.
—Ya volvemos, Calabaza —murmura mi madre, me besa la cabeza y me dejan sola.
Lamentablemente no se van tan lejos en el pasillo, porque escucho -aunque con escasa claridad- todo lo que hablan.
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Desastre De Amor
RomanceThomas Wells es un hombre que toda su vida ha sido atormentado y autosaboteado debido a sus demonios mentales, lo que lo ha llevado a vivir sin metas y sin las personas que ama. Sin motivo alguno para disfrutar la vida, se muda a Chicago para estar...